vitoria - Hoy se celebra el Día internacional de acción contra la migraña, una patología en la que los estudios poblacionales coinciden en confirmar su elevada prevalencia, al afectar a cinco millones de personas en el Estado. En concreto, según resalta la neuróloga Naroa Arenaza, del Hospital Vithas San José de Gasteiz, la padecen cerca del “5-8% de los varones y del 15-20% de las mujeres, siendo muchas de ellas mujeres en edad fértil”. Y, sin embargo, está infradiagnosticada, puesto que cuatro de cada diez personas desconocen que padecen este trastorno.
Por esta razón, especialistas como Arenaza hacen hincapié en lo importante que es que el paciente sepa diferenciar entre cefalea, cuya clase más común suele ser la de tipo tensión, caracterizada por un dolor de intensidad leve, de la migraña como tal, “cuya intensidad suele ser moderada a severa y dificulta o impide las actividades habituales del paciente”, explica Arenaza. De ahí -destaca- la necesidad de conocer el impacto que algunos de hábitos de vida del paciente tienen para evitar en la medida de lo posible esta enfermedad, que suele presentar su primera crisis antes de los 30 años.
Así, entre los factores desencadenantes más comunes de la migraña, suelen ser el estrés, el ayuno, los cambios atmosféricos, los factores relacionados con el sueño (exceso o déficit). Además, en las mujeres hay que tener en cuenta los cambios hormonales que provocan una mayor prevalencia entre ellas.
“Las personas con migraña sufren una enfermedad que, per sé, es un trastorno crónico y que se caracteriza habitualmente por una predisposición a desarrollar episodios de migraña, siendo una enfermedad recurrente y episódica que, aunque no tiene cura, en general puede controlarse mediante tratamientos para permitir una calidad de vida aceptable”, afirma la doctora.
Para ello, el diagnóstico es fundamental para poder iniciar un tratamiento que permita al paciente tener una buena calidad de vida. “Existen diferentes tratamientos entre los cuales distinguimos el tratamiento supresor de las crisis, también conocido como sintomático, y por otro lado, el preventivo, que tiene como finalidad disminuir la frecuencia e intensidad de episodios de dolor de cabeza, existiendo tratamientos farmacológicos o incluso el uso de la toxina botulínica”. - A. S. / Foto: Iruña Press