vitoria - La Diputación Foral de Álava otorgó a lo largo del año 2017, último del que se tienen datos cerrados, 1.015 nuevos certificados de discapacidad en el territorio histórico, lo que supuso un aumento del 7,97% respecto al ejercicio anterior. Fue el más amplio de esta década, sólo superado -y de forma muy importante- por un 2014 en el que se dio un crecimiento interanual del 17%, según se desprende de los registros del departamento foral de Servicios Sociales a los que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. A finales de 2017 eran ya 20.521 las personas residentes en Álava en posesión de este certificado, lo que supone el 6,3% de la población de la provincia, una tasa inferior a la media de la CAV (7,6%) y también a la del conjunto del Estado (7,3%).
Las demandas de valoración por discapacidad han crecido de manera notable durante los últimos 16 años, desde comienzos de este siglo, concretamente en un 28%. No existe una causa única para explicar esta tendencia, aunque entre los posibles condicionantes se encuentran un contexto de progresivo y por ahora imparable envejecimiento de los alaveses, así como de sostenido crecimiento de la población. También, puede explicarse por la existencia de una gama cada vez mayor de ayudas, bonificaciones y desgravaciones fiscales de las que las personas con este certificado se pueden beneficiar.
Aunque todas las administraciones, cada una dentro de sus competencias, se encargan de la protección social de las personas con discapacidad, es la Diputación la responsable de realizar las valoraciones y expedir este documento. Quienes cuenten con una discapacidad reconocida igual o superior al 33% tienen, además, derecho a ser poseedoras de una tarjeta de acreditación de discapacidad para facilitar numerosos trámites.
La Diputación, por ejemplo, pone a disposición de las personas con problemas de movilidad un servicio de bonotaxi que en el año 2017 benefició a 516 alaveses. De forma más general, el IFBS destinó el año pasado 342.000 euros a la convocatoria de ayudas individuales para personas con discapacidad, un catálogo que incluye desde apoyos para suprimir barreras arquitectónicas, hasta productos de apoyo para realizar actividades domésticas y de cuidado personal, así como para facilitar la comunicación y la movilidad. También pueden ser objeto de subvención los servicios de fisioterapia, logopedia o estimulación global para niños que presentan trastornos del desarrollo. El 54% de las personas que disponen de certificado de discapacidad son hombres, mientras que las mujeres suponen el 46%.
por cuadrillas De vuelta a los datos oficiales, Ayala es la cuadrilla alavesa que presenta el porcentaje más elevado de personas con certificado de discapacidad, un 7,29%, un punto por encima de la media alavesa. Llodio (7,88%) y Amurrio (7,15%) destacan sobre el resto de ayuntamientos, aunque es Iruraiz Gauna, en la Llanada, el municipio alavés con la tasa más alta, un 7,92%. En el lado opuesto se encuentran Añana y Campezo, con los municipios de Berantevilla, Ribera Baja, Arraia-Maeztu y Lagrán como los que presentan menores tasas de personas con valoración de discapacidad.
La mayoría de los alaveses en posesión de este certificado, el 66%, tienen un porcentaje de discapacidad de entre el 33 y 64%. Es llamativo que las personas que presentan los niveles de discapacidad, el 15,5%, son mujeres en su mayoría.
Las deficiencias relacionadas con los aspectos motóricos, bien debidas a problemas osteoarticulares -sobre todo- o, en menor medida, nervioso-musculares, son las que se presentan en la mayoría de las personas con certificado de discapacidad, el 40,68% del total. En segundo lugar en prevalencia aparecen las enfermedades crónicas, que afectan al 21,18%, de las personas con certificado de discapacidad. Las deficiencias relacionadas con la vista se encuentran en tercer lugar, con una afección global del 8,92%, mientras que los trastornos mentales afectan al 6,65% y la discapacidad intelectual, al 6,76%. Estos cuatro tipos de discapacidades afectan al 84,17% de todas las personas con certificado del territorio histórico, según los datos en poder del área que gestiona Marian Olabarrieta.