Vitoria. Ese día están citados 25 candidatos y las partes en esta vista, Fiscalía, acusación popular y defensa, deberán ponerse de acuerdo para elegir a los once ciudadanos que finalmente constituirán el jurado popular.
Está previsto que la vista continúe el miércoles con la declaración del acusado, un profesor de música que en el momento en el que sucedieron los hechos, el 25 de enero de 2016, tenía 30 años. Ese mismo día también se ha llamado a declarar la madre y el padre de la bebé, Alicia.
Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación popular ejercida por la Asociación Clara Campoamor reclaman la pena de prisión permanente revisable para el acusado como autor de un delito de asesinato con alevosía, lo que supondría que tendría que pasar entre 25 y 35 años en la cárcel antes de que se revisara su pena.
La defensa ha pedido por su parte que se le aplique la eximente completa por enajenación mental por un posible episodio psicótico agudo.
Según el relato de hechos que hacen las acusaciones, el procesado había conocido alrededor de un mes antes del trágico suceso a la madre de la niña, una joven de 18 años residente en Burgos, con la que quedó en diversas ocasiones, una de ellas la noche del 23 al 24 de enero en una casa rural en la provincia de Burgos.
Al día siguiente, el acusado volvió a invitarla a pernoctar en su piso en Vitoria a lo que finalmente accedió la joven junto a su hija. Estando ya en la capital alavesa, la madre de Alicia tuvo esa noche intención de volver a su casa al "no parecerle correcta la actitud" del procesado, pero ante la larga espera que tenía que hacer para coger un autobús de vuelta decidió quedarse a dormir en casa del procesado.
Sobre las 3:30 horas, relata la Fiscalía, el acusado entró en el dormitorio en el que estaban durmiendo la joven y su hija. Tras sentarse sobre la cama, puso su mano en el pecho de la niña "presionando con fuerza".
Ello despertó a su madre, quien apartó la mano del acusado del cuerpo de su hija, momento en el que éste se puso encima de la joven y comenzó a golpearla mientras le decía que la iba a matar. A continuación la arrastró al balcón-mirador de la casa, donde el acusado de un puñetazo rompió uno de los cristales.
En ese momento, la niña se acercó al mirador y el acusado de "manera sorpresiva" y "con intención de matarla" la lanzó por la ventana, situada a casi cinco metros del suelo, a través del hueco del cristal que previamente había roto, mantiene la Fiscalía. La pequeña sufrió un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral que le provocó la muerte al día siguiente.
Las acusaciones indican que el procesado también quiso acabar con la vida de la madre, a la que "clavó un trozo de cristal en el lado izquierdo del cuello, la agarró de la camiseta e intentó tirarla por la ventana del balcón-mirador", aunque consiguió escapar.