Vitoria - Pocas sorpresas son tan gratas como encontrarse con las fiestas de La Blanca por accidente. Jesús Pérez, padre de familia, admite que ni se había enterado de que Gasteiz estaba de fiesta. “Venimos desde Bilbao y vamos a Zaragoza, pero decidimos parar a hacer una visita tranquila por Vitoria, sin nadie por la calle. Nadie nos dijo que estaban las fiestas de La Blanca”, admite entre risas Pérez, junto a su hijo Enrique. “Con esta sorpresa me voy a sacar la lotería a ver qué pasa”, dice el padre con alegría. La facilidad de pasear por el centro de la ciudad gracias a la peatonalización de las calles es una de las muchas ventajas de la capital alavesa que tiene encantada a la familia Pérez.
Tomi Heredia, madre de Enrique, sonríe al recordar las palabras de su otro hijo, quien les espera ansiosamente en Zaragoza. “El ambiente es estupendo. El clima también es una maravilla. Mi otro hijo me decía que hacía mal tiempo, pero ya ves que no es así. El pobre piensa que el tiempo se pitorrea de él o algo”, explica, quien se protege de los rayos solares con unas gafas de sol.