Vitoria. Hoy ha tenido lugar el juicio por estos hechos y la Fiscalía y la defensa han llegado a un acuerdo de conformidad que ha supuesto que el Ministerio Público rebajara de cinco a tres años y medio la pena de cárcel solicitada para el acusado al no quedar probado que fuera real el arma utilizada para cometer el robo.

El acusado ha reconocido los hechos y ha aceptado la pena solicitada por lo que la jueza ha dictado sentencia en los términos acordados. La resolución es firme al anunciar las partes que no van a recurrirla.

El suceso tuvo lugar sobre las dos y cuarto de la tarde del 8 de mayo de 2017 cuando el acusado, que actuó con una peluca y una barba postiza para impedir o dificultar su identificación, entró en la sucursal bancaria de Abendaño con la intención de apoderarse del dinero que pudiera haber en la oficina, tal como se recogía en el escrito de acusación.

Una vez dentro sacó una pistola que no se ha podido comprobar que fuera real y exigió a la directora de la sucursal que le entregara el dinero de la caja fuerte, así como el que había en el dispensador de caja y en el cajero automático.

Antes de abandonar el banco el hoy condenado maniató a los empleados y a un cliente con unas bridas de plástico y los amenazó para que no salieran de la habitación donde estaba la caja fuerte hasta que hubiera transcurrido diez minutos.

El hombre abandonó el banco mientras que los empleados y el cliente se desataron sin dificultad y alertaron a la Policía. El ladrón fue detenido el 4 de diciembre de 2017 y ahora ha sido condenado por un delito de robo con intimidación en establecimiento abierto al público con la agravante de disfraz.

Además de los tres años y medio de cárcel deberá indemnizar con 40.210 euros a la entidad bancaria, cuya representación legal en el juicio también se ha mostrado hoy conforme con la pena impuesta.