Diez minutos antes de que diera comienzo la recepción y de que sonaran los primeros acordes del Agur Jaunak, el ala derecha de la sala aún presentaba alguna silla vacía, pero al filo de las 13.15 horas el recinto se llenó por completo y hubo quien tuvo que presenciar el acto de pie. Representantes políticos, sociales y del mundo empresarial se reunieron en las dependencias de Artium para aplaudir a los representantes de Euskaltzaindia y Eusko Ikaskuntza mientras recibían sus medallas.

Al margen de los representantes forales, encabezados por el diputado general Ramiro González y por la teniente de diputado general, Pilar García de Salazar, también acudió el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran. Por parte del Gobierno Vasco estuvieron presentes las consejeras de Trabajo y Justicia, Empleo y Políticas Sociales, y Seguridad, María Jesús San José, Beatriz Artolazabal y Estefanía Beltrán de Heredia, que asistieron acompañadas del Consejero de Cultura, Bingen Zupiria. Igualmente, acudieron diversos representantes de los grupos políticos parlamentarios y de las Juntas Generales de Álava.

En el frente social se pudo ver al juez decano de Vitoria, José Luis Nuñez, a la investigadora de la UPV Virginia López de Maturana, a los representantes de la UNED Teresa Imízcoz y Rubén González, o a la que fuera pregonera de San Prudencio en 1987, Cristina Fructuoso.

Igualmente respondieron a la convocatoria varios de los poseedores de la preciada medalla, como Laura Fernández de Carranza y José Ignacio Eguizábal, en representación de Egibide, o los responsables del C.D. Aurrera. También acudió Carmen Saltó, nieta del diputado general de Álava, Teodoro Olarte, fusilado en 1936 por los sublevados contra la República. En definitiva, una nutridísima representación de la sociedad alavesa que, tras los discursos, disfrutaron de un pequeño aperitivo con productos alaveses en el hall principal del Museo Artium.