Laguardia - Nadie sabe con exactitud desde cuándo se celebra la ceremonia del tremolar la bandera de Laguardia, pero en lo que sí se coincide es que es una tradición muy antigua que está relacionada con la forma de dar las gracias a los patronos por haber repelido a los enemigos. Hoy no hay enemigos que repeler. Todo lo contrario. Estos días Laguardia acoge a todos los que llegan y les anima a participar en el intenso programa de fiestas. Y uno de los acontecimientos más populares es la ceremonia del tremolar la bandera, que no consiste tan solo en hacerla ondear, sino que muestra en una larga ceremonia antiguas costumbres que los vecinos de aquella villa medieval han ido transmitiendo de generación en generación.
Ayer, día grande de las fiestas dedicadas a San Juan, este acto comenzó a las once y media de la mañana. Sin autoridades en la plaza, solo vecinos, dantzaris, gaiteros y músicos de la banda municipal. En esa primera parte eran ellos los protagonistas. Formando dos largas hileras, encabezadas por el joven cachimorro Aritz Santamaría, que comparte esa responsabilidad desde el 24 de junio de 2015 con Raúl García, responsable del grupo de danzas y, esta legislatura, regidor síndico, ya que es concejal, aguardaron a que los gaiteros dieran la señal. Tras unas primeras notas, Aritz dio la salida a los dantzaris y seguidos por los gaiteros marcharon hacia el domicilio del alcalde, Lucio Castañeda. No habían terminado de salir de la plaza cuando la agrupación musical, dirigida por Eduardo Moreno, formó también en la plaza y de la misma manera fueron hacia el domicilio del mandatario municipal.
Sin parar de bailar y con la participación de todos los músicos aguardaron ante el portal del regidor que, al salir, fue saludado por el policía municipal que escoltaba la comitiva y ésta arrancó de nuevo con la misma formación de salida para regresar a la plaza Mayor. El alcalde, flanqueado por dos jóvenes y acompañado por su esposa, fue el último en entrar en la plaza y se dirigió al Ayuntamiento directamente.
Pocos minutos después se repitió la misma escena, pero en este caso fue para ir a buscar a las autoridades: diputado general, Ramiro González y su gabinete; presidente de las Juntas, Pedro Elósegui; alcaldes, junteros y representantes de partidos políticos, que esperaban en el exterior de la muralla, al otro lado de la puerta de Carnicerías. La comitiva regresó y todos quedaron bajo los soportales de la plaza Mayor a la espera de quien tradicionalmente ostenta mando sobre la villa durante las fiestas de San Juan: el regidor síndico.
Este regidor síndico es el encargado de llevar la bandera de Laguardia, es depositario de la llave de la caja municipal y preside la salida de las reses bravas de la plaza el día del patrón, entre otras funciones. Ésa es la razón por la que es el último en llegar y, para ello, por tercera vez, sale la comitiva musical de la plaza y poco después regresa con él. Es el momento en el que las autoridades salen de la Casa Consistorial y tras saludarle se colocan de espaldas a la puerta de la muralla, mientras un operario municipal quita la bandera de Laguardia de su soporte en el balcón y la hace descender hasta la calle, donde es recogida por una técnica de la oficina de turismo, quien la lleva, atravesando el pasillo formado por los danzadores, para entregarla al regidor, que se la coloca apoyada sobre el hombro izquierdo en señal de la antigua dependencia al reino de Navarra.
24 de junio. Fecha desde la que Aritz Santamaría comparte la responsabilidad de ser cachimorro con Raúl García, responsable del grupo de danzas y regidor-síndico esta legislatura.