vitoria - Hoy es 28 de junio, no 28 de abril, pero todas las esencias del patrón de Álava, San Prudencio, han regresado a Gasteiz hace sólo unas pocas horas. La culpable de ello ha sido la fiesta anual de los centros ocupaciones para personas con discapacidad intelectual que gestiona la Diputación alavesa. Como todos los años por estas fechas, y ya van diez, el patio de la ikastola Lakuabizkarra se transformó ayer en un espacio para dar rienda suelta a la diversión emulando a pequeña escala alguna de las tradiciones festivas más arraigadas del entorno. A San Fermín y La Blanca, que ambientaron este encuentro durante los cuatro años precedentes, han seguido esta vez los delantales, los gorros de cocinero, los tambores, los toques de retreta y todos los ingredientes que aliñan una de las festividades con más solera de todas las que presume Álava.

“Hemos estado a punto de suspenderlo por las previsiones. Pero por suerte está aguantando y que siga así”, celebraba en conversación con este periódico Iker Abaitua, responsable del centro ocupacional de Ariznabarra, mientras miraba al cielo. Las previsiones que auguraban desde primera hora un intenso calor, que por suerte quedó mitigado durante la mañana por la presencia de abundantes nubes, finalmente no se cumplieron durante el encuentro y la celebración transcurrió sin problemas. Por si acaso, y dado que la temperatura ya se aproximaba a los 30 grados a media mañana, una dotación de la Cruz Roja se encontraba en el lugar de manera preventiva.

Ariznabarra es uno de los diez centros que engloban esta red dependiente del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS), cuya finalidad pasa por avanzar en la mejora de la calidad de vida de sus alrededor de 400 usuarios, todos ellos mayores de edad. Siete de ellos -el citado, más Adurza, Helios, Puerto Rico, Arriaga, Lakua y Salburua- se encuentran en Gasteiz, mientras que el resto se reparte entre Laudio, Arbulo y Oion. Buena parte de sus integrantes, así como sus monitores y también familiares y usuarios de otros recursos gestionados por la Diputación como Etxebidea, Goizalde, Ehari o el centro de autonomía personal (CAP), alrededor de 500 personas en total, se dieron cita en el encuentro. “Les gusta juntarse y siempre es una excusa para pasar un rato agradable. Hay muchos que durante el año no se ven, o que se ven solamente en colonias y otras cosas, y aquí tienen la oportunidad de volver a encontrarse. Les gusta salir un poco de la rutina”, justificaba Abaitua pocos minutos antes de dar inicio a las actividades de la jornada.

El reloj marcaba algo más de las 11.00 horas cuando, al son de la música, comenzó la ofrenda floral a San Prudencio, ante la atenta vista de los usuarios, agrupados por centros, armados con sus tambores y bajo coloridos estandartes. Uno por uno fueron desfilando para honrar al santo, tras ser llamados por el speaker. “Gora San Prudencio! Vamos a ir pasando por orden de guapos a feos”, bromeó micrófono en mano. El piropo recayó en los usuarios del centro de Salburua, a los que ordenadamente siguieron los demás.

“Merece la pena verlo porque es un día diferente para todas. Hemos tenido muchísimo miedo a la ola de calor, pero por suerte no está mal el día. Mientras no salga mucho el sol...”, apuntaba por su parte Begoña Rodríguez, subdirectora técnica del área foral de personas con discapacidad. Rodríguez aún no ha cumplido un año en el cargo, así que la de ayer fue su primera fiesta intercentros. “Es positivo que haya un pequeño intercambio entre todas las personas usuarias. Les alegra mucho verse de año a año. Se reconocen y les hace ilusión”, apuntaba la subdirectora. Algo antes del mediodía también se acercó al encuentro la diputada foral de Servicios Sociales en funciones, Marian Olabarrieta.

tambor de oro Uno de los momentos más especiales de la fiesta fue la entrega del tambor de oro a la usuaria más veterana de los centros ocupacionales. Recayó el galardón en Consuelo López, de 70 años de edad, que forma parte de la familia de Lantze, el recurso que el IFBS gestiona en Laudio. “La jubilamos, pero que quede claro que hace aeróbic como el primer día”, corroboraba Inma Cancho, responsable del centro ocupacional de Lakua.

El programa reservó una tamborrada en tres piezas, una carrera de caracoles -de los de verdad- y un espectáculo de circo a cargo de varios alumnos del aula de aprendizaje de Escolapios. Tampoco faltaron la música en directo, interpretada por segundo año consecutivo por Lobo&Carmine, los txoripintxos, los refrescos y la comida popular posterior, que puso la guinda a una celebración que se alargó hasta primera hora de la tarde, cuando el sol ya comenzaba a apretar con fuerza en la capital alavesa.

Un día diferente para unos usuarios que en su día a día en los centros ocupaciones realizan, fundamentalmente, actividades de aprendizaje y capacitación, tanto personal como social, y son atendidos en sus necesidades de desarrollo permanente. En estos recursos también se llevan a cabo actividades laborales como medio para conseguir que estas personas alcancen los mayores niveles de autonomía personal, integración y participación en la comunidad. Según los últimos datos hechos públicos por el área foral de Servicios Sociales, la Diputación destinó durante el pasado ejercicio 2018 un total de 33,5 millones de euros a la atención de personas con discapacidad del territorio, cerca de un 10% más que en la anterior legislatura.

La fiesta. Como todos los años por estas fechas, y ya van diez, el patio de la ikastola Lakuabizkarra se transformó ayer en un espacio para dar rienda suelta a la diversión emulando a pequeña escala una de las tradiciones festivas más arraigadas del entorno. La ‘culpable’ de ello fue la fiesta anual de la red de centros ocupacionales para personas con discapacidad intelectual que gestiona la Diputación alavesa.

Los centros. Estos recursos tienen como finalidad principal avanzar en la mejora de la calidad de vida de sus alrededor de 400 usuarios, todos ellos mayores de edad. Siete de ellos -Ariznabarra, Adurza, Helios, Puerto Rico, Arriaga, Lakua y Salburua- se encuentran en Gasteiz, mientras que el resto se reparte entre Laudio, Arbulo y Oion.

El responsable del centro ocupacional de Ariznabarra ponía ayer en valor esta celebración.

70

Años tiene Consuelo López, usuaria de mayor edad y que ayer recibió el tambor de oro.