Unos días antes de la llegada de Celedón desde la torre de San Miguel de Vitoria, Zalduondo recuerda al particular vecino, protagonista de las fiestas de Gasteiz, con un programa festivo que incluye que la fuente del pueblo dé vino.

Decenas de personas llegadas de todos los rincones de la geografía alavesa y guipuzcoana, principalmente despidieron ayer a Celedón, antes de que éste reaparezca el día 4 de agosto en Gasteiz para dar inicio a sus fiestas con un encuentro en el que no faltaron el deporte y la música, todo ello regado con un buen vaso de Rioja.

La jornada festiva dio comienzo con los partidos de pelota. En primer lugar, los encuentros estuvieron protagonizados por los propios pelotaris locales, jóvenes promesas del deporte que día a día entrenan con esfuerzo y tesón para conseguir sus metas. Oihana y Oier contra Lierni y Kimetz, Oiahn y Zumar contra Unai e Ibai y Gorka y Mikel contra Aretx y Unax dieron un bonito espectáculo con la pelota.

Zeledon Eguna también estuvo marcado por el compromiso del municipio en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. El Ayuntamiento, la Fundación Vital y la federación de pelota vasca de Araba quisieron visibilizar el deporte femenino para romper con los mitos de falta de capacidad de las mujeres para desarrollar cualidades físicas y dar un impulso a la participación de las mujeres en el deporte, creando referentes femeninos. A media tarde se disputó el encuentro entre Maddi Unanue y Patri Espinar. Tampoco faltaron los castillos hinchables, el desafío de aizkolaris, la feria artesanal, txarangas, bertsolaris de la Bertso Eskola del pueblo y la verbena.

Los primeros sonidos de los bertsos se oían a través de los altavoces cuando cuadrillas de amigos y familiares trataban de hacerse un hueco en el parque donde está instalada la fuente de Celedón para preparar la mesa de la merienda. Charlas y encuentros se sucedieron hasta que el txupin surcó el cielo zalduondarra para anunciar el milagro de la fuente. Por unas horas, el grifo, que habitualmente calma la sed de ciclistas de paso, niños que juegan en los columpios cercanos o vecinos que pasean por la zona, dejó de dar agua y comenzó a echar vino de Rioja Alavesa. Aquellos que acudieron al parque de Torrelarre, donde se encuentra la fuente, sin su merienda tuvieron la oportunidad de degustar los txoripanes -bollos de pan con chorizo- gentileza del ayuntamiento. “Está riquísimo”, comentó José Ignacio cuando ya llevaba engullido más de la mitad del rico manjar. La mayoría de los asistentes tuvieron que esperar pacientemente la cola para conseguir un vaso de vino y el tan apreciado txoripan. Alrededor de 250 litros de vino se repartieron tanto en vasos como en jarras para honrar a Celedón, en cuya casa de Zalduondo, todavía puede verse una placa en la casa donde nació el conocido aldeano.

Según su partida de nacimiento, Celedón Anzola García de Andoin nació el 25 de septiembre de 1796. Al parecer, era de oficio albañil y con 21 años se trasladó a Gasteiz y vivió en la calle Zapatería. Tenía fama de hombre honrado y trabajador y también amigo de frecuentar tabernas y ventas en sus ratos de ocio. En el año 1971, un grupo de vecinos de Zalduondo impulsó la colocación de una fuente en su honor que en vez de agua vertiese vino, dando así su particular despedida a Celedón antes de que apareciera en Gasteiz a dar inicio a las fiestas efectuando la bajada que envuelve a la ciudad de un gran espíritu de alegría. Cosa que sucede desde el año 1958. Celedón, gentil donde los haya, obsequió a sus paisanos y visitantes con varios cientos de libros de vino. Durante unas horas, la fuente erigida en honor al mítico personaje, situada junto al frontón de la localidad, emanó vino en vez de agua. Varios cientos de personas refrescaron sus gargantas con el caldo recogido en jarras por los mozos del pueblo.

Decían de Celedón que le gustaba mucho el vino y el ron, que sabía nadar y guardar la ropa, que tenía un carácter alavés y como tal gozaba echando un trago con sus amigos y jugando al mus con la cuadrilla y rezando ante la Virgen Blanca. Celedón, una año más, quiso congratularse con sus vecinos y amigos convirtiendo y aprovechando para llenar su propia bota de vino de su fuente.