Vitoria - La sociedad alavesa salió ayer a la calle para condenar el macabro hallazgo de este jueves del cadáver de una joven en una gasolinera de Asparrena, cuyo examen preliminar apunta que podía corresponder al de una activista alemana, de 28 años, según informan fuentes de la investigación. El territorio entero fue escenario de la consternación por esta muerte, con evidentes signos de violencia, desde la que lamentaron instituciones, como la Diputación alavesa, que mostró su “rechazo incondicional a cualquier manifestación de la violencia machista”, al minuto de silencio con el que comenzó el Pleno municipal de Vitoria, el Ararteko o el Gobierno Vasco, cuyo Instituto vasco de la Mujer, Emakunde, protagonizó una de las concentraciones de la jornada, en la Herriko Plaza de Araia, por ser en ésta localidad donde se ubica el Ayuntamiento del municipio de Asparrena. Si bien no fue la única protesta, ya que el movimiento feminista (Arabako Emakumeen Asanblada) hizo lo propio, con una cacerolada convocada frente a la panadería de Maeztu y con otro acto de repulsa en la céntrica Virgen Blanca.

Todas ellas se hacían por la tarde, al poco de conocer que esa misma mañana la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, decretaba prisión incondicional para el camionero de origen marroquí arrestado por el presunto asesinato de esta mujer, que si se confirma, finalmente correspondería a Sophie Lösche, presidenta de las juventudes del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y actualmente vicepresidenta de esta formación en la ciudad de Bamberg, según detalló ayer el PSE-EE, que, como el resto de fuerzas, expresó su dolor por este fallecimiento.

La magistrada lo decidía así ante la gravedad del delito y ante el riesgo de fuga de Boujemaa L., el hombre a la que la Guardia Civil arrestó este martes en Bailén (Jaen), cuando intentaba llegar a Marruecos, en cumplimiento de una orden europea de detención y entrega cursada por Alemania, y que se enfrentará, con toda probabilidad, “a cargos por asesinato”, como anuncian fuentes judiciales.

Se ponía así fin a a parte del calvario familiar que arrancó el pasado viernes 15 cuando familiares de Loschë denunciaron su desaparición en Leizpig (Alemania), un día después de haber perdido su pista en un área de servicio de la ciudad sajona de Schkeuditz, cerca de las autopistas A-6 y A-9, donde la chica hacía autostop.

Su intención era llegar a su localidad natal, Amberg, pero nunca llegó. Según la policía de Leipzig, hacia las 17.45 horas había estado hablando con varias personas en la estación de servicio y se la pierde el rastro a las 18.20 horas, después de haber estado hablando con un camionero que, supuestamente, la iba a dejar en Nuremberg.

La Policía alemana dictó una orden internacional de búsqueda y comunicó sus sospechas de que el detenido podía haber pasado por España con destino a Marruecos, donde en alguna área de servicio podía haber abandonado el cadáver. Tras la detención del presunto autor del crimen a manos de la Guardia Civil, la Ertzaintza inició un dispositivo de búsqueda que permitió localizar el cadáver hacia las 15.20 horas del jueves en Asparrena en las inmediaciones de una gasolinera, junto a la A-1.

El cuerpo fue trasladado al Servicio de Patología Forense de Vitoria para practicarle la autopsia con el fin de realizar la identificación oficial y certificar la causa de la muerte así como el momento aproximado en que acabaron con su vida.