Vitoria - Identificar correctamente qué es -y no- el acoso escolar, descubrir si un hijo lo está sufriendo o tener unas pautas básicas sobre cómo actuar frente al bullying, tanto si el menor ejerce como acosador, como acosado o como espectador, no son tareas sencillas para las familias, pero llevarlas a cabo correctamente puede ayudar a cortar de raíz vivencias marcadas por el sufrimiento. Es lo que se ha propuesto la Diputación Foral de Álava, que ha distribuido por distintos espacios públicos de las localidades más pequeñas del territorio, todas menos Gasteiz, Laudio y Amurrio, 7.500 manuales con toda la información necesaria en torno a esta problemática. El boletín, redactado en euskera y castellano, aborda el fenómeno del acoso escolar, sus tipos, los síntomas para detectarlo, nuevas realidades como el ciberacoso, materiales bibliográficos o recursos a los que recurrir.
Pese a que las iniciativas contra el acoso escolar en las aulas y la concienciación social han crecido de forma notable en los últimos años, la realidad dice que el bullying es todavía una lacra lejana de desterrar. Según los últimos datos hechos públicos por el departamento vasco de Educación, durante el pasado curso 2017/18 fueron identificados en Euskadi 79 casos de este tipo, el 14,29% de los 553 episodios que analizó la inspección del área que dirige Cristina Uriarte. Fueron apenas siete menos que durante el curso anterior. Un 43,03% respondió a la tipología de exclusión y marginación social, a los que siguieron los casos de agresión verbal (20,25%) y de agresión física directa (13,92%). La mayoría tuvo como escenario las aulas de educación Secundaria (un 57%) y más de dos de cada diez, un 21,51%, se produjeron a través de las redes sociales, Internet o cualquier otro medio cibernético.
De entre las herramientas puestas en marcha en la red educativa para poner coto al bullying destacan sobre el resto el programa contra el acoso escolar KiVa, que se estrenó hace más de dos años en 52 ikastolas de Euskal Herria y ha logrado reducir este tipo de episodios a la mitad, o el más reciente Bizikasi, una iniciativa contra el acoso y para la convivencia positiva que Educación puso en marcha a finales de 2017 y que aún sigue implementándose progresivamente.
Según detallan fuentes forales a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la distribución de los boletines se ha realizado principalmente a través de los centros escolares de la zona rural, aunque también pueden encontrarse para su consulta en otros espacios comunes como las salas de espera de los servicios sociales de base, de los centros de salud y de edificios municipales como oficinas técnicas o kultur etxeak. Esta iniciativa es una más de las acciones dirigidas al ámbito familiar que se enmarcan dentro del plan foral para la prevención comunitaria de las adicciones, del que es responsable el instituto foral de bienestar social (IFBS). Contando este último sobre el bullying, su servicio de prevención comunitaria ha editado nueve boletines monográficos anuales distintos para tratar de acercar a las familias temas que les afectan directamente como la prevención de las drogodependencias, el abordaje de la sexualidad desde casa, la resolución de conflictos o la convivencia con las nuevas tecnologías.
Según detalla en su introducción el último manual, un alumno se convierte en víctima de acoso escolar cuando sufre “de forma repetida y durante un tiempo” insultos, amenazas, rechazo social, intimidación psicológica o agresividad física, falsos rumores hirientes o exclusión de actividades o grupos por parte de otra persona de su mismo ámbito o por un grupo de iguales.
Los cambios de hábitos y de carácter, las alteraciones en el apetito o el sueño o, en casos graves, las ideas relacionadas con el suicidio son indicios claros de que un menor puede estar siendo víctima de bullying, mientras que los comportamientos agresivos, la impaciencia, la insensibilidad ante el sufrimiento de las demás personas o la dificultad para controlar las propias reacciones encajan en el perfil contrario.
Los consejos sobre cómo actuar, pero también sobre cómo no hacerlo, llenan también las páginas del boletín, que por ejemplo anima a las familias a que no intenten ocuparse del problema por su cuenta y que, si es necesario, pidan ayuda profesional. El manual también insta a no utilizar la violencia contra los menores agresores para, entre otras cosas, evitar reproducir sus mismas conductas agresivas o a evitar decir al menor agredido que intente solucionar el problema por sí mismo. Uno de los recursos públicos a los que se puede acudir en caso de necesitar ayuda es el teléfono de ayuda a la infancia y la adolescencia zeuk esan, el 11 61 11.
Nueva herramienta. La Diputación ha distribuido en los centros escolares y otros espacios públicos de las localidades más pequeñas del territorio, todas menos Gasteiz, Laudio y Amurrio, 7.500 manuales con toda la información necesaria en torno al ‘bullying’. El boletín, redactado en euskera y castellano, aborda el fenómeno del acoso escolar, sus tipos, los síntomas para detectarlo, analiza nuevas realidades como el ciberacoso y ofrece materiales bibliográficos o recursos públicos a los que recurrir.
Concienciación. Pese a que las iniciativas contra el acoso escolar en las aulas -como los programas KiVa o Bizikasi- y la concienciación social han crecido de forma notable en los últimos años, la realidad dice que el ‘bullying’ es todavía una lacra lejana de desterrar.
79
Casos de ‘bullying’ cuantificó Educación durante el curso 2017/18, siete menos que en el anterior.
43%
La mayoría de los casos respondieron a episodios de exclusión y marginación social.
2,1
De cada diez casos de acoso se produjo a través de las redes sociales o Internet.