vitoria - Álava lamenta un suicidio cada 17 días, aproximadamente, según los últimos datos oficiales disponibles. La cifra impacta y asusta, y no es de extrañar. No en vano, la muerte autoinfligida constituye la primera causa de fallecimiento no natural entre la población general, muy por encima de los accidentes de tráfico, pero al mismo tiempo sigue siendo una realidad silenciada, tabú y rodeada de incomprensión. Las muertes por suicidio se sitúan además a la cabeza del ranking entre las personas con enfermedad mental, un colectivo especialmente de riesgo.

Lo sabe bien Vanesa Vadillo, psicóloga del colectivo Asafes, que entre sus múltiples programas ofrece uno enfocado a la prevención de este fenómeno complejo y multicasual. “Empecé a buscar herramientas, porque lamentablemente hay gente de la asociación que ha muerto por suicidio y también hay gente con ideas suicidas”, explica. Esta preocupación, compartida desde múltiples instancias, ha empujado al Departamento vasco de Salud a redactar su primer Plan de prevención del suicidio, un documento que se presenta hoy mismo, al que la propia Asociación alavesa de familiares y personas con enfermedad mental ha hecho sus aportaciones. “Es un tema tabú, que estaba muy silenciado y que ahora ha comenzado a salir del silencio y del armario”, corrobora por su parte Ana Belén Otero, gerente de Asafes.

Partiendo de este contexto, el colectivo se puso manos a la obra para organizar una jornada profesional en la que abordar esta realidad desde todos los prismas posibles y ayudar tanto a su comprensión como a su mejor abordaje. La semilla de este trabajo va a germinar pronto: El Palacio Villa Suso de Gasteiz acogerá este próximo viernes 7 un seminario dirigido a profesionales que, bajo el título Rompiendo el tabú del suicidio, dará voz a varios expertos de referencia en esta materia. La ponencia marco de esta cita que agotó sus 160 inscripciones en apenas una semana correrá a cargo de Andoni Ansean Ramos, presidente de la Fundación española para la prevención del suicido. Un gasteiztarra residente en Madrid que se ha convertido en una de las voces más autorizadas en este campo.

“Pretendemos romper con ese tabú y que los profesionales, que están preocupados y en ocasiones no saben afrontar el problema, tengan más herramientas para abordarlo. Es un tema sobre el que no hay demasiada información”, apunta de nuevo Vadillo. “Es un asunto delicado, que no se puede tratar de cualquier manera. Es necesario también dar formación”, añade entretanto José Miguel Colino, que es trabajador social de Asafes y junto a Vadillo se ha implicado directamente en la organización de esta cita, en la que colaborarán las principales instituciones. “Han contactado con los mejores y tenemos la suerte de que han accedido”, apunta de nuevo Otero.

En el seminario, que arrancará a las 9.30 horas, el psiquiatra de la Red de salud mental de Bizkaia y experto en suicidios Jon García Ormaza analizará tanto la detección como la prevención del suicidio, mientras que Cristina Blanco, cofundadora de la Asociación vasca de suicidiología y profesora de sociología de la UPV/EHU, departirá sobre la postvención, o cómo afrontar el duelo tras el suicidio. “Hacen falta espacios en los que tratar este tema, que es muy estigmatizante”, señala Otero en torno a la importancia de una jornada como la que se va a vivir en Vitoria.

La magnitud del problema es todavía mayor de lo que parece, porque a pesar de que la tasa de mortalidad global por suicidios es de 16 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, por cada una de estas personas se estima que hay otras 20 que lo intentan. Para la Organización mundial de la salud (OMS), de hecho, estamos ante “el mayor problema de salud pública de Europa”. “Son las muertes doblemente invisibles: Primero porque la gente muere y luego porque no se habla del tema”, apunta de nuevo Colino.

los mitos y las realidades La confederación Salud mental España ha puesto precisamente este año en su foco la necesidad de visibilizar el fenómeno del suicidio y de acabar con los múltiples mitos que lo rodean, que ejercen como particular pescadilla que se muerde la cola a la hora de abordar esta realidad. La campaña #HablaDelSuicidio, lanzada el pasado mes de septiembre en las redes sociales, ha servido para sensibilizar a la población sobre el problema.

Uno de los mitos más habituales en torno al suicidio es que no se puede predecir y, por tanto, prevenir. Nada más lejos de la realidad según este organismo, para quien la detección temprana de esta conducta y disponer de los recursos y los espacios adecuados para hacerlo resulta fundamental. También facilitar que las personas que han podido tener ideaciones suicidas pidan ayuda, ante lo que es “imprescindible” avanzar hacia la desestigmatización del suicidio.

Otra de las creencias erróneas en torno a este fenómeno es que las personas que deciden quitarse la vida son egoístas o valientes, cuando la realidad es que la conducta suicida no está vinculada con ninguna de estas cualidades sino con un “altísimo grado de sufrimiento” de la persona. Salud mental España también ha querido incidir en que los intentos de suicidio, al contrario de lo que todavía mucha gente piensa, no son una llamada de atención, sino la manifestación de la desesperación y dolor que sienten quienes los llevan a cabo. Tampoco es cierta la idea de que la persona que quiere acabar con su vida no avisa, ya que muchas personas revelan de alguna manera sus intenciones a su entorno. “Otro mito muy habitual es que hablar de suicidios, los promueve”, añade Vadillo, lo cual entronca en la necesidad de tratar este tema, siempre con las necesarias cautelas, para avanzar en su conocimiento y su prevención.

Por de pronto, la buena respuesta que ha tenido entre los profesionales de la educación, la salud, el ámbito social y la seguridad la cita que se celebrará en Villa Suso sugiere, aunque sea a la pequeña escala que representa Gasteiz, un cambio de tendencia. “Nos ha sorprendido gratamente”, celebra Otero.