VITORIA - La red de calor alimentada con biomasa forestal que nutrirá de agua caliente y energía la calefacción del ecobarrio de Coronación deberá estar en funcionamiento en septiembre de 2020. Así lo obligan las directrices del programa SmartEnCity impuestas por la Unión Europea a la hora de dar cumplimiento las diferentes fases del proyecto. Para ajustarse a ese calendario y llegar a tiempo, el Ayuntamiento de Vitoria sacará a licitación durante el mes de febrero las obras de construcción del edificio. Por su parte, la firma Giroa ya ha solicitado también la correspondiente licencia para la red de calor que le permitirá gestionar la actividad.

A falta de 19 meses para llegar a ese nuevo gran hito del proyecto que transformará Coronación continúa el trabajo de comercialización y búsqueda de nuevos hogares que se puedan beneficiar de esa novedosa y sostenible manera de recibir el agua caliente y calefacción. “Cualquier comunidad del barrio va a tener la posibilidad de adherirse en el futuro a la red de calor”, explica Francisco Gómez, responsable de mantenimiento de Giroa. Las tuberías de la red de calor se van a expandir por todas las calles incluidas en el programa SmartEnCity y “junto a cada portal se va a colocar una arqueta que posibilite la conexión, si la comunidad así lo acuerda en años venideros”, remarca Gómez. De hecho ya han sido varios los portales que han mostrado interés y el propio personal de Giroa está efectuando visitas informativas a las comunidades para mostrarles las bondades de este sistema.

UMBRAL DE viABILIDAD El diseño del revolucionario proyecto contempla que este tipo de central de biomasa llega a su punto de viabilidad con la cifra de 750 viviendas. Sin embargo, se bajó el telón de adhesiones al programa con 362 domicilios particulares y el consumo equivalente de otros 356 pisos, gracias al consumo del centro cívico Aldabe, el gimnasio Atlas, la iglesia del barrio y un bingo cercano. De esta manera se alcanzan las 718 viviendas o su consumo equivalente y se mantiene abierta la posibilidad para que sigan incorporándose nuevos domicilios. “También hemos recibido el interés de lonjas y bajos comerciales”, puntualiza Gómez. Las comunidades que den el paso de sumarse ahora ya solo a la red de calor tendrán que acometer por su cuenta la implantación de las “tuberías e intercambiadores correspondientes, en función de si disponen de una caldera central de gas o gasóleo o la individual de gas”, explica el técnico de Giroa. Este segundo caso es mucho más económico y se puede hacer ese cambio a la biomasa de la central con una inversión que oscila en torno a los 20.000 euros. “Además, existen una subvenciones del EVE que llegan a cubrir el 15% del coste de la inversión llevada a cabo por la comunidad para ese fin”, alienta.

una central modular Desde el edificio de la central de calor partirán dos tuberías paralelas, soterradas y protegidas por las calles del barrio. “Una será la que lleve el agua calentada a una temperatura de 85 grados hasta el intercambiador de la vivienda. Allí se enfría al contacto con la del circuito y regresa de nuevo a la central de Aldabe para volverla a calentar”, resume el jefe de mantenimiento. El boceto de la central de calor de biomasa contempla una serie de calderas de biomasa y otras de gas “para hacer frente a cualquier contratiempo y responder a las necesidades de uso de los vecinos”. En el interior del edificio que se construya e ubicarán dos calderas modulares que tendrán una potencia de 5.600 kilovatios. “Se contempla la posibilidad de añadir en el futuro, si aumentan las adhesiones de viviendas, un tercer módulo de 1.400 kilovatios más y que elevaría el total de la central hasta los 7.000”, apuntala Gómez.

El edificio estará semisoterrado en la parcela actual de párking tras el centro cívico Aldabe. Se construirá anexo un almacén de tres silos para la biomasa. Llegará en camiones volquete y tras descargarla, mediante unos silos se alimentarán las calderas en un proceso totalmente automatizado de funcionamiento.