Bilbao - Con la asistencia del presidente del Consejo Regulador del Rioja, Fernando Salamero, así como del director general de la institución, el responsable técnico, el director de marketing y los presidentes de las cámaras de comercio de Álava y Bilbao, ayer se presentó en la capital vizcaína un renovado planteamiento para sus etiquetados en un salón de nuevas indicaciones geográficas en el que participaron 75 vinos de la denominación.
Estas referencias, presentadas en Azkuna Zentroa a más de 250 profesionales vascos y representadas por 50 bodegueros, responden a la nueva regulación que la denominación puso en marcha en 2017 mediante la implantación de un sistema de trazabilidad para los vinos de municipio, idéntico a los de zona puesto en marcha en 1998, y la aprobación de nuevas figuras como vinos de viñedo singular o espumosos de calidad, que permite que los nombres de los municipios aparezcan en el etiquetado.
Estas nuevas figuras aumentan la visibilidad de unidades geográficas de menor tamaño, precisando y certificando, en la propia etiqueta, el origen concreto de los vinos. Durante la presentación, el presidente de la DOCa Rioja aseguró que “los cambios en el etiquetado son, sin duda, unos de los grandes proyectos que hemos afrontado en los últimos años y del que estamos muy orgullosos”.
“Rioja, inmersa en un proceso de mejora continua, sigue enriqueciendo su actual abanico y continúa demostrando ser una marca vibrante y dinámica que se adapta al paso del tiempo y a las tendencias actuales, persiguiendo siempre la satisfacción del consumidor sin perder nunca la autenticidad de sus raíces, lo que realmente nos hace únicos”, incidió antes de afirmar que “un proyecto de esta envergadura necesitaba un gran escenario para presentarlo y qué mejor lugar para esta puesta de largo que Bilbao, un pilar clave para Rioja por su cercanía y su relevancia turística, gastronómica, cultural y social, de referencia en Europa para arrancar estas actividades promocionales del nuevo marco de los vinos de Rioja”.
Los cambios se vieron enriquecidos el pasado mes de junio mediante la regulación de nuevas menciones en sus etiquetados con objeto de facilitar una mayor, rigurosa y fiable información al consumidor sobre el origen del producto.
De esta forma, se permite conocer con detalle no solo que se trata de un vino de Rioja sino que, además, el Consejo Regulador certifica la procedencia atendiendo a un origen concreto, proviniendo de una determinada zona, municipio o paraje, y añadiendo factores determinantes como la edad concreta de las viñas o la metodología de elaboración llevada a cabo.
El objeto de este control es garantizar la máxima calidad de los vinos, exigencia a la que Rioja acostumbra desde sus inicios en 1925, al tratarse de la denominación más antigua de España y la primera en recibir el rango de calificada, siendo una de las regiones vitivinícolas líderes tanto en el mercado nacional como internacional, gracias a las garantías que ofrece en calidad y autenticidad.
veinte pueblos Actualmente hay 55 titulares de más de veinte pueblos distintos que habrían trazado su producción para designar sus vinos de municipio. En el caso de la zona, designación que se viene materializando en las etiquetas desde 1998, son 156 titulares los que ya han acreditado la trazabilidad para hacerlo.
En cuanto a viñedos singulares, en este momento hay 84 viñedos que, atendiendo a factores agronómicos y cualitativos, han sido sometidos a la aprobación del Ministerio y que representan aproximadamente un total de 154 de las 65.841 hectáreas que hay en Rioja. En el caso de espumosos, ya son 16 las bodegas inscritas que están elaborando espumosos, blancos y rosados, de calidad.
El presidente de la DOCa Rioja afirmó que el objetivo es “perseguir siempre la satisfacción del consumidor sin perder nunca la autenticidad de sus raíces”.