Pablo José Pérez

LAGUARDIA - Los hermanos Juanma y Rubén Lavín Santamaría han logrado convertir el Centro Temático del Vino Villa Lucía, creado por ellos y sus padres, en un centro de interpretación del vino de Rioja Alavesa, y también en una apuesta por el ocio, tanto enogastronómico como festivo, del que adolecía la comarca más turística de Euskadi.

Acaban de terminar la programación iniciada el año pasado, ¿cómo valoran la acogida que ha tenido ComeCultura?

Juanma Lavin: La gran fiesta Spring Wine Fest, junto a la Gala del Humor que hicimos en febrero han sido, por un lado, el colofón de ComeCultura del año pasado y, por otro, el pistoletazo de salida del programa de este año que ha querido unir todo lo que es el mundo de la enocultura con la gastronomía, especialmente con el homenaje realizado a los vinos ganadores del Concurso de Vinos de la Fiesta de la Vendimia de Rioja Alavesa que se celebró el año pasado en Elvillar.

Rubén Lavín: El balance de ComeCultura es muy positivo, con una gran afluencia de gente en todos los eventos, tanto en los de Risas km. 0, en los que se hizo un maridaje entre el humor, las artes escénicas y la enogastronomía ligada con el lugar de nacimiento del monologuista o de la temática con la que está trabajando ese día. En cuanto lo que son las fiestas, han sido todas un éxito, con muchos asistentes, especialmente de comunidades autónomas circundantes, algo que es importante porque se fomenta el turismo.

J.L.: Lo importante es que con ellas se dota de ocio nocturno a la comarca, hecho del que adolecen casi todas las zonas rurales vitivinícolas donde no suele haber un ocio nocturno donde los turistas y la propia población local puedan participar y puedan disfrutar. A esto se suma en beneficio de que este atractivo contribuye a fijar residencia, población, lo que beneficia a Rioja Alavesa y, por supuesto, a crear puestos de trabajo en la comarca.

Estas iniciativas ¿coinciden con el diseño que necesita la comarca para su desarrollo rural?

J.L.: Todas estas cosas van en línea con los planes comarcales y supracomarcales que se refieren tanto al turismo como al desarrollo rural de Rioja Alavesa, de Álava y de Euskadi. Con todo lo que se ha hecho, con las cenas temáticas y las fiestas, se ha tratado de poner en valor el producto local de cercanía y no solamente los vinos de la comarca sino también los productos tanto de Euskolabel como aquellos elaborados, criados o facilitados por productores de la comarca.

Villa Lucía lleva casi dos décadas como centro temático del vino.

J.L.: La verdad es que lo que nosotros queríamos era tener un lugar que fuera un foro de encuentro para todos los amantes del vino, Por un lado, para aquellos que no conocían el mundo del vino y a través de su conocimiento consiguieran amarlo, les gustase más o menos el vino. Y ello, para que conociesen la cultura del vino entroncada dentro de una comarca como es Rioja Alavesa, porque aquí toda la gente forma las raíces que lo hacen posible. La idea era facilitar al medio rural de Rioja Alavesa de un centro de eventos donde pudiesen darse actividades relacionadas con los congresos, las jornadas y los negocios. Y por otro lado, a través del museo, hacer participar a la gente, disfrutar y conocer el mundo y la cultura del vino pasándoselo bien.

R.L.: También queríamos facilitar una restauración de cercanía y local a todos aquellos turistas congresuales que llegaban a Vitoria. Nosotros, a través de una empresa de catering trabajamos mucho con congresos y reuniones en el palacio Europa y en Villa Suso, de Vitoria y lo que facilitábamos era que pudieran venir aquí, a Rioja Alavesa, a conocer el mundo del vino y que pudieran comer en una bodega. Y es que entonces las bodegas no se abrían, era muy difícil que una bodega te dejara dar una comida. Así que, primero montamos las carpas para ser algo diferente a pie de viñedos, a pie de la sierra de Cantabria, para que la gente pudiera comer viendo ese paisaje.

J.L.: Pero seguían demandándonos una bodega o así. Villa Lucía se hizo con criterios de bodega lo que es el museo, por si fallaba y teníamos que ir a bodega, y como no disponíamos de un arquitecto famoso y después de tener más de 300 bodegas en la zona, nosotros no nos podíamos diferenciar por ese hecho porque económicamente eso era inalcanzable para nosotros. Por eso nos decantamos por algo que no existía, un centro de interpretación del vino, un centro de congresos, un centro de eventos y un restaurante para poder dar de comer a toda esa gente que quería venir a Rioja Alavesa, con una cocina tradicional, respetuosa y honesta.

¿Y las fiestas?

J.L.: En cuanto a las fiestas, al principio queríamos hacer actividades diferentes, incluso crear el asador que se hizo después, pero entonces tuve que ir al hotel Villa de Laguardia y por eso no pudimos acometer ese proyecto. Se aparcó y, al salir del hotel Villa de Laguardia regresé a casa y pusimos en marcha, pudiendo estar los hermanos, tanto Rubén como yo y a mi familia y todo el equipo humano que había, alguno con más de 20 años trabajando con nosotros. Si se me pregunta si en el origen pensábamos en estas fiestas, pues no. Lo que pasa es que todo ha evolucionado, hay unas carencias a nivel de ocio, creemos que la gente necesita divertirse, pasárselo bien, pero a la vez ir acercándose a la enogastronomía, a su cultura, porque es importante, igual que a la música. La dimensión que está cogiendo y que esperamos que coja no lo pensábamos, pero la idea era ir realizando ese camino poco a poco

¿Rioja Alavesa está bien dotada de infraestructuras turísticas?

J.L.: En cuanto a alojamiento ha aumentado muchísimo en estos veinte años. No tiene nada que ver lo que había entonces con la oferta que hay en estos momentos. Ahora hay un gran abanico de alojamiento, para todos los públicos, para todos los gustos y para cada momento. Podemos venir en familia a una casa rural, a un alojamiento de turismo y en otras ocasiones a lo mejor necesitamos un hotel, más servicios, o servicios diferentes porque tenemos una necesidad más relacionada con el negocio o con los congresos o eventos.

R.L.: De esa infraestructura estamos bien, e incluso ahora se abrirá un hotel nuevo en Lapuebla de Labarca y esto es muy bueno para aquellos pueblos que tienen establecimientos hoteleros, porque al final es una creación de riqueza. El que un pueblo tenga uno o dos hoteles o alojamientos es bueno porque lo dinamiza. Y dinamiza también los bares, la farmacia y dinamiza los comercios. En cuanto a restauración tenemos una oferta muy amplia también, para todos los gustos y para todos los bolsillos.

¿Hay saturación de visitantes en Rioja Alavesa?

J.L.: Quizás el problema que tenemos es que todo el mundo quiere venir en fines de semana, en Semana Santa y en determinadas épocas. Y es que estamos estacionalizados, aunque se ha conseguido mucha desestacionalización sobre todo hacia meses en los que antes venía poca gente, e incluso entre semana. También está aumentando considerablemente el turismo internacional, que por cierto también acude a estas fiestas, a estos eventos, procedentes de Estados Unidos, Australia, Alemania, Francia, Reino Unido. América del Sur y de todas las comunidades a nivel estatal.

¿Cuál sería la solución a esa concentración de visitantes?

R.L.: La desestacionalización es quizás el primer objetivo que deberíamos acometer porque hay días en el mismo Laguardia que se concentra muchísima gente, pero el resto de la semana no es así. Deberíamos trabajar todos en ese sentido, quizás turnándose los servicios y los recursos que tenemos para poder atender en todas las fechas. Hay momentos en los que hay mucha oferta, suficiente, pero en otras en las que no nos ponemos de acuerdo y cierra casi todo el mundo y se quedan muy poquitos.

¿La oferta de ocio es también un elemento importante para descongestionar la enorme afluencia a bodegas?

J.L.: En cuanto al ocio, el nocturno es muy escaso y esa oferta es muy importante para que consigamos un destino potente, importante, maduro y que sea atractivo para todo tipo de gente. Una cosa buena que se está consiguiendo con ComeCultura, y así se ve en las fotos de los eventos que hemos organizado, es que se aprecia gente de 18-19 años con gente de 60-70, todos juntosy bailando, con una copa de vino tinto o blanco o con mojitos de vino. Es maravilloso ver a gente joven bailando junto a gente no tan joven y todos con los vasos de vino. Lo bueno de estas fiestas es que hay una amalgama de gente que se lo está pasando bien, que su objetico es disfrutar y que da igual la edad. Tenemos que ser universales, tenemos que crear más ocio nocturno, aunque sea difícil, porque hay que traer gente de fuera.

R.L.: Nosotros la traemos en los autobuses, desde Logroño, Bilbao o Vitoria, pero también opino que la gente de aquí debería aprovecharse más de estos eventos que se hacen y de otros que se hagan porque también son para ellos,

J.L.: En realidad, estas fiestas están muy pensadas para la población de la zona. Se planifican para ellos y se traen grandes personajes, Este año, el plantel de humoristas que se van a traer será también muy importante, con un Agustín Jiménez, un Pedro Llamas, un Martín Luna, un Enrique Loyola. Hay un montón de gente que va a venir a los eventos que son unos números unos, y los vas a tener en casa.

Para ustedes, la población de la zona es fundamental.

J.L.: En la medida en que un evento es aceptado por la gente de la comarca y por los que vengan se anima a seguir organizándolos. Porque -por un lado- tienes la satisfacción de que la gente acude y disfruta. Por otro, porque económicamente son actos rentables y ese debe ser también el objetico, aunque al principio debes dedicar mucho a sembrar y los números no salen y ahora ya están saliendo. Y todo eso tiene que ir acompañado porque la gente de la zona se convierta en embajadores y no solo con nuestro proyecto, sino con cualquier iniciativa que haya en la zona y que sea de ocio.

Y esto, ¿cómo afecta al comercio y al negocio de proximidad?

J.L.: Nos quejamos de que cada vez hay menos comercio y yo pregunto qué hacemos la población de Rioja Alavesa para que funcione y se desarrolle. ¿Estamos dispuestos a pagar un porcentaje más para que el comercio local pueda vivir y mantener sus tiendas en cada uno de los pueblos? o ¿preferimos desplazarnos a las grandes superficies a comprar, seguramente a precios más baratos pero que en domingo no están abiertos y es cuando nos acordamos de la tienda del pueblo? La propia población de Rioja Alavesa tiene que cuidar sus establecimientos y tiene que hacer una reflexión: si queremos servicios tendremos que consumirlos para cuidarlos y para que nos cuiden. Porque lo importante en el turismo, en el comercio, no es que un sábado te vengan miles de personas, porque no tienes estructura para ello. Lo que necesitas son cientos todos los días para que haya una estructura de personal permanente. De lo contrario, Rioja Alavesa se convertirá en un desierto de comercios, establecimientos, locales y negocios si la propia población local no los utiliza

R.L.: En ese sentido creo que la Ruta del Vino de Rioja Alavesa está contribuyendo de manera importante, tanto en formación, como en promoción, para la creación de destino, haciéndonos visibles no solo a nivel nacional sino también internacional. Pero además tiene una función importante como es la convivencia entre lo que es la población de Rioja Alavesa y los turistas y visitantes.

Villa Lucía está realizando una apuesta importante por los productos locales, los llamados kilómetro 0.

J.L.: Para nosotros es muy importante el producto local. Por un lado, por la calidad que tienen los productos, que es un gran valor. Pero también porque contribuyes a fijar población. Consumes y sabes que es más caro que si vamos a un comercio global. Pero esto sirve para ofrecer a los clientes esa calidad, porque en un mercado tan global nos tenemos que diferenciar con productos que son de aquí. Como anécdota, el jamón que se dio a degustar en la fiesta Spring Wine Fest, era jamón de cerdo de caserío curado y la gente pensaba que era ibérico aunque les decíamos que era de aquí, que es un producto Euskolabel. La gente de aquí se sorprendía y la de fuera más.

R.L.: Tenemos grandes productos y lo que no tenemos hay que traerlo: un buen langostino no tenemos en el Cantábrico y hay que traerlo de una zona buena. No hay que ser más papistas que el papa. Pero si tenemos un buen pollo de caserío, de corral, vamos a ir a por ese. Si tenemos unas buenas terneras aquí en la sierra de Cantabria o en Montaña Alavesa vamos a por eso. Cuando no tengamos, o no haya, ya acudiremos a otros lugares. El cliente lo va a apreciar y con ello ayudamos a la población, a los productores, entramos dentro de su círculo y a la vez nos dan la oportunidad de ofrecer producto diferenciador, con un valor añadido tremendo

Otro de los valores de Villa Lucía ha sido el rescate de la figura del fabulista Samaniego, junto a otras entidades de Laguardia.

J.L.: Así es. Junto con la Sociedad de Amigos de Laguardia hemos ayudado a poner en valor la figura del fabulista, ya que al fin y al cabo esta era su finca de recreo. Comenzamos con las fábulas, pero luego vimos que los cuentos eróticos son muy bien aceptados por los hispanohablantes, entre ellos los de los países sudamericanos porque los giros del lenguaje suyos y los del fabulista, propios del siglo XVIII, son muy similares y además les gusta esa literatura. Está teniendo éxito y por ello hemos puesto en marcha también a su esposa, Manuela de Salcedo.

R.L.: En breve haremos una presentación de dos libros en torno a Samaniego, uno para niños y otro para adultos.