Vitoria - El matrimonio de Marisa y Francisco Javier estaba ayer perfectamente ataviado para la llegada del aldeano de Zalduondo, con las viseras de cartón que les había ofrecido el Ayuntamiento de Gasteiz gratuitamente al entrar a la Virgen Blanca para soportar mejor el sofocante calor y con la camiseta morada que llevaba ella contra la violencia sexista. “Llevamos treinta y tantos años viendo cómo lanzan el chupín. Yo lo hago desde que era pequeñajo”, cuenta Francisco Javier. Y siempre, como añade ella, lo hacen “desde debajo del balcón de donde sale Gorka Ortiz de Urbina”.
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