Laguardia - Laguardia comenzó ayer las fiestas patronales con la llegada de una impresionante ola de calor que no logró desanimar a vecinos y visitantes a tomar las calles de la villa medieval, entre otras razones gracias al desvelo con el que los establecimientos hosteleros llenaron sus barras de ricos pintxos acompañados por vinos frescos mientras llegaba el momento de que estallara el tradicional txupinazo.

Y es que ayer, domingo y comienzo de las fiestas patronales, es el día que quizás más gente llega a Laguardia. Así lo consideran en muchos lugares, entre otros entre los responsables de turismo de la villa, y buena muestra de ello fue que desde a primeras horas de la mañana todos los aparcamientos se habían llenado de vehículos. Afortunadamente, el tener el ascensor a pie de colina ayudó a muchos a dejar el coche en la zona de las piscinas y recorrer los escasos metros que separan caminando hasta el elevador.

La fiesta se había previsto que comenzara a las 13.00 horas, pero desde una hora antes se recogían las inscripciones de las cuadrillas para participar en el concurso de zurracapote, que se falló anoche en el transcurso de la verbena.

Quien estaba algo inquieto era el flamante alcalde del pueblo, el jeltzale Lucio Castañeda, ya que era la primera vez que le tocaba el honor de prender la mecha del txupinazo. Poco amigo de los cohetes, Castañeda asumió que era su deber encender la mecha y solamente puso como condición que ésta fuera más larga y además que la prendería con otra, no como se hace en otros muchos lugares con un cigarrillo.

Y así fue. Cuando dio la una en punto de la tarde, la gran cantidad de gente arremolinada en la plaza Mayor, al pie del Ayuntamiento, comenzó a silbar para animar al primer edil a salir a prender la mecha y de esta manera Castañeda encendió su primer cohete y con el txupinazo se inició el delirio de los asistentes. Primero fueron unas notas de los gaiteros, momento en el que el nuevo regidor síndico, Raúl García, hizo ondear la bandera de Laguardia, colocada en el balcón, y a continuación la Agrupación musical de Laguardia, encabezada por su director. Eduardo Moreno, inició el pasacalles siguiendo los pasos de los gaiteros, que se habían adelantado unos metros. Tras ellos salió la txaranga Malatxo rodeada de una gran multitud, muchos de ellos de la peña Basteriak, para dar una vuelta por algunas de las céntricas calles de la villa amurallada.

Mientras eso acontecía en el interior de la villa, en el exterior, tanto en la plaza Nueva como en el antiguo frontón, los feriantes se apresuraban a terminar de instalar sus atracciones y varios puestos, entre ellos de churrería.

Por la tarde, a las 18.00 horas, se celebró la primera de las representaciones del tremolar de la bandera ante San Juan y la Virgen del Pilar por parte del regidor sindico, tras celebrarse el rito de ir a buscar con gaiteros, banda de música y danzadoras al alcalde y al regidor sindico a sus casas y de haber repartido flores a las autoridades en la plaza.

Tras ello hubo verbena con la orquesta Ingenio en la plaza, poteo por los bares de la villa, degustación de zapatillas organizada por la peña Los Zaborricos, así como pasacalles nocturnos, entre otras muchas actividades, uno por cada una de las dos peñas de la localidad.

Hoy lunes, día de San Juan, será uno de los días grandes de las fiestas de Laguardia y comenzará a las 10.00 horas con una diana y pasacalles a cargo de la agrupación musical. Y es que a las 11.30 horas de la mañana, ya con el diputado general en funciones, Ramiro González, y otros miembros de su gobierno en el pueblo, así como alcaldes de otras localidades, se rendirá el homenaje al patrón con la ceremonia del tremolar la bandera en la parroquia.

Además, será el día en el que las reses bravas volverán a correr por las calles de Laguardia: a las dos y a las siete de la tarde y a las ocho y media en el coso taurino instalado en el patio del colegio Víctor Tapia. Ya por la noche, a partir de las doce, entre las verbenas, se quemará una colección de fuegos artificiales desde el quiosco de El Collado.