De los 84 viñedos que han logrado las primeras certificaciones para poder lucir en sus etiquetas el distintivo Viñedo Singular, 45 están repartidos por bodegas de Rioja Alavesa, pero casi una cuarta parte de ellas, 10 concretamente, han ido a parar a parcelas de Bodegas Valdelana cuya titularidad ostenta Juan Valdelana.

Ingeniero agrónomo, enólogo y actualmente estudiante del master de marketing del Vino, Enoturismo y Gastronomía, Juan Valdelana llevaba varios años buscando el reconocimiento de la singularidad de un puñado de viñedos pequeños en extensión, longevos por su antigüedad y limpios de productos químicos durante las labores anuales. En la bodega familiar, ubicada en Elciego, aunque con parcelas repartidas por varios términos municipales, Juan se ocupa de los aspectos técnicos: tratamientos, trabajos, cuaderno de campo y toda la viticultura, en general, y también los aspectos técnicos de la bodega (calidad de los vinos, elaboración, vinificación seguimiento, crianzas?), mientras que su hermana se ocupa de los asuntos de comercialización y marketing y el padre, Juanje Valdelana, sigue siendo el coordinador final de todo el trabajo que realiza el equipo de 23 personas.

Juan persiguió el proyecto, uno más de los muchos que tiene en marcha, y no sin muchas dificultades logró que diez parcelas que estaban a su nombre recibieran la autorización para llevar el nuevo sello indicativo del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, de Viñedos Singulares.

“Son pequeñas parcelas repartidas, principalmente, por Elciego, aunque también hay en Leza, Navaridas y Laguardia”, detalla. La mayoría están fechadas en el año 1920, pero “curiosamente, por ejemplo la parcela de Leza la cogimos hacer un par de años, tras la importante helada que hubo. Y en los papeleos vimos que figuraba como uva garnacha y pensamos que estaba confundido, porque era raro un viñedo de garnacha, en Rioja Alavesa, a casi 700 metros de altitud y de 1920. Eso era imposible. Consultamos con la Casa del Vino de Laguardia y Antonio Remesal nos dijo que esperáramos a que floreciera y a que tirara las bayas. Y cuando llegó el momento, vimos con sorpresa que era garnacha, un verdadero espectáculo”.

Esa viña era de la finca La Medika, pero cada una de las restantes también tenían sus peculiaridades: Santa Cruz, en Elciego, exige casi escalar para poder vendimiar o realizar trabajos; otras están hincadas sobre roca, son en buena parte, las parcelas que entregaban algunas bodegas a los viticultores como pago por sus vinos, unas parcelas imposibles que tenías lastras de roca en la misma superficie del terreno y que obligaban a los agricultores a realizar agujeros y rellenarlos de tierra vegetal y confiar en la buena suerte para que agarraran. Evidentemente, esas parcelas no se podían trabajar ni con máquinas, ni con mulas. Pero sus escasas uvas eran de una calidad fantástica. Matalobos, Río del Valle, Las Damas y Tronco Negro están en Elciego, mientras que Cerro La Horca y Senda de la Traición son de Laguardia. En Navaridas se encuentran las dos restantes: Matacabras y Pared de los Curas.

Explica que la mayoría están fechadas en 1920, pero esa fecha es casi solo una referencia histórica, ya que ese año fue cuando se realizó el primer censo de viñas tras la filoxera, por lo que consideran que muchas de ellas tienen bastante más antigüedad. La verdad es que a simple vista se nota el peso de sus años, a través de sus enormes cepas, escasa producción y, como apunta Juan Valdelana, porque “muchas plantas se apoyan, como cansadas, sobre las rocas en las que han nacido”.

El hecho de poder ser Viñedos Singulares, explica, “me da la opción como viticultor de poder expresar Elciego bajo mi punto de vista. He vivido aquí, es mi vida. No es mi trabajo, sino mi pasión, mi familia. Y Elciego no es solo una bodega, una gran marca, sino que hay otra manera de verlo, de respetarlo y de transformar esas viñas, esa fruta, en vino. Es una oportunidad que se ha generado tanto para los que están haciendo las cosas bien, como para los que estamos comenzando”.

Por eso ha logrado esa ruta de 10 viñedos singulares, unas parcelas donde se controla la producción, con unos rendimientos de 5.000, 5.500 kilos por hectárea, que exige mucho cuidado con las operaciones en verde como los aclareos o las podas en verde. Todo se hace de manera muy respetuosa porque no entra ningún producto fitosanitario, ninguna mula o tractor, ya que las plantas están en roca viva y otras están en laderas que superan el 35 por ciento de pendiente. “Por eso todo el trabajo se hace a mano”, añade. “Son cosas que dan un valor añadido más a esa viticultura, que no es una viticultura heroica, como las de Ribera Sacra o Tenerife, pero sí se trata de una plantación heroica”.

Cuenta que antiguamente había en Elciego tres o cuatro familias muy ricas y todos trabajaban para ellos. “A esta gente no la pagaban con dinero, sino con tierras: las que no valían para nada. Son lastras, rocas gigantes, que obligaban a hacer un agujero en la roca, depositar un cubo de tierra orgánica, un caldero de agua y allí salían las vides. No es una viticultura heroica, porque el trabajo es manual, costoso, pero sí es una plantación heroica”.

Proyecto potente Este proyecto de Viñedos Singulares es también un trabajo conjunto entre Juan y Judith, los dos hermanos. “El proyecto se llama Vive y es muy potente por lo que representa. Son las siglas de donde venimos, son las siglas de los tractores y los remolques de toda Álava, significa Vitoria Vehículo Especial. Este trabajo, que estamos desarrollando entre mi hermana y yo, está pensado para gente joven, como una nueva visión de entender y ver el Rioja. La pasada semana realizamos la presentación de un nuevo vino joven y acudieron grupos musicales de muchos lugares, Dj y otros”. Y ese proyecto, Vive, es el que aglutinará las principales novedades de la bodega, entre ellas los vinos procedentes de viñedos singulares.

Estos, por cierto, se van a elaborar en una bodega que está en fase de rehabilitación en estos momentos. Un calado del siglo XV o XVI en el barrio de Barrihuelo, en Elciego, a pocos metros de distancia de la bodega Valdelana.

Juan Valdelana. Es el titular de 10 de los 45 Viñedos Singulares de Rioja Alavesa que acaban de ser autorizados en la Denominación de Origen Calificada Rioja. En la bodega familiar, ubicada en Elciego, aunque con parcelas repartidas por varios términos municipales, Juan se ocupa de los aspectos técnicos: tratamientos, trabajos, cuaderno de campo y toda la viticultura, en general, y también los aspectos técnicos de la bodega (calidad de los vinos, elaboración, crianzas?), mientras que su hermana Judith se ocupa de los asuntos de comercialización y marketing y el padre, Juanje Valdelana, sigue siendo el coordinador final de todo el trabajo que realiza el equipo.

Valdelana califica así al proyecto Vive, que lleva con su hermana.

10

Viñedos Singulares, de los 45 que tienen esta certificación, son los que posee Juan Valdelana.