Vitoria - La fiestas de Gasteiz son para Jesús Vicente y su familia el punto de inicio del periplo vacacional. Llegados desde la vecina Arrasate y con su primo como mejor guía, enseña Jesús, junto a su pareja, el desarrollo de La Blanca a sus tres hijos. Tiene ocasión de “recordar las veces que he venido de fiesta a Gasteiz a pasar la primera noche y después regresar a Arrasate en el primer autobús”, evoca. Los tres espigados retoños que acompañan al matrimonio le han hecho variar “para ver cómo se desarrollan también durante el día las fiestas”. La experiencia de llegar como espectador desde una población cercana le permite dar una opinión a la hora de calibrar la evolución y nuevas tendencias de La Blanca con respecto a décadas pasadas. “Se mantiene parecido ese ambiente de alegría entre el personal como unas fiestas de verano que son”. Ante la atenta mirada de su señora y los tres hijos, evita cualquier comparación posible y calificativo entre La Blanca y las festividades de Arrasate o Donostia. “Todas son buenas, pero como el día de San Sebastián en Donostia no hay nada parecido”, asevera con rotundidad. La jornada de ayer transcurrió con disfrutar por la calle y empezar hoy las vacaciones.