Vitoria - El café que se tomó Yeray Gomara Merino al día siguiente de que la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) publicara las notas de Selectividad le sentó mejor que nunca. “Estaba en el sofá, después de desayunar y me llamaron desde un número que pensaba que era una operadora de telefonía, pero no. Era desde el vicerrectorado del campus de Álava y me dijeron que había sacado una de las mejores notas. Sí que me esperaba una calificación alta, pero no esperaba estar entre los mejores, así que me quedé un poco de piedra”, confiesa este laudioarra que ha estudiado en el Instituto Zaraobe (Amurrio).
Y eso que, como recuerda, la víspera también le había pasado algo parecido cuando dejó el ordenador encendido hasta que se cargaran las notas, “las miré de sopetón y estuve como unos 10 minutos intentando hacer cálculos para ver si me daba la nota para Medicina porque de los nervios no podía. Y según me enteré, empecé a gritar y apareció mi madre. No nos lo creíamos. Al final, tanto esfuerzo mereció la pena”, destaca este chico, que en cuanto acabó la Selectividad se fue con un amigo a un concierto heavy de Vita Imana en la Stage Live, de Bilbao, y que se matriculará en Medicina, en Leioa, aunque a lo largo de la carrera decidirá si elige la especialidad de Endocrinología o de Psiquiatría.
De lo que Gomara no tiene dudas es que, al final, la EAU “no es tan mala como la pintan”, así que el consejo que da a los futuros estudiantes es que se la tomen con calma. “Todo el mundo me decía lo mismo, pero al final es que es así. La base la adquieres durante el curso, pero lo que sí que es necesario para despuntar en la prueba y para quizá ir más tranquilo es dedicar unas horas y ser constante para la preparación de la Selectividad y durante el curso”, resalta.
El mismo día en que terminó las clases, se hizo un horario para calcular cuántos días tenía hasta Selectividad y cuántas horas. “Al día siguiente, me tomé un día de descanso y luego empecé. Estudiaba cuatro horas por la mañana y hacía dos de una asignatura y dos de otra. Y descansaba un par de horitas. Y luego, de 16.00 a 20.00 horas, estaba otras cuatro horas. Yo creo que de esa manera, desconectando, me fue mejor porque si me llego a obsesionar, creo que tampoco me hubiese ido tan bien en la Selectividad”.