amurrio - Que las tradiciones están por encima de climatologías adversas es algo que quedó patente ayer en el mercado de San Antón de Amurrio. Y es que, pese a la lluviosa jornada, la tradicional feria volvió a cosechar un más que nutrido ambiente que invadió la céntrica plazoleta de la ermita del patrón de los animales. Como guiño a éstos, la Cofradía de Amigos de San Antón -organizadora de esta fiesta desde 1969, aunque con un relevo generacional que tomó el testigo hace ya once años- prescindió del lanzamiento de cohetes para abrir la jornada y, como antaño, lo que hubo fue repique de campanas.
Otro acto que se salió de su guión, para adaptarse a los nuevos tiempos, fue la tradicional subasta benéfica. El lote del protagonista de la jornada, el txarri, configuró una rifa paralela (el número premiado resultó ser el 3.124), a cargo del club de baloncesto Zaraobe. El año pasado ya se encargaron de ello los rutas del grupo scout local Aisia, que emplearon los beneficios para ir a ayudar a los campamentos de refugiados en Grecia. En esta edición esa tarea se ha dejado en manos del citado grupo deportivo local.
“La verdad es que nos han hecho un gran favor, porque cada vez nos costaba más que alguien pujara por el cerdo. No dejan de ser 160 kilos de carne, y no todo el mundo dispone de un arcón para conservarlo”, explicaba Imanol Arberas quien, junto a Lander Meaza, se dejó la garganta en la conducción de las pujas de la subasta.
El popular evento duró más de dos horas y en él se subastaron 21 lotes de productos caseros y artesanos, por los que se ofrecieron entre 50 y 200 euros. Se trataba de morcillas, quesos, calabazas, panes, pasteles, árboles, botellas de vino, licores o txakoli, así como artesanía. “Por 120 euros nos llevamos un lote muy variado, desde solomillo y morcillas, hasta pan, manzanas, plantas o un cestillo. Lo disfrutaremos en una cena en cuadrilla y, de paso, ayudamos. Es por una buena causa”, explicaba Eder Sánchez, uno de los pujadores de la jornada.
Por lo que respecta a la recaudación final, “la daremos a conocer en unos días, una vez sumemos los beneficios de la txosna y restemos los gastos”, informaron. Todo irá donado de forma íntegra a Aefat, la asociación que, desde 2009, lucha por recaudar fondos con los que combatir a la ataxia telangiectasia. Ésta es una enfermedad rara neurodegenerativa, con una treintena de afectados en España, en su mayoría niños y jóvenes, entre los que se encuentra un pequeño del pueblo de dos años, llamado Hodei. “Ahora mismo están en Burgos con el equipo médico que lleva el caso y no han podido acudir al mercado, pero la familia nos ha pedido que hagamos público su agradecimiento a todo el pueblo de Amurrio”, hizo saber Meaza.
90 expositores Mientras tanto, en los aledaños del templo y la calle Landako, los propietarios de los 90 puestos de talo, pulpo, chorizo, txakoli, verduras, queso, dulces y demás delicias gastronómicas atendían a los cientos de compradores. Éstos también pudieron disfrutar con la presencia de artesanos muy diversos, así como de los consejos en flora y árboles de varios viveros.
Uno de los más novedosos fue el de Jon Fraile y Josu Albizua. Dos jóvenes de 21 años de la localidad que vendían camisetas y recogían donativos para la aventura solidaria que emprenderán en febrero: Uniraid 2019. Se trata de un rally por Marruecos para entregar ropa, calzado y material escolar en los pueblos más desfavorecidos del desierto de Erg Chebbi. “Somos 150 coches con 40 kilos de material cada uno, y todos somos estudiantes universitarios”, explicaron.
La feria fue amenizada por las actuaciones del Otxote Ugarte y la Fanfarre Tabarra, ambos de la propia localidad, así como por un grupo de txistularis. Con todo, la que más miradas atrajo, subasta a parte, fue la txosna, donde vendieron pintxos de txistorra y txakoli o caldo a escoger. Ni que decir tiene que, dada la temperatura, el caldo fue el más solicitado. La próxima cita con el agro en el Valle de Ayala tendrá lugar el sábado 2 de febrero. Y es que llega a la plaza Aldai de Llodio la no menos tradicional feria de San Blas.
Uno de los conductores de la tradicional subasta agradecía la labor del equipo de baloncesto de Zaraobe.
Una cifra
90
Fueron los puestos que ayer batallaron en contra de los elementos para cumplir con los preceptos de una feria de las más importantes de Álava.