vitoria - Las acciones contempladas por el plan de memoria histórica trazado en Gasteiz seguirán su curso este próximo mes de mayo. Las placas de los ministerios franquistas del Trabajo y de la Vivienda que todavía se conservan en decenas de bloques de viviendas de la ciudad comenzarán a ser retiradas conjuntamente a partir del próximo lunes 30, el día en que concluirá el plazo para que las comunidades de vecinos den su visto bueno para tal fin al Ayuntamiento. Según los últimos datos recopilados por el gabinete de Gorka Urtaran, a fecha 12 de abril eran ya 53 los bloques que ya habían dado su autorización para la retirada de estos rótulos, tal y como informó ayer en comisión la edil de Convivencia, Nerea Melgosa.
El Consistorio activó el pasado febrero el programa diseñado para retirar estos vestigios de la dictadura, que se llevará a cabo mediante un plan de empleo, como ya adelantó este periódico el pasado verano. De forma previa a su definitiva eliminación, el Consistorio se ha comunicado por carta con las 147 comunidades que todavía hoy cuentan con uno de estos rótulos en su portal para ofrecerles su retirada de forma gratuita y con cargo al presupuesto municipal. La gran mayoría no ha respondido aún a la invitación municipal, que al margen de tener encaje en el plan de memoria de la ciudad supone cumplir también con la Ley de Memoria Histórica. Por esta razón, el Consistorio decidió ampliar en un mes más el plazo para que estas comunidades rezagadas den una respuesta. Por otro lado, al menos dos bloques de viviendas han declinado ya el ofrecimiento del ejecutivo municipal.
Pese a que los últimos censos cifraban en más de 300 las viviendas de la capital alavesa todavía marcadas con estos rótulos, el Consistorio llevó a cabo un trabajo de comprobación y documentación vivienda a vivienda a través de un contrato de inserción laboral y constató que de todas ellas 168 ya los habían retirado por su cuenta y que tres direcciones más ya no existen. Además, el Consistorio localizó otras 20 comunidades que no estaban en el catálogo inicial, hasta alcanzar esa cifra final de 147.
Junto a esta intervención a gran escala, que tendrá repercusión en céntricas calles del Ensanche y de populosos barrios como Coronación, Judimendi, Zaramaga, Adurza, El Pilar o Sansomendi, una de las siguientes actuaciones que el Ayuntamiento llevará a cabo será la intervención en la simbología franquista presente en tres puntos concretos de la capital, donde se realizará una labor de contextualización histórica con la colocación de tres placas, una vez descartada su eliminación. El Consistorio todavía no ha hecho público cuándo comenzará esta fase, pero todo apunta a que será también de forma inminente.
El primer rótulo se instalará en el exterior de la catedral de María Inmaculada, en cuyo interior se conserva un enorme escudo franquista, y explicará el momento histórico en que se inauguró el templo con la presencia del dictador Franco bajo palio, y la permanencia de esta simbología. Igualmente, el Ayuntamiento instalará otra placa en la Subdelegación del Gobierno de España de la calle Olaguíbel, junto al antiguo Palacio de Justicia, donde también se contextualizará la existencia de otro escudo franquista en este tipo de arquitectura pública. La tercera placa, que irá en la cruz del monte Olarizu, servirá para dar a conocer el verdadero significado de este emblemático espacio de la capital alavesa y su posterior utilización política por parte de la dictadura.
recorrido La creación de los memoriaguneak, uno de los ejes fundamentales de este plan, ha sido hasta la fecha la actuación de mayor envergadura puesta en marcha desde el gobierno municipal, junto con el homenaje celebrado el 31 de marzo al alcalde Teodoro González de Zárate y la colocación de una escultura en su memoria y en la de las otras quince personas asesinadas a sangre fría hace 81 años en Azazeta. Los espacios de la memoria se ubican ya frente al cementerio de Santa Isabel, en cuyo muro trasero fueron fusiladas decenas de personas durante la Guerra Civil y el franquismo; en la plaza del convento de los Padres Carmelitas, donde ya fue trasladada en 2015 la escultura en honor a Estepan Urkiaga Lauaxeta; en la intersección de las calles Paz y Postas, sede de la cárcel regular de la ciudad hasta 1975; junto al colegio Sagrado Corazón, que fue empleado como prisión de mujeres durante la dictadura; y muy cerca de Correos. El Pleno municipal, además, ha revocado ya la entrega de la medalla de plata de la ciudad a Faustino Ortiz de Zárate Beitia, por considerar que fue “una concesión claramente exaltadora de la dictadura”, y la distinción de hijo predilecto a Luis Orgaz, militar que participó activamente en la sublevación del bando franquista.
En adelante, y también enmarcadas en el plan de memoria, el Consistorio elaborará un censo oficial de víctimas del franquismo en colaboración con el Instituto de la memoria Gogora y la Diputación y, antes de que concluya el primer semestre del año, tiene previsto haber concluido y presentado el diseño de la ruta de la memoria por sus espacios más relevantes
Con el inicio del nuevo curso, probablemente en septiembre, el Consistorio procederá a colocar una nueva placa en memoria de Antonio Peral Maza y Vicente López de Lacalle Erauskin, dos civiles fallecidos como consecuencia del accidente de un avión Heinkel que se estrelló en la plaza Nueva en 1936, a petición de los familiares del primero, que buscan evitar que estas muertes ocultadas por el régimen queden en el olvido.