Vitoria - El número de personas dependientes en Álava sigue marcando la misma tendencia que su esperanza de vida, un crecimiento sostenido que llevó al territorio a marcar un nuevo récord histórico en este ámbito en 2017. Los últimos datos en poder de la Diputación alavesa, a los que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, así lo constatan. Un total de 11.260 alaveses estaban valorados con alguno de los tres grados de dependencia a finales del año pasado, 619 más que en 2016, lo que supuso el mayor incremento de los años recientes y, de paso, permitió superar por primera vez la barrera de los 11.000. Eran sólo 10.116 a finales del ejercicio 2014, por lo que en el plazo de tres años se ha producido un aumento del 11,3%. Una “dinámica generalizada” también en el conjunto del Estado fruto del envejecimiento poblacional y que tiene todos los visos de prolongarse en el tiempo, según pronostican fuentes forales.

Al margen del fundamental factor demográfico, el cambio en la normativa estatal que en julio de 2015 otorgó a las personas con grado 1 de dependencia -la moderada- el derecho a acceder a un amplio abanico de nuevos servicios y ayudas derivadas del reconocimiento de su situación ha servido también para dar un importante empuje a las cifras. “Esto ha podido mover a algunas personas con dependencia moderada a pedir la valoración para poder acceder a los recursos y prestaciones”, reflexionan los mismos medios.

Esta modificación de la Ley de Dependencia, que devenía del Real Decreto-Ley 20/2012 de 13 de julio, atrajo de esta forma bajo el paraguas foral a centenares de personas, que adquirieron el derecho a acceder a los centros de día para mayores, a los centros ocupacionales para personas con discapacidad intelectual, a las viviendas con apoyos para personas con discapacidad, al Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) y a tres prestaciones económicas, la vinculada al servicio (PEVS) -que es la que contempla mayores cuantías en todos los grados de dependencia-, la destinada a cuidados en el entorno familiar (PECEF) y la de asistencia personal (PEAP).

“Otra razón” para explicar el importante incremento en el número de personas dependientes puede ser, a juicio de las mismos fuentes, que muchos alaveses que antes no se habían animado a dar el paso de acudir a los servicios sociales “ven que se les atiende y empiezan a confiar en que van a poder acceder a los recursos y prestaciones”. Las personas dependientes de grado 1 son, de hecho, las más numerosas de entre todas las que están valoradas en el territorio según los últimos registros oficiales. Eran 4.468 a finales del año pasado, un 39,7% del total, por las 3.939 con dependencia severa -grado 2, un 35%- y las 2.853 grandes dependientes -grado 3, el 25,3% restantes-. Prácticamente tres de cada cuatro personas con alguno de los tres grados de dependencia contemplados tiene 65 años o más.

Como es evidente a la vista de estos datos, tanto la concesión de recursos como de prestaciones económicas a las personas dependientes han experimentado también un incremento notable en los últimos años. Según los datos oficiales, el ente foral ha pasado de conceder 3.550 recursos en 2014 a 4.105 en 2017, un 15,3% más, con especial incidencia en los recursos residenciales para personas con discapacidad y en los centros de día para personas mayores. Además, el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), que el ente foral presta en todas las localidades alavesas salvo Gasteiz, pasó a llegar a 928 personas el año pasado, 191 más que sólo dos años atrás, lo que ha supuesto un incremento del 26%. Esto ha provocado a su vez que el número anual de horas de SAD haya aumentado en el territorio en 23.000 en los dos últimos años, según los mismos registros.

En cuanto a las prestaciones económicas, durante el pasado 2017 se concedieron 5.665, por las 4.605 de tres años antes, lo que supone un 22,8% más. Fundamentalmente, las que más han crecido son las PEVS, que se utilizan para sufragar parte del coste de las residencias privadas, que lo han hecho en un 29,2%. De un total de 736 prestaciones concedidas en 2014 se pasó a 951 tres años después. La cuantía máxima contemplada por las PEVS es de 1.030 euros en el caso de los grandes dependientes, una cantidad que, junto a las del resto de prestaciones, se ha incrementado un 3% este año fruto del acuerdo presupuestario entre el gobierno foral (PNV-PSE) y el grupo juntero del PP. Destaca en este ámbito la progresión de la PEAP, que sirve para ayudar a costear el servicio de asistencia personal, que el año pasado fue concedida a 246 personas, cuando en 2014 todavía no se había concedido ninguna.

certificaciones Dentro de este engranaje, la formación de personas para ejercer precisamente como asistentes personales de dependientes ha experimentado un pequeño boom en el territorio. La puesta en marcha de cursos de formación específicos de la mano de la propia Diputación y el Ayuntamiento de Gasteiz, que sirven para obtener la necesaria acreditación para trabajar con personas dependientesa que perciben la PEAP, ha beneficiado a un total de 86 gasteiztarras desde 2015, mujeres en su mayoría. Esta pasada primavera arrancó un nuevo curso con 30 plazas. Además, la Diputación ha promovido en solitario cursos de formación tanto en Ayala como el Rioja alavesa que han permitido a 22 personas más obtener el certificado, por lo que el número total asciende a 108. Fuentes del área foral de Servicios Sociales destacan el “importante esfuerzo en mantener la atención a las personas dependientes” en Álava, 1.144 más que al inicio de esta legislatura. El presupuesto del área foral de personas mayores ha aumentado entre 2015 y 2018 de los 60 a los 80 millones de euros, mientras que en el caso de discapacidad se ha incrementado de los 30 a los 33,5 millones.

De cara al futuro más inmediato, y en lo que respecta a los nuevos recursos residenciales, la Diputación tiene en cartera la creación del nuevos complejo residencial de Lakua, que contará con 100 plazas públicas residenciales, 25 de centro de día para mayores y otras 25 para personas con discapacidad física grave. Además, el ente foral tiene previsto concertar otras 40 nuevas plazas residenciales para personas mayores en el conjunto del territorio, que se sumarán a las 1.100 con las que el territorio tiene en la actualidad. El ente foral también tiene previsto crear nueve plazas residenciales más para personas con enfermedad mental, cuatro de ellas específicamente en la Cuadrilla de Ayala.

Tendencia al alza. El número de personas dependientes sigue marcando la misma tendencia en Álava que su esperanza de vida, un crecimiento sostenido que llevó al territorio a marcar un nuevo récord histórico en este ámbito en 2017. 11.260 alaveses estaban valorados con alguno de los tres grados de dependencia a finales del año pasado, 619 más que en 2016, lo que supuso el mayor incremento de los años recientes y, de paso, permitió superar por primera vez la barrera de los 11.000.

Causas. Al margen del fundamental factor demográfico, el cambio en la normativa estatal que en julio de 2015 otorgó a las personas con grado 1 de dependencia -la moderada- el derecho a acceder a un amplio abanico de nuevos servicios y ayudas derivadas del reconocimiento de su situación ha servido también para dar un importante empuje a las cifras. “Esto ha podido mover a algunas personas con dependencia moderada a pedir la valoración para poder acceder a los recursos y prestaciones”, reflexionan fuentes forales. Los dependientes moderados son, de hecho, el colectivo más numeroso de los tres.

1.144

Personas más en situación de dependencia había en el territorio a finales del pasado 2017 respecto a tres años antes, un 11,3% más.

25%

De las personas valoradas en el territorio, un total de 2.853, son grandes dependientes.

5.665

Prestaciones económicas se concedieron a lo largo del pasado 2017, por las 4.605 de sólo tres años antes.

108

Personas se han formado y han obtenido la necesaria certificación desde 2015 para trabajar como asistentes personales de dependientes.