vitoria - Un total de 2.397 jóvenes alavesas de entre 25 y 29 años han sido ya contactadas por Osakidetza para participar en el programa de cribado poblacional del cáncer de cérvix, que comenzó a extenderse en el territorio a finales del pasado noviembre. Todas ellas han recibido en sus domicilios una carta en la que se les invita a acudir a la matrona del centro de salud que les corresponda, Lakuabizkarra, Salburua y Zabalgana en el caso de Gasteiz, para realizarse una sencilla prueba que permite detectar lesiones pretumorales antes de que se desarrolle el cáncer de cuello de útero. 2.291 están adscritas a la organización sanitaria integrada (OSI) Araba y las 106 restantes a la de Rioja Alavesa, según los registros en poder del Servicio vasco de salud.
A la vista de los datos, Osakidetza celebra que la implantación de este programa puesto en marcha el pasado junio como experiencia piloto en la OSI guipuzcoana de Debabarrena “continúa con éxito”. En esta comarca, el 70% de la población diana ha sido cribada y el 2% de las participantes han sido derivadas al especialista en Ginecología para la realización de pruebas más específicas por la sospecha de positivo.
La decisión de focalizar el cribado en primera instancia en este grupo de población es que el virus del papiloma humano (VPH), agente causal de la práctica totalidad de los casos de cáncer de cérvix, es especialmente prevalente entre las mujeres menores de 35 años. No obstante, el objetivo de Osakidetza pasa por llegar a todas las mujeres de entre 25 y 65 años de los tres territorios históricos antes de 2023. Serán alrededor de 89.000 alavesas, según las estimaciones lanzadas en noviembre por el Servicio vasco de salud. De forma más inmediata, una vez que el programa cubra a todas las mujeres de entre 25 y 29 años se dirigirá después a las que tienen entre 30 y 34.
Al igual que en la mayoría de comunidades del Estado, el cribado de este tipo de cáncer, el cuarto más habitual entre las mujeres, comenzó a realizarse en la CAV siguiendo el modelo oportunista, que consiste en aprovechar las citas médicas convencionales para ofrecer a las pacientes la realización de esta prueba. Esta fórmula ha permitido que cerca del 60% de las mujeres vascas de más de 15 años se haya hecho una citología vaginal en los últimos tres años, pero al mismo tiempo ha demostrado que no sirve para alcanzar una cobertura adecuada como ahora, si se cumplen las previsiones, sí se va a lograr mediante este proceso poblacional organizado e integrado.
Euskadi ha sido una de las primeras comunidades autónomas en implantar este programa, que además permite asegurar el control de calidad de las pruebas, establecer circuitos propios de derivación y seguimiento en el caso de que se detecten células anormales o presencia de VPH, utilizar los sistemas de rellamada y respetar además el intervalo de aplicación de la prueba. Ambos modelos, el oportunista y el poblacional, van a convivir temporalmente, de manera que si alguna mujer que no tenga la prueba realizada desea cribarse podrá solicitarlo acudiendo a su centro de salud.
87 casos al año Según se desprende del informe de supervivencia de cáncer de la CAV (2000-2012) anualmente se diagnostican cerca de 87 nuevos casos de cáncer de cérvix en Euskadi, con una edad media de 57 años en el diagnóstico. La supervivencia neta estandarizada por edad es del 63,3% a los cinco años. 21 mujeres fallecieron por esta enfermedad en la CAV a lo largo de 2017. En Europa, mientras tanto, la supervivencia de cáncer de cérvix a los cinco años fue del 62,4% entre los años 2000 y 2007, últimos de los que existen registros oficiales.
El cribado se lleva a cabo mediante una única recogida de muestra, a cargo de la propia matrona, que la deposita en un medio líquido. Posteriormente, el laboratorio permite realizar dos pruebas, una destinada al análisis de las células -citología- y otra a detectar la presencia del VPH de alto riesgo, ésta focalizada en las pacientes de mayor edad.