Vitoria. El juicio por estos hechos ha arrancado hoy en la Audiencia Provincial de Álava con la declaración tanto del acusado, para quien la Fiscalía pide 8 de cárcel por un delito de agresión sexual, como de la presunta víctima. Ambos han dado versiones contradictorias de lo que sucedió la madrugada del 22 de julio de 2017.
La joven ha afirmado que esa noche había salido de fiesta por la capital alavesa y que en un momento dado de la madrugada se quedó sola porque sus amigos decidieron irse a dormir. Ha explicado que había bebido pero "nada exagerado" y que estaba consciente.Sin embargo al verse "totalmente perdida" en una ciudad que no conocía -no residía en la capital alavesa- se echó a llorar.
Fue en ese momento cuando el acusado, de origen nigeriano, se acercó a ella y se ofreció a acercarle en su coche a la estación de autobuses para que pudiese volver a su casa. Ha reconocido que en ese trayecto el acusado se le "insinuó" pero que ella le dijo que no quería nada con él, algo que el hombre "respetó" y "aceptó".
Ha relatado que al llegar a la estación de autobuses, ella se bajó del coche y entró en el interior, momento en el que se percató que no tenía el teléfono móvil. El acusado se ofreció a llevarla de nuevo al lugar donde la había recogido para buscar el móvil y fue entonces cuando, según ha indicado, él cambió de actitud y se "asustó muchísimo".
"Le noté más violento", "tenía muchísimo miedo", "pensaba que me iba a matar y me iba a tirar por ahí", ha afirmado la joven, que al llegar a esta parte del relato se ha venido abajo y ha empezado a llorar.
Ha asegurado que el hombre la llevó a un parque cercano en el coche. Que durante el trayecto ella le pidió que parara el vehículo, que la dejara salir pero él solo le decía que estuviera tranquila y le tocaba la pierna. Una vez allí la introdujo en la parte trasera del turismo.
La joven, que ha declarado separada del acusado por un biombo, ha indicado que entró en "shock". "Haz lo que quieras conmigo, pero no me mates", ha afirmado con voz entrecortada que pensaba en ese momento, que sólo deseaba que terminara cuanto antes y la dejara salir.
El acusado, en prisión provisional desde el 24 de julio de 2017, ha coincidido en que se ofreció a ayudarla para volver a su casa y también a buscar el móvil pero ha afirmado que fue ella la que se le insinuó durante el trayecto y ha relatado que las relaciones sexuales fueron consentidas, de hecho ha afirmado que fue ella la que se le acercó con esa intención.
También ha asegurado que después la dejó en la estación de autobuses.
Durante el interrogatorio del acusado, la fiscal ha constatado la diferencia de envergadura del hombre frente a la joven, él mide alrededor de 1,80 y ella es mucho más baja, y la acusación ha puesto el foco en la identificación que hizo la chica, ya que en un primer momento, cuando se le enseñaron fotografías tuvo dudas.
Sin embargo ella ha aclarado que identificó sin duda a su presunto agresor en la rueda de reconocimiento que se hizo posteriormente y ha explicado que sus dudas con las fotografías se debieron a que el acusado es de raza negra y no está acostumbrada a esos rasgos.El juicio continuará mañana, cuando quedará visto para sentencia.