Divididos por las mismas aguas
¿Limpiar los cauces del Zadorra y el Baias para evitar las inundaciones invernales y los daños a los agricultores, o respetar la vegetación de estos ecosistemas protegidos por la ley? La polémica se reactiva año tras año
Llueve sobre Álava y los cauces de algunos ríos crecen hasta abandonar su curso habitual. Las tierras situadas en las riberas se encharcan y los cultivos se echan a perder a la misma velocidad que la indignación se apodera de los agricultores. Llevan mucho tiempo padeciendo este mismo problema, viendo cómo las parcelas se inundan cada vez que las precipitaciones se descontrolan y están ansiosos porque alguna institución les ofrezca una solución. Las compañías se niegan a asegurar las parcelas después de recibir un determinado número de partes y el quebranto económico causado por las inundaciones les supone un auténtico problema. Cada año, por estas fechas, en el territorio se habla de la limpieza de los cauces de los ríos, fundamentalmente del Zadorra y del Baias, responsables de la mayor parte de estos desbordamientos. Se dice que su retirada contribuiría a evitar los embalsamientos, pero la adopción de esta medida no resulta tan sencilla como pudiera pensarse. La agencia vasca del agua, URA, recuerda que la vegetación de los ríos está protegida por ley y que retirarla, tal y como se hacía en los años 60 y 70, supondría incurrir en un delito ecológico. Además, explican que cuando el caudal de un río se multiplica por 10 o por 20, de nada sirve limpiar eliminar la vegetación ya que la vaguada es incapaz de contener una avenida semejante. Es más, señalan que incrementaría la velocidad de descenso y causaría destrozos en las fincas ribereñas aguas abajo.
Javier Torre, presidente del sindicato agrario de Álava, Uaga, asegura que el problema “es cada vez más asiduo, en parte por el clima y en parte por cómo están los ríos”. “Nos han dicho por activa y por pasiva que se iban a hacer limpiezas y a tomar medidas, pero nunca llegan. Alguna vez se ha hablado del plan de catástrofes para arreglar caminos y pagar indemnizaciones a los agricultores, pero todo se queda siempre en promesas que no se cumplen. La gente está cansada y cabreada”, advierte.
Al portavoz de la Uaga le resulta incomprensible que “si a una fábrica le entra agua, a los cuatro días hay indemnizaciones y la posibilidad de limpieza en ese punto, pero para el campo no”. “Parece que el campo es de todos y no, cada cual tiene allí su pequeña empresa. Demandamos actuaciones en ríos y arroyos, y contar con el apoyo de todos. Que URA conceda las autorizaciones de limpieza que hasta ahora ha denegado, que aporte un dinero, que también aporten la Diputación y el Ayuntamiento, y entre todos hacer algo”.
Además de las limpiezas de cauces, la Uaga plantea otras medidas como la reparación de motas dañadas o la ejecución de algún bypass para cuando se abren las compuertas del pantano. “Al final, siempre se queda todo en el aire y queremos que se ponga remedio al problema. Para esta semana dan lluvia y no puede ser que año tras año estemos igual. Lo lógico es poner barreras para que esto no pase, buscar soluciones para impedir que esto ocurra todos loa años”, sostiene.
Desde otra óptica, Andrés Illana, portavoz de Zadorra Bizirik, asegura que “esto se resuelve asumiendo que los ríos son ecosistemas, que es lo que dice la directiva marco del agua”. “Los ríos no son canales, ni cloacas ni desagües. Son ecosistemas como los bosques y hay que gestionarlos como tal. Los ríos no sólo son el agua, son también las riberas y las llanuras de inundación. Y los ríos, a veces, se desbordan. De hecho, las inundaciones limpian los ríos de forma natural. La agricultura nació en las zonas de inundación de los ríos porque cuando se retiraban las aguas quedaban unas tierras muy ricas. Aquello se asumía de forma natural, como deberíamos hacer ahora. Hemos constreñido los ríos, hemos construido en las orillas y las hemos cultivado. Y luego nos quejamos de que los ríos se salen. Algunos partidos políticos dicen que los ríos están sucios y que hay que limpiar. Los ríos no están sucios y lo que hay que hacer es conservarlos”, asegura.
En lo que sí coinciden todos es en que las construcciones realizadas en torno a los ríos han de estar limpias para permitir el paso del agua. Así, desde URA recuerdan que cuando se solicita ejecutar un puente se pide una autorización y que hay que velar por mantener la sección hidráulica para la cual se reclamó el permiso. Aseguran que cuando se reúnan en próximas fechas con la Uaga -el sindicato también tiene previsto reunirse con la Diputación-, les comunicarán su apoyo para el mantenimiento expedito de esas construcciones, pero insisten en que la limpieza de los cauces no deja de ser un “placebo” y que lo que hay que hacer es liberar las riberas.
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