laguardia - María de Simón estaba en la junta que presidía Mariasun Sáenz de Samaniego, de Bodegas Ostatu, y el relevo ha venido por la tradición que existe en esta asociación de rotar los cargos para que todos los socios tengan la oportunidad de formar parte de los equipos directivos.

¿Cómo ha encontrado la situación en la Ruta del vino?

-La asociación está perfecta. Mariasun Sáenz de Samaniego ha hecho un trabajo magnífico estos tres últimos años. En mi caso, aunque llevaba ya dos o tres años de vocal, como sólo iba a las juntas tampoco estaba implicada en todos los temas al cien por cien. Por eso, este mes me está viniendo muy bien porque entre unos que están de vacaciones y los cambios de gobierno, me está permitiendo empaparme un poco de todos los asuntos, de cómo funciona todo y de las actividades y acciones que solemos realizar a lo largo del año.

En estos momentos, ¿Cómo está conformada la Ruta del vino?

-Actualmente somos unos 140 asociados, de los cuales 60 o 61 son bodegas, trece son los ayuntamientos y el resto lo integra el sector servicios, que es una mezcla del sector de hostelería, empresas dedicadas al turismo y agencias receptivas, hoteles y hasta autobuses.

Entre las actividades anuales de la Ruta está la promoción del turismo en Rioja Alavesa por encargo de la Cuadrilla.

-Yo creo que es una buena iniciativa, al menos desde el punto de vista de bodeguera he comprobado que funciona muy bien. Lo cierto es que la Ruta del vino de Rioja Alavesa es la ruta que más tiempo lleva dentro de las tres que hay en la Denominación de Origen Calificada Rioja y la que mejores cimientos tiene. El hecho de que sólo estén 60 bodegas puede parecer poquito, pero si nos fijamos en el último monitor de enoturismo que ha emitido el Consejo Regulador se decía que en Rioja, de las 600 bodegas que hay inscritas, sólo 185 están abiertas al enoturismo. Y si de esas 185, 60 son de Rioja Alavesa, con lo que la proporción es muy buena.

¿Y en qué nivel se cataloga a ese turismo?

-En ese mismo monitor se afirma que era mucho más alto el nivel de enoturismo de las bodegas de Rioja Alavesa que en el resto de rutas. Aunque somos bodegas familiares y más pequeñas, por lo general, muchas de las bodegas llevan ya muchos años instauradas y enfocadas al enoturísmo y poco a poco hay que ir evolucionando y mejorando.

¿Cómo se están adaptando?

-Ahora hay algunas bodegas que están intentando actualizar sus instalaciones para adecuarse a temas de accesibilidad, como lo está haciendo Valdemar o como lo ha programado Villa Lucía. Todo eso es un gran cambio, aunque para muchas es muy problemático por las instalaciones con que contamos. Pero es una gozada que bodegas de la Ruta apuesten por empezar a hacer otro tipo de enoturismo, adecuado a todo el mundo, porque todo el mundo tiene derecho a visitar las bodegas.

¿Es muy diferente el enoturista que viene a Rioja Alavesa del que viaja a otras rutas, como la de La Mancha?

-Creo que, al final, los vinos que se ofrecen en esta zona no tienen nada que ver. Obviamente a lo mejor no soy objetiva y ellos dirán lo mismo de nosotros. Pero al contar con muchas bodegas familiares pequeñas, aunque haya grupos, aunque reciban a mucha gente, por lo que conozco muchas de las bodegas que ya están establecidas representan un enoturismo más familiar, más personal. Intentan adecuarse a las necesidades de los visitantes. En los últimos tiempos se ha incrementado de manera notable el turismo internacional, sobre todo estadounidense y para ellos la historia, la tradición, el que muchas bodegas lleven cien años trabajando les parece increíble, porque ellos no tienen eso en Estados Unidos. Todo eso lo valoran mucho.

¿El objetivo sigue siendo el enoturísta con poder adquisitivo que busca calidad?

-Por supuesto. Por los últimos informes que se hemos estado viendo se analiza todo lo que rodea a los enoturistas. Por un lado, a quienes pernoctan aquí durante tres días y que no ven solo una bodega, sino varias. Una con perfil histórico, otra más pequeña y otra mediana para poder disfrutar de todas ellas, de toda la comarca y de todos los pueblos. Porque aunque al final el valor primordial del enoturismo es el vino, no es lo único y hay muchas más cosas para visitar.

¿Se seguirá buscando atraer a ese tipo de viajeros?

-Creo que sí, que tenemos que apostar por intentar atraer a ese turismo de calidad, aunque siempre hay actividades para todos los bolsillos. Pero un perfil medio es que valoren la calidad de nuestros vinos, lo que cuesta hacerlos y el paisaje que tenemos, porque el viñedo de nuestra zona no es cualquier viñedo. Y eso, también, hay que pagarlo, entre comillas.

Un grupo de bodegueros viaja a California con la Cámara de Comercio para conocer el enoturismo en esa zona del planeta.

-Así es. Se marcharon el domingo pasado y forman parte de un curso que se ha estado celebrando de márketing enoturístico en Laguardia, organizado por Basque Culinary Center, la Cámara de Álava, Hazi y la Universidad de California en Davis.

¿Qué razón ha motivado este viaje a California?

-Toda la zona de Napa está metida desde hace años en el enoturismo, aunque ellos lo han enfocado más hacia el wine bar, no tanto a visitas que es lo que hemos venido haciendo aquí desde siempre, sino que el turista ya no quiere estar tres horas dentro de cada bodega, sino centrarse en el producto, el vino. De hecho, en esta zona, también está ocurriendo: está aumentando la gente que quiere hacer catas y que quieren ver menos bodegas. Igual, de las cinco bodegas que ven, recorren una y para las otras cuatro lo que quieren es entrar, no tener que reservar al igual que el turismo internacional que no tiene esa costumbre, sino catar y degustar. Por eso es buena la razón de este viaje. Yo también quería haber ido, pero al final me quedé sin plaza. Y es que ha habido mucho interés en ese viaje.

Poder desarrollar ese turismo de calidad también requiere de trabajadores cualificados.

-Uno de los temas estratégicos de la Ruta va a seguir siendo el campus enogastronómico que este último año ha sido de febrero a mayo. La Ruta no son sólo bodegas y por eso la formación tiene que estar diversificada para todos los asociados que tenemos. Por eso hay un gran componente de formación enfocado a bodegas, pero también hay de otras materias. Una de las carencias de esta zona es la falta de perfiles cualificados al cien por cien para el enoturismo. Es verdad que hay gente, pero no toda la que nos gustaría. Hay que seguir formando a todo el mundo y ese empeño es una de nuestras diferenciaciones con otras zonas, donde la gente está muy inquieta por seguir aprendiendo y actualizando sus conocimientos.

En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre la promoción de los barrios de bodegas en Rioja Alavesa. ¿Qué opinan de esa idea?

-Mi opinión, como bodeguera, es que, al final, todos los pueblos de la comarca tienen grupos de bodegas y lo mejor es intentar asociarse para realizar ofertas en plan común. No aprovecharnos sólo de ese concepto de bodegas históricas sino desarrollando también otras idea en los pueblos para intentar ofrecer al enoturista un pack integral. En definitiva, vender un pueblo.

Villabuena es un pueblo adelantado en ese sentido?

-Aquí, en Villabuena, creamos no tanto un programa para ver calados, porque muchos se están cayendo sino una ruta de doce bodegas diferentes para trabajar de forma conjunta y para poder ofrecer al enoturista, que no quiere ver solo una cosa sino muchas, un pack completo. ¡Ojalá lo hagan muchos pueblos!

En la historia de la Ruta ha habido momentos en los que sus juntas han planteado desarrollar proyectos novedosos. ¿Es ahora el caso?

-Es verdad que queremos hacer cosas nuevas, pero todavía no están puestas ni por escrito. Si está previsto, lo que pasa es que estamos en verano y ya hemos realizado o lo haremos en breve, algunas de las acciones más vistosas de la Ruta, como fue el sábado pasado en Lapuebla de Labarca a través del programa En torno a la mesa y como será a finales de agosto Zuria ta kitto. Ahora mismo no tenemos tiempo para pensar mucho más, pero sí tenemos varias ideas en la cabeza que llevaremos a la junta para empezar a desarrollar cosas de manera conjunta. Además, he cogido varios de los objetivos de la anterior presidenta, Mariasun Sáenz de Samaniego, para seguir desarrollando temas de hostelería e intentar involucrar al sector.

¿Tienen más proyecto en mente?

-Hay uno, aunque está todavía en el aire, que es poder realizar iniciativas similares a las rutas de senderismo, como las llevadas a cabo este último año, con acciones en pueblos históricos tratando de rescatar tradiciones de cada localidad, pero eso está en el aire aún.

Hay pueblos donde el desarrollo del enoturismo sencillamente no existe.

-Opciones para desarrollarlo puede haber muchas, pero hay que sentarse para decidir cosas. Por eso, una de las cosas que estamos tratando de lograr es involucrar más a los bares de los pequeños pueblos. Muchos de esos pueblos sólo tienen uno o dos bares o un restaurante y no siempre están todos ellos dentro de la Ruta. Por eso, ésta es una de las cosas que debemos impulsar y para ello estamos hablando con todas las asociaciones involucradas para ver cómo lo podemos definir para adherir más socios a la Ruta.

La Ruta del vino no está implicada en ABRA, pero algunos de sus asociados están en ambas organizaciones. ¿Tras la asamblea de esta semana se espera que retorne la tranquilidad?

-Efectivamente, somos dos asociaciones totalmente independientes. Es cierto que contamos con una pequeña parte que son socios de ambas, pero a día de hoy a la Ruta no le está afectando el debate que se abrió, aunque es cierto que fuera de nuestras fronteras la gente no sabe discernir dónde está el problema y piensa que es todo. Pero, al final, a nivel enoturístico, son temas completamente separados. Nosotros vendemos una comarca, Rioja Alavesa, y queremos promocionar la idiosincrasia de nuestra zona. Por eso estamos fuera de todo ese conflicto y aunque hay gente en ambos lados, en la Ruta son todos del mismo lado. De momento, crucemos los dedos, no afecta.

Pero, ¿cree que tras la asamblea volverán las aguas a su cauce?

-Creo que todavía no ha habido tiempo para analizar los acuerdos adoptados, pero creo que la tranquilidad ha existido desde el principio. Pese a todos los follones que ha habido, no se han transmitido a la Ruta. Deseamos que todo se arregle por el bien de todo el mundo y que todo vuelva a su cauce.