Vitoria - En el benevolente recuento de usuarios que acudieron a los múltiples escenarios de la fiesta en La Blanca, tiene el Departamento de Cultura dos duros huesos en los que aplicarse con esmero con vistas a la programación del año 2019. Las cifras de asistencia con las que se han saldado los espectáculos vespertinos en el Iradier Arena y los conciertos nocturnos en la plaza del Machete deben servir para dar un golpe de timón que les haga repuntar y congregar a un mayor número de espectadores. Por segundo año, el albero del recinto multiusos del Iradier Arena no ha asistido a la lidia y estoque de morlacos. Se ha tenido que conformar con media docena de espectáculos de vaquillas matinales, incluido el que tuvo lugar en el Día del Blusa y de la Neska. Esa jornada, con 2.202 espectadores, y los 2.679 que se congregaron en las gradas del coso el 5 de agosto, han salvado la cifra de asistencia a las vaquillas. En esas dos matinales accedieron al recinto 4.881 espectadores del total de los 10.469 que acudieron alguna de las mañanas a contemplar a las reses.
Los tres espectáculos programados en las tardes de Santiago, el 5 y 7 de agosto, únicamente lograron despertar el interés de 2.015 espectadores. De esta forma, la suma entre las sesiones de mañana y de tarde en el Iradier se eleva a 12.484 espectadores. “Por vez primera sube la asistencia a este espacio con respecto a años anteriores”, recitó la responsable de Cultura, Estíbaliz Canto, ayer, al desgranar los datos del balance festivo. Sin embargo un desglose de las cifras deja en evidencia que el 83,85% de los asistentes a ese espacio polivalente, lo hicieron atraídos por la posibilidad de ver algún revolcón en el encuentro de blusas y neskas con estas pequeñas reses. El 16,1% restante de asistentes (2.015) llegaron al Iradier para contemplar tres propuestas de espectáculo, que tuvieron en la becerrada para los más txikis a su tarde con más público, gracias a los 718 asistentes contados. En las otras dos tardes, fueron 677 y 620, respectivamente, los congregados en los tendidos del anillo taurino.
A pesar de mostrar alguna ocasión Estíbaliz Canto su preferencia personal por suprimir la programación vespertina, se mostró ayer más conciliadora y menos tajante. “La gente no va a la plaza por la tarde. El espacio no responde bien y seguiremos trabajando para mejorar esos datos”, avanzó como intención.
Conciertos en euskera El Machete, como especificó Canto, logró acercar a más de 30.000 personas hasta esta bella plaza medieval donde se ha concentrado la oferta en euskera de estas fiestas, entre actuaciones de trikitilaris, bertsolaris, danzas y gaiteros. Si bien, los datos hay que leerlos con lupa, porque a pesar de la buena cifra que pueda parecer a priori, el número reúne a todos los espectadores que pasaron durante la programación matinal, vespertina y nocturna. Y es, precisamente, en este último momento del día donde más han flaqueado los espectadores, puesto que los conciertos de medianoche no han tenido el tirón que debiera presuponerse. Así de las cuatro propuestas musicales, la de Gozategi, el grupo donostiarra que en mayo sacará nuevo disco, fue el que más público atrajo, con 2.000 personas, lejos de los 700 de Governors, los 500 de Jira Bira o los 400 de Liher.
Sin embargo, la edil de Cultura no considera que estos datos puedan calificarse como un fracaso, ya que afirmó que “no podemos hablar de pinchazo en las actuaciones del Machete porque tiene un público muy fiel, que va todos los días a este espacio, que va todos los años. Evidentemente, Gozategi es más conocido y más gente se quiere acercar. También hay que tener en cuenta que era el día 5 (el día grande), pero viendo en conjunto la asistencia a la plaza, entendemos que va en la tónica de otros años”.
Precisamente, al comienzo del balance que ofreció ayer, Canto ya había ensalzado la buena acogida que este año ha tenido la incorporación de ofrecer más propuestas en euskera y de más grupos locales al cartel de La Blanca, novedades introducidas “porque nos merecemos unas fiestas más modernas, participativas y del siglo XXI”.
Canto también aprovechó su intervención para felicitar a los blusas y las neskas, técnicos y artistas participantes “porque han sido capaces de ofrecer a nivel cultural actividades de mucha calidad” y lamentó que desgraciadamente “no hayamos podido conseguir el reto de ofrecer unas fiestas en plena libertad para todas”. Recordó, en este sentido, que “el objetivo es que las fiestas no sean agresivas con las mujeres y hacia eso es hacia lo que hay que caminar”.