Vitoria - Otra cuadrilla de amigos que nunca falla en la bajada de Celedón la tarde del 4 de agosto es la formada por Miguel Loza, Hegoi Uncelay y Félix Samaniego, amigos desde el instituto. “Siempre la vemos, es impensable no venir por el ambiente que hay y por la tradición que supone, pero ahora, desde hace seis años, lo hacemos desde General Loma, justo donde hay una inmobiliaria”, cuenta Loza.
Su amigo Uncelay explica con una sonrisa de oreja a oreja cómo describen a este punto de Gasteiz: “Es la zona geriátrica de la bajada de Celedón”. El lugar, como añade, al que van los que quieren vivir el baño de masas de Gorka Ortiz de Urbina sin temor a que les mojen, que les den codazos, que les tiren cosas, o peor aún, que sus criaturas sean las que salgan peor paradas. “Es el lugar más tranquilo para hacerlo, pero tiene una pega y hay que decirla y es que desde General Loma no se escuchaba nada lo que decía Gorka Ortiz de Urbina”, lamenta Loza.
Pero cantar y brincar sí que lo hicieron y más que nunca, “porque la música sí que se oía bien, por lo menos”, aclaran.