suceso. Un fuerte olor a quemado invadió ayer las calles de Gasteiz. El viento quiso alertar así del incendio producido en Betolaza, que movilizó a un buen número de efectivos de los retenes de bomberos de la zona, incluidos los de la capital. La sequedad del terreno y los fuertes vientos ayudaron a la propagación de las llamas, que llegaron a inquietar. Afortunadamente, la labor del servicio de extinción de incendios y la tormenta lograron acotar el efecto de las llamas. Foto: R. O. de Urbina
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