Vitoria. Esta mañana han declarado en el juicio con jurado que se sigue desde la semana pasada en la Audiencia Provincial de Álava cuatro profesores de música que coincidieron con el acusado en diversos centros en Vitoria y en Agurain (Álava) desde 2014 hasta el momento en el que sucedieron los hechos, en la madrugada del 25 de enero de 2016 en la capital alavesa.

Entre ellos ha estado la profesora a la que el acusado, Daniel, sustituyó en una escuela municipal en Vitoria en 2014 cuando esta cogió una baja maternal.

Ha explicado que mantuvo una relación profesional con él, pero también que le "abrió las puertas de su casa", le puso en relación con su casero en la capital alavesa y en contacto con la banda de la capital alavesa para que entrara a formar parte de ella.

Durante los tres años aproximadamente que duró esa relación ha asegurado que su comportamiento fue "normal", que no recibió ninguna queja sobre actitudes "inadecuadas" ni "fuera de lugar" en su trabajo con sus alumnos, niños a partir de 8 años, y que era una persona "aplicada" que se esforzaba en su trabajo

En la misma línea se ha manifestado el director de ese centro, quien también ha explicado que al tratarse de una persona que venía de fuera, el procesado es natural de Sevilla, le presentó a su "gente" y salió una noche con su cuadrilla sin que ocurriese nada extraño.

Tampoco en Agurain hubo problemas con su trabajo más allá de la familia de un alumno "muy movido" que trasladó a la dirección que el acusado le "regañaba", ha explicado otra de las testigos que han declarado.

Finalmente el cuarto compañero de trabajo que coincidió con él en el conservatorio de música de Vitoria ha aseverado que tampoco recibió ninguna queja de alumnos en este centro.

Este profesor de música ha añadido que se veían al margen del trabajo de manera esporádica y que nunca observó en él comportamientos extraños, ni le habló de cuestiones sobrenaturales.También ha asegurado que se quedó "totalmente sorprendido" al conocer los hechos de los que está acusado el que fuera su compañero y que no esperaba que él pudiera hacer algo así.

En la vista de hoy también han comparecido los tres primeros peritos citados: tres médicos forenses que elaboraron informes sobre las heridas que presentaba la madre de la bebé, Gabriela, una joven residente en Burgos que tenía 18 años en el momento de los hechos, y Alicia, la pequeña de 17 meses.

Han confirmado que la niña, que falleció al día siguiente de los hechos, sufrió un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral por un "impacto intenso" contra una "superficie dura", compatible con haber caído desde una altura de unos 5 metros.

También que se descartaron los presuntos abusos sexuales, ya que no encontraron en la exploración que le hicieron a la bebé indicios físicos ni biológicos de tal hecho.

La Fiscalía y las acusaciones particulares y popular, representada esta última por la Asociación Clara Campoamor, han pedido para el acusado la prisión permanente revisable que supondrían estar entre 25 y 35 años en la cárcel antes de que se revisara su pena.

La defensa alega que el acusado, que ha reconocido que lanzó a la bebé por el mirador, sufre una grave esquizofrenia paranoide no diagnosticada y solicita que se le aplique la eximente completa por enajenación mental.

Durante su declaración la pasada semana, el procesado aseguró que actuó "enajenado" porque vio en la pequeña la "semilla del mal" y él, como "trabajador de luz" que era, debía proteger a la humanidad frente a la oscuridad.

La madre sin embargo afirmó que las atacó porque ella rechazó mantener relaciones sexuales con él y eso le "tocó el orgullo".

El juicio por estos hechos continuará mañana con la declaración de diversos médicos y psiquiatras que han tratado al acusado.