Se puede seguir siendo una madre o un padre 10, aunque el hijo traiga a casa un cero en sus notas escolares. De hecho, la regla básica para cuando el progreso académico del niño no presenta la evolución esperada, como aconseja Begoña Sánchez Orduña, psicóloga clínica en el Hospital Vithas San José de Vitoria, es actuar con empatía puesto que “no es un asunto trivial, ya que la forma en que los padres reaccionan ante las calificaciones de sus hijos puede afectar a su motivación, autoestima, sensación de autocontrol sobre su aprendizaje y evolución así como en su actitud ante el estudio”.

La especialista reconoce que ser empático “no siempre es fácil, pero cuando nos mostramos así con nuestros hijos les estamos diciendo que les entendemos y que respetamos sus necesidades”.

De este modo, se contribuye a reforzar su autoestima, motivación y la confianza en su entorno. Si bien, empatizar no significa “consentir o ceder a los caprichos”, sino tomar en consideración sus sentimientos y dificultades a la hora de ayudarles. “El foco se pone en tratar de entender lo que nuestro hijo necesita, en lugar de ponerlo sobre lo que pensamos que necesita”, destaca.

Sánchez detalla que es frecuente que antes de recibir las notas existan indicios previos, ya que los niños pueden expresar señales, incluso de forma no verbal, sobre cómo se sienten.

Cómo reaccionar En lugar de reaccionar de forma abrupta, recomienda mantener la calma y aplazar la respuesta. Como ejemplo, “necesito tiempo para pensar lo que quiero decirte. Hablaremos de esto mañana”.