dulantzi - La localidad de Dulantzi cerró ayer siete intensos días de fiesta donde el buen ambiente ha sido el principal protagonista junto a los más de 60 actos programados. El sol acompañó a los dulantziarras en la jornada de la despedida de las fiestas en honor a Nuestra Señora de Aiala. La traca final y la subida de Tripafina pusieron el broche de oro a la última jornada festiva.

El deporte fue la estrella durante las primeras horas del último día de fiestas. Desde la once la mañana, los ciclistas recorrieron la localidad y sus alrededores en la disputa de la vuelta ciclista a Álava, dentro de la categoría cadetes. Mientras los chicos y chicas pedaleaban, los primeros sones de la jornada corrían a cargo de la txaranga Kilkir.

A mediodía, en los alrededores de la plaza, se formaba una larga cola de niños, niñas, padres, madres y abuelos. Esperaban la llegada del tren turístico que les llevaría a recorrer las principales calles de la Federación Alavesa de Ciclismo y Club Ciclista Virgen de Aiala club ciclista ultimaban el acto de entrega de premios a los jóvenes ciclistas los miembros del grupo local Dulantzi Sound Band atraía la atención de los congregados en la plaza.

Mientras, en los soportales de la Casa de Cultura Micaela Portilla de la localidad, once equipos competían por elaborar la mejor tortilla de patata. Patatas, huevos, sal, aceite, cebolla y pimiento fueron, junto al cariño, los ingredientes de unos platos que acapararon la atención de buena parte del público. En un ambiente de cordialidad, los integrantes de los diferentes equipos se afanaron en pelar patatas, cascar y batir huevos y dar al conjunto el punto jugoso en la sartén. Algunos optaron por agasajar al público con tacos de jamón, queso o gazpacho. “A nosotros no nos hace falta sobornarles”, comentaban jocosos algunos participantes. Atentos al devenir del concurso, los más pequeños se convirtieron en improvisados jurados. “Éstos han puesto las guindillas encima de la tortilla para tapar los agujeros. Tienen la tortilla rota”, comentaban dos pequeñas frente al producto final que salió de las manos de Yolanda e Imanol. Pese a eso, su tortilla obtuvo la tercera posición.

Antes del inicio de la cata realizada por tres chicas representantes de dos comercios de la localidad y de la plataforma Lautadako AHTrik Ez, organizadora del evento, todos veían su plato como ganador. “Confiamos mucho en nosotros mismos”, reconocían Alberto y Eva.

Verónica López y Marta Campo señalaban que, en su estreno como cocineras en el certamen, se habían “divertido mucho”. Finalmente, su plato fue el ganador frente al elaborado por el equipo capitaneado por César, que además de los ingredientes propios puso en la sartén “mucha ilusión”.

Sin tiempo para reponer fuerzas, los blusas fueron reuniéndose en sus lugares habituales. Unos en los bares de la localidad, otros en los txokos, pero todos ellos con el ánimo y las ganas suficientes para rendir al máximo. Una vez concluido el encuentro y apenas recuperados de la noche anterior, los dulantziarras y visitantes comenzaron el tradicional poteo por las calles de la localidad, acompañados por grupos de espontáneos que cantaban y bailaban en la calle a ritmo de la música de las tabernas.

Por la tarde, la animación callejera y los diferentes actos centraron la atención de unos dulantziarras que ya sólo desean descansar del trajín festivo. La quema de la traca y la subida de Tripafina hasta el campanario de la iglesia de San Blas desde donde descendió el viernes 7, pusieron punto y final a los festejos patronales para los que ya ha comenzado una nueva cuenta atrás para las fiestas del año que viene.