Vitoria - El centro comercial El Boulevard de Vitoria acogió la semana pasada la conferencia sobre concienciación tecnológica Contr@dicción, coincidiendo con el día internacional del juego.

El evento contó con la asistencia del doctor Marc Massip, psicólogo y experto en adicción a las nuevas tecnologías. Compartió el psicólogo con los asistentes las mejores prácticas que se deben adoptar para hacer un buen uso de las nuevas tecnologías sin deteriorar las relaciones personales y sin crearse dependencias o adicciones.

Contr@dicción es el nombre del reclamo del proyecto de responsabilidad social corporativa de CBRE global investors, gestora de activos inmobiliarios de ámbito internacional. Su objetivo es informar y alertar sobre los peligros y síndromes asociados con el uso excesivo de las nuevas tecnologías, cada vez más presentes en la sociedad.

El proyecto comenzó con el lanzamiento de una película que retrata algunas epidemias tecnológicas de la era moderna, donde se abordan síndromes asociados a todos los géneros y edades, como son la adicción a los videojuegos, la depresión causada por las redes sociales, las náuseas digitales, la nomofobia, la cibercondria, el tono de llamada fantasma, el phubbing o las lesiones físicas. Al final, se muestra el verdadero valor de la vida y la importancia de las relaciones personales sanas.

Antonio Simontalero, country manager en CBRE destaca que “nos sentimos muy orgullosos por haber logrado reunir a la comunidad en torno a una causa tan sensible y con tanto impacto en nuestra sociedad como es la adicción tecnológica”. Por ello, espera que esta iniciativa contribuya a una mayor concienciación, especialmente entre los jóvenes, en un momento en el que la organización mundial de la salud (OMS) acaba de anunciar el reconocimiento oficial de la adicción a los videojuegos como un problema de salud mental.

Patricia Sanz García, márketing manager de El Boulevard, subraya, por su parte, que “fue impresionante ver las reacciones de los jóvenes cuando se les advirtió de los peligros de la persistencia en comportamientos que implican la falta de control sobre las nuevas tecnologías y el efecto que esto trae para su día a día”. La campaña se complementa con contenidos educativos compartidos en formato digital a través de redes sociales y en formato físico, a través de soportes internos.

Las acepciones Jóvenes y adultos se enfrentan hoy en día a las llamadas epidemias tecnológicas, dependencias que van a más. De hecho, la OMS incluirá la adicción a los videojuegos en la próxima edición de la clasificación internacional de enfermedades como un problema de salud mental. La nueva clasificación entrará en vigor en 2022. He aquí algunas de estas acepciones relacionadas con las adicciones a las nuevas tecnologías explicadas a lo largo de esta campaña.

Así, por ejemplo, de un lado está el síndrome del tono de llamada fantasma, la sensación errónea de que el teléfono móvil está vibrando o sonando. Se trata de un comportamiento automatizado y condicionado en el que un pequeño estímulo es suficiente para reaccionar y realizar un determinado comportamiento.

Dentro de este diccionario también figura la denominada depresión causada por las redes sociales. Se origina por una interacción social online excesiva, que puede llevar a sentimientos de aislamiento, inutilidad, comparación de nuestras vidas con otros, falta de energía o de sueño. Este trastorno puede deberse -según los expertos- a que las personas tienden a publicar en las redes sociales el lado positivo de la vida, como vacaciones, automóviles, viviendas, promociones de trabajo o fiestas. “Nos comparamos fácilmente con otros y tendemos a devaluar nuestras vidas”. Otro episodio es la adicción a los videojuegos, ya que los juegos tienen la característica de ser adictivos, por lo que se pasa mucho tiempo jugando con ellos. El problema surge cuando no se puede controlar y el adicto tiene que estar siempre jugando. En consecuencia, descuida tareas tan básicas como dormir, comer, bañarse o relacionarnos con otras personas.

La nomofobia, por su parte, es un trastorno que se caracteriza por la ansiedad que surge cuando una persona no tiene acceso a dispositivos móviles, a internet o cuando se queda sin batería.

La náusea digital o cybersickness es un trastorno caracterizado por la desorientación y el vértigo que se sienten cuando se está expuesto a ciertos entornos gráficos. Demasiado color y estímulos visuales pueden incluso provocar conflictos en los circuitos cerebrales y provocar convulsiones.

Los expertos hablan también de cibercondria o hipocondria digital, que padecen muchas personas cuando sienten dolor o alguna sintomatología inusual, lo buscan en internet y asumen que tienen una enfermedad basada en resultados como cáncer, tumores, sida, etc. Este comportamiento crea diagnósticos falsos.

El diccionario de adicciones a las nuevas tecnologías alerta también sobre la amnesia digital. Y es que, debido al fácil y rápido acceso a la funcionalidad de búsqueda de información, al final, la persona tiende a no retenerla precisamente porque puede recuperarla en unos segundos y acaba reemplazando a la memoria.

Phubbing es cuando un grupo de personas se reúne, pero se ignora entre sí debido al uso del teléfono móvil. Y muerte en carretera, uno de los más peligrosos, al ser el teléfono móvil una de las causas del deceso en un accidente de tráfico.

Además, el listado de alertas de los expertos incluye también la denominada lesión por esfuerzo repetitivo, es decir, cuando el uso excesivo de ordenadores, videojuegos y teléfonos móviles termina causando lesiones, como daños en la columna vertebral o en las manos de los usuarios, debido a la mala postura y a un uso prolongado de estas tecnologías.

Tono de llamadas fantasmas. Es la sensación errónea de que el teléfono móvil está sonando.

Depresión por las redes sociales. Lleva a sentimientos de aislamiento, inutilidad, comparación de nuestras vidas con otros, falta de energía y sueño.

Adicción a los videojuegos. Descuida tareas tan básicas como dormir, comer, bañarse o relacionarse.

Nomofobia. La ansiedad que surge cuando una persona no tiene acceso a dispositivos móviles, a internet o cuando se queda sin batería.

Náusea digital. Desorientación y vértigo que se sienten cuando se está expuesto a ciertos entornos gráficos.

Cibercondria. Dolor que buscan en internet y asumen que tienen una enfermedad creando diagnósticos falsos.

Amnesia digital. Con un acceso rápido a la información, la persona tiende a no retenerla.

‘Phubbing’. Un grupo de personas se reúne, pero se ignora debido al móvil.

Lesión por esfuerzo repetitivo. De ordenadores, videojuegos y móviles.