Vitoria - Hace pocas semanas, a través de sus redes sociales, Zea Mays anunció que en septiembre volverá al estudio para dar forma a su nuevo trabajo, toda vez que da por cerradas las celebraciones de su vigésimo aniversario y el largo y exitoso camino de Harro. Aún así, la banda no para y en esta recta final antes de volver a encerrarse entre cuatro paredes, todavía tiene alguna última cita con el público, como va a suceder hoy mismo en el recinto de las txosnas. En concreto, Aiora Renteria, Piti Imaz, Rubén González y Asier Basabe se adueñarán del espacio de las universidades a partir de las 01.00 horas. Habrá que aprovechar porque todavía no se sabe cuándo comenzará el tour de su próximo álbum y cuánto tardará en pasar por tierras alavesas.

Acaban de anunciar que en unas semanas volverán al estudio para grabar su nuevo disco. ¿Estos últimos conciertos no entorpecen un poco la preparación previa al estudio? ¿Habrá algún adelanto de alguno de los nuevos temas?

-Sobre el papel, podría parecer que sí, pero al final un concierto te refresca un poco. Además si es en fiestas de Gasteiz y en txosnas, sabemos que vamos a disfrutar un montón, así que estamos con muchas ganas. Ya tenemos la demo grabada, ahora toca escucharla bien y mirar si algo no nos convence.

Ya se verá cómo sale al final el trabajo, pero ¿después de más de dos décadas, qué les debe aportar o por dónde les gustaría que fuera este décimo disco?

-Lo mismo que el primero, queremos que nos emocione y nos haga felices. Simplemente nos gustaría que la gente sintiese esa misma emoción cuando escuche los temas.

Ponerse a este nuevo trabajo supone cerrar también el capítulo de celebración de los 20 años y de la salida de ‘Harro’. ¿Satisfechos con el camino que ha tenido el disco? ¿Contentos con todo lo extra que se ha hecho en torno a la celebración? ¿Se ha quedado alguna ‘locura’ sin poder realizar?

-Siempre se quedan cosas por hacer pero estamos muy satisfechos con lo que los discos Harro y 20 urte nos han aportado. Ahora ya la cabeza la tenemos en el nuevo trabajo, buscando un nombre para el disco, preparando la gira...

Celebrar esas dos décadas es mirar también a todo lo hecho. Como estamos en fiestas, sólo pregunto por lo positivo. ¿Qué ha sido lo mejor de todo este camino dentro de la música?

-Muchos momentos como ganar el Concurso de Maquetas de Gaztea, tocar el en Kafe Antzokia, grabar con la Orquesta Sinfónica de Euskadi, los conciertos de txosnas de Bilbo, de Gasteiz, de Piratas de Donosti, Sagues, tocar en el escenario grande y en la carpa del BBK Live... además de conocer a maravillosas bandas como Pi L.T., Kokein, Ama Say, Berri...pero sobre todo, lo mejor es seguir tocando con Rubén, Asier y Piti, tener este equipo y familia que mantenemos como con Lastra, Andoni, Gaizka, Los Amanece y las miles de personas y bandas que me dejo. La mayoría han sido momentos extraordinarios, pocos han sido los malos o por lo menos procuramos olvidarlos rápido.

Por cierto, son ya muchos años teniendo que trabajar en veranos, en fiestas, cuando todo el resto del mundo está de vacaciones y de jolgorio. ¿Dan envidia, Zea Mays ya está más que acostumbrado, no queda más remedio...?

-Siempre respetamos unos días de vacaciones, pero tocar, aunque sea también un trabajo, llena mucho, y en realidad te conviertes en una herramienta para que la gente disfrute y eso también es satisfactorio.

¿Qué hay que variar en este tipo de escenarios festivos con respecto a una sala?

-En una sala puedes tocar temas más lentos, medios tiempos. En conciertos de fiestas hay que ser algo más intensos, por que la gente necesita movimiento.

¿Cómo será el concierto en las txosnas? ¿Alguna sorpresa?

-Pues procuraremos que sea intenso, con fuerza y que el público baile y por supuesto ¡que se queden muy felices y con ganas de repetir!

¿Da tiempo a vivir algo la fiesta antes o después?

-En Gasteiz siempre buscamos la manera de hacerlo, yo después y otros antes y después (risas).

Después habrá que pensar en ese trabajo en el estudio. ¿Se sienten cómodos entre esas cuatro paredes o están mejor en los directos? ¿Cada cosa es diferente?

-Creo que disfrutamos de todas las cosas. Componer suele ser duro, pero de ahí salen cosas maravillosas. En el estudio te sientes tenso al principio pero puedes experimentar un montón. En directo lo sueltas

todo, sientes un montón de fuerza y energía y la respuesta del público a tus temas.

Por cierto, hace unas semanas estuvo participando en el concierto de Kobetamendi de Berri Txarrak, otra actuación multitudinaria más de la despedida del trío. ¿Le está sorprendiendo todo lo que está moviendo este adiós dentro y fuera de Euskal Herria? ¿No parece que después de Berri no habrá nada en la escena euskaldun?

-No me sorprende lo que está sucediendo con su despedida. Han hecho un trabajo maravilloso durante más de 20 años y esto es solo la vuelta de lo sembrado. A todos nos impresiona que lo dejen, nos han hecho mortales y eso duele. Seguiremos los que estamos, vendrán nuevos y se irán otros también, les echaremos de menos... la vida.