Vitoria - La historia se repite. A primeros de junio de 2016, el Ayuntamiento de Vitoria se vio en la obligación de iniciar una convocatoria para cubrir la plaza de comisario de la Policía Local tras el cese del anterior director del Departamento, un movimiento que inició un efecto dominó que acabó descabezando la cúpula del servicio. Dos años y tres meses después, el hombre que dio un paso al frente para tomar las riendas del cuerpo por segunda vez en su carrera profesional, José Antonio Vicho, ha presentado su renuncia y, después de un tiempo, los responsables políticos del Ayuntamiento la han acabado aceptando. Su vacante devuelve la partida al mismo escenario de 2016: un hueco a llenar, muy pocos posibles candidatos dentro del cuerpo y un nombre de fuera de la casa que vuelve a sonar en las quinielas por su perfil político. Una situación que se complica por el hecho de que a la legislatura en curso le queda poco para tocar a su fin, por lo que quien asuma el cargo podría verse obligado a abandonarlo en cuestión de un año. Sea como fuere, el Departamento de Seguridad Ciudadana ha abierto ya la preceptiva convocatoria que dará lugar a la selección del nuevo comisario jefe de Vitoria, decisión que muchos dentro de Agirrelanda consideran que podría llegar a resolverse en cuestión de una semana. Eso, en el caso de que alguien interno acepte el reto. Si finalmente hay que recurrir a una persona de fuera de la casa, como muchos defienden, el proceso podría dilatarse un poco más en el tiempo.

En el Ayuntamiento, pese a los comentarios desatados tras hacerse pública la renuncia, aseguran que la decisión de José Antonio Vicho no supuso “ninguna sorpresa” ni generó “ninguna inestabilidad”. Aseguran que el comisario jefe saliente había comunicado su decisión hacía varios meses y que ésta obedece a “motivos personales”. Esta era la segunda ocasión en la que Vicho ostentaba el cargo después de que el exalcalde Patxi Lazcoz le aupara al máximo escalafón del cuerpo en 2007. Los últimos acontecimientos vividos dentro de la Guardia Urbana gasteiztarra, con una huelga de celo que provocó diferencias entre la plantilla y un intenso desgaste para todos, la consiguiente solicitud de cese presentada por varios sindicatos ante el papel jugado por Vicho tras las negociaciones -censuraban que se posicionara del lado del gobierno y no del de la plantilla a la hora de cumplir los acuerdos alcanzados-, y la investigación abierta por el contrato de la aplicación Gespol, parecen haber colmado el vaso de la paciencia del todavía comisario jefe, que se ha comprometido con los responsables políticos a permanecer en el puesto hasta que se nombre sucesor. Tal vez demasiado estrés para una sola legislatura.

enchufismo Los responsables del sindicato Sipla, uno de los que se mantuvieron en posiciones duras durante la crisis de la huelga de celo, consideran que la cuestión de los relevos constantes en la cúpula policial de Gasteiz “es un mal endémico que ningún gobierno de ningún partido ha sabido resolver”. Cuestionados sobre una posible salida, defienden que “es necesario que escuchen a los policías y a sus representantes”. “Siempre se ha intentado manipular el servicio y no se tiene un proyecto claro de Policía Local”, afirman.

Sostienen que el funcionamiento interno del cuerpo hace aguas en diversos frentes. “Los intereses de la ciudadanía -manifiestan- deben primar sobre los partidistas, empezando por que no puede haber amiguismos y enchufismos en los puestos de responsabilidad policial”.

“Lo que no se puede es prometer a la ciudad cosas que no se pueden cumplir y son los técnicos policiales los primeros que se lo deben transmitir a los políticos. Y si es una necesidad cierta, deberán dotar a la Policía de medios y formación necesaria para dar un servicio real, antes de formar grupos y venderlos en prensa”, apuntan. Los portavoces sindicales aseguran que la salida de Vicho ha supuesto una sorpresa y que desconocen los motivos de su renuncia, “aunque pensamos que alguno más debería de tomar ejemplo y seguir ese camino”, concluyen.

El Departamento de Seguridad Ciudadana ya anunció la semana pasada que sacaría a concurso, mediante una comisión de servicios, la plaza de comisario de la Policía Local “tras la renuncia voluntaria de José Antonio Vicho, quien deja el cargo por motivos personales”. Aquél anuncio se hizo realidad el jueves, cuando se publicó la convocatoria y se dieron a conocer los requisitos exigidos para cubrir la plaza. En principio, los recambios naturales serían los subcomisarios Luis Cid y Marian Vidaurre, pero teniendo en cuenta que ambos ya han dicho no a la propuesta en diversas ocasiones -Cid ya ha ocupado la plaza en varios periodos-, en Agirrelanda dudan de que esta vez vayan a cambiar de opinión. En las quinielas han comenzado a surgir nuevos nombres de oficiales que podrían ser elevados al puesto de comisario mediante una doble habilitación, pero en realidad no hay nada concreto.

Desde fuera En cuanto a las opciones llegadas desde fuera de la estructura de Policía Local, ya hay quien recuerda lo ocurrido con José Antonio Varela, exjefe de la Dirección Operativa de la Ertzaintza. Hace dos años, cuando el Ayuntamiento buscaba comisario jefe, surgieron voces en la Policía autonómica indicando que había solicitado la excedencia con destino a una Policía Local y que podía recalar en Vitoria, pero al final todo quedó en nada. Varela contaba con experiencia, ya que lideró la Ertzaintza durante el mandato de Patxi López y posteriormente ocupó el cargo de director general de Interior, Emergencias y Protección Civil de la Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, también de la mano de una directiva política socialista. Finalmente, la confirmada excedencia de Varela le acabó llevando de regreso al sur, más concretamente a la jefatura de la Policía Local de Huelva. Finalmente, en el Consistorio prefirieron contar con personal interno, entre otras razones porque las referencias que se tenían de ertzainas al frente de policías locales no les resultaron convincentes.

En cuanto a la situación actual, los responsable municipales detallaron que Vicho había adelantado su intención de renunciar voluntariamente al puesto que aún ocupa en comisión de servicios “cuando culminara el proceso de reorganización de la Policía Local y se cerrara el convenio de colaboración con la Ertzaintza, firmado el pasado 26 de julio”. “Completados ambos cometidos, volverá a su plaza de subcomisario de Policía Local en cuanto se designe a la persona encargada de sustituirle”, apostillaron.

El equipo de Gobierno municipal agradeció la “profesionalidad” con la que Vicho ha desempeñado su cargo a lo largo de los dos años al frente de la Policía Local. “Reconoce su importante papel en la modernización y actualización del servicio policial y valora muy positivamente su labor al frente del cuerpo con la que ha contribuido decididamente a que Vitoria-Gasteiz alcance los niveles de seguridad más altos de los últimos años”, manifestaron.

Dimisión. Hace una semana, los responsables políticos del Ayuntamiento explicaron que habían aceptado la dimisión del comisario jefe, José Antonio Vicho. Aseguraron que conocían su voluntad de renunciar desde hacía varios meses y que los motivos para dar este paso son “personales”.

Reemplazo. Una vez conocida la dimisión, comenzaron a barajarse varios nombres. Lo lógico sería que uno de los dos subcomisarios existentes, Marian Vidaurre o Luis Cid, relevasen a Vicho en el cargo, pero ya han rehusado esta misma oferta en ocasiones anteriores. En las quinielas ya surgen nombres de oficiales que podrían optar a la plaza en cuestión mediante una doble habilitación.

Externo. Algunas voces dentro de la plantilla abogan por recurrir a alguna persona llegada desde fuera de la estructura de Agirrelanda. Alguien ajeno a las tensiones internas que aporte aire fresco a la institución, aunque por el momento la convocatoria municipal se centra en los “de casa”.

Profesionalidad. En su valoración, los responsables del Ayuntamiento alaban la profesionalidad con la que José Antonio Vicho ha desempeñado su trabajo. Él se ha comprometido a seguir liderando la Policía Local hasta que se designe sustituto.

Legislatura. Uno de los factores que pueden pesar en el ánimo de los candidatos a comisario es el momento político actual. Con menos de un año por delante para finiquitar la legislatura, el cargo puede resultar muy volátil.

Varias crisis. El desgaste vivido en la Policía Local en los últimos años ha sido intenso. A la huelga de celo y a la consiguiente solicitud de cese del comisario por parte de los sindicatos, se sumó la investigación abierta por la compra de la aplicación Gespol.

26

El actual comisario jefe se ha mantenido 26 meses en el puesto. Aceptó ocupar la plaza por segunda vez en su carrera, ya que ya ostentó el cargo durante el mandato de Patxi Lazcoz.