Vitoria - El año pasado la asociación Gizarterako, entidad dedicada a la atención integral de las trabajadoras del sexo y a las que son víctimas de trata, atendió a 250 mujeres que ejercen la prostitución en la capital alavesa. Una cifra que engloba tanto a las que se acercaron a su sede en busca de asesoramiento como las que visitó su equipo de campo durante su actividad que ejercen tanto en rotondas, como clubes o pisos. Distintos lugares, pero con un mismo nexo en común: el de una persona inmigrante, nada que ver, por tanto, con el perfil con el que esta asociación empezó a trabajar en 1986, cuando, fundamentalmente, eran nacionales, con dos marcados perfiles: por un lado, aquellas que llegaban desde los pueblos a la ciudad buscando una vida mejor, y por otro, aquellas que consumían drogas de forma dependiente. Entonces, el 100% atraía a sus clientes en plena vía pública, como sucedía en el Casco Viejo.
Ahora, más bien lo contrario. Según explica una trabajadora social de Gizarterako, que prefiere no revelar su identidad, de las 300 y 350 mujeres que se calcula que pasan cada año por Vitoria, la mayoría proceden de fuera, aunque, con cambios notables según su procedencia.
Menos nigerianas Así, las africanas que solían estar en calles y rotondas han bajado porque “el acceso a Europa está más complicado por el conflicto de Libia y por las políticas de Salvini. Entonces, la entrada de mujeres, concretamente, de Nigeria, ha bajado bastante”, detalla. Dado que al estar en la vía pública están “más desangeladas”, Gizarterako es allí donde hace más visitas periódicas. Exactamente una cada semana, donde, de media, detecta diez mujeres, con un total de 463 atenciones en 2018. La mayoría vienen de Nigeria y una minoría de Rumanía.
En el caso de los pisos, Gizarterako necesita visitarlos cada 15 días, “al ser un entorno que cambia muchísimo porque genera molestias en los vecinos y desplazan a las mujeres. Las plazas que ellas cogen en los pisos duran cerca de 21 días, así que prácticamente, cuando vamos, contactamos con mujeres nuevas”, añade. Desde que en octubre de 2018 iniciaron estas salidas, se localizaron ocho pisos y se entró en seis, debido al cierre de dos, con un total de 55 atenciones. “En pisos encontramos a mujeres y personas transexuales. Hemos tomado contacto con personas procedentes de Cuba y China, nacionalidades no encontradas por nuestra asociación en otros lugares”, destaca.
En cambio, en los clubes lo hacen una vez al mes, al estar en un entorno más seguro. En concreto, contactaron con un total de 80 (35 nuevas respecto al año anterior), realizando 533 atenciones. “En los clubes sí que hemos notado un aumento de mujeres bastante jóvenes, entre 20 y 25 años. Otro de los cambios que hemos notado es la nacionalidad, desde 2017 a 2018. Vuelve a influir la política internacional, es decir, descienden las mujeres procedentes de África y aumentan las procedentes de Latinoamérica, de países como Venezuela, Brasil, Nicaragua y Paraguay”, especifica.
Acciones Sea como fuere, la profesión más antigua del mundo sigue sin estar reconocida. Con el objetivo de que esté en las agendas políticas, el debate de si se debe legalizar o no, ayer Gizarterako organizó la charla Proderechos del trabajo sexual, en el aula Luis de Ajuria, con la Fundación Vital. Se trataba de la segunda jornada que ha organizado este año, tras la celebrada el pasado 21 de junio con la temática contraria: Abolicionistas.
Como novedad, en septiembre organizarán un cine-fórum sobre este debate con la presencia de la actriz y activista Mabel Lozano.
La jornada. Gizarterako, con la colaboración de la Fundación Vital, organizó ayer por la tarde en el aula Luis de Ajuria la charla ‘Proderechos del trabajo sexual’, con Conxa Borrell, secretaria general del sindicato Otras y presidenta de Aprosex y Ninfa, trabajadora sexual de calle en Madrid e integrante de Afemtras (asociación feminista de trabajadoras sexuales) y cofundadora del sindicato Otras. En junio realizó otra bajo el título ‘Abolicionistas’.
Trabajo en la sede. El departamento de trabajo social de Gizarterako, que busca el bienestar de las usuarias, realizó en 2018 un total de 949 atenciones, en las que se pudo responder a 1.328 demandas. Entre las principales, social (26,36%), trámites administrativos (24,32%), atención psicológica (12,80%), vivienda (10,17%), recursos sanitarios (7,83%), orientación laboral (7,68%) y asesoramiento jurídico (7,23%), entre otras. Aparte, entre mayo y diciembre realizó un taller de igualdad y empoderamiento, con la participación de 19 mujeres, con un alto grado de satisfacción, entre las asistentes.
Calles y rotondas. Gizarterako en 2018 cada semana visitó de media a 10 mujeres en los nueve puntos visitados en calles y rotondas. La mayoría procedían de Nigeria y una minoría de Rumanía, a las que se realizó 463 atenciones.
Pisos. Gizarterako inició las visitas quincenales en octubre. Localizó ocho pisos, de los cuales visitó seis debido al cierre de dos, realizando 55 atenciones. Procedían de China y de Cuba.
Clubes. Se visitaron 8 clubes y se contactó con 80 mujeres, con 533 atenciones. Destacan las latinoamericanas y las rumanas.