vitoria - Iñaki Martín (Gasteiz, 1948) desarrolló su vida profesional en los sectores metalúrgico y de la automoción, fundamentalmente en Mercedes, ejerció como sindicalista activo y ahora es integrante de la asociación Arabako Pentsionistak Lanean, en la que se involucró desde el momento de su fundación hace ahora seis años. “En todo este tiempo hemos hecho muchas cosas, pero la respuesta que hemos recibido ahora no la habíamos tenido nunca”, valora el activista antes de entrar en materia. Martín subraya que las movilizaciones de los pensionistas han logrado hasta la fecha, al menos, que sus exigencias calen en la agenda de todos los partidos políticos, aunque sigue tildando de “migajas” a la propuesta del Gobierno central de incrementar algunas pensiones mínimas y retocar el IRPF. “Nuestras reivindicaciones no han sido atendidas de ninguna manera”, insiste.
¿Cómo están los ánimos de los colectivos de pensionistas ante la movilización de mañana?
-Los ánimos están intactos. A pesar de que el gobierno del PP ha intentado dar unas migajas, condicionadas a que le aprueben los presupuestos, para ver si podía dividir al movimiento de pensionistas, no lo ha logrado. Porque lo que ofrece no deja de ser una miseria. Al menos una cosa sí es positiva, que por fin ha metido este tema en su agenda. Pero estamos en las mismas reivindicaciones que teníamos, que no han sido satisfechas de ninguna manera: No al aumento del 0,25%, revalorización de las pensiones en función del IPC, pensiones que nunca sean inferiores a los 1.080 euros mensuales -como recomienda la Carta Social Europea- y eliminación del Factor de Sostenibilidad, también introducido por el PP y que afectará a los futuros pensionistas.
¿Seguimos hablando de unas exigencias mínimas para, al menos, plantearse detener sus protestas?
-Efectivamente. Consideramos además que son unas reivindicaciones de dignidad, porque hemos estado durante cinco años con una subida pírrica del 0,25%. Esto nos ha hecho perder bastante poder adquisitivo. Aunque somos un colectivo que aquí tiene una pensión media más alta que en otras zonas, tampoco hay que olvidar que el 40% de los pensionistas vascos está cobrando menos de 700 euros. Habrá pensiones de 1.600 y hasta de 2.000, pero muchas más que están por debajo de esa cifra. Y por culpa de la crisis, muchos pensionistas están compartiendo su prestación con sus hijos en paro o con salarios de miseria, lo que agrava todavía mucho más la situación.
Califican de “migajas” el aumento de algunas pensiones que ha prometido el Gobierno central, pero ¿teme que su maniobra calme el ánimo reivindicativo del colectivo?
-No. La gente está fuerte y decidida a seguir adelante. Lo pudimos ver en la última movilización -del pasado lunes-, que tuvo una muy buena respuesta a pesar la lluvia. Mi impresión es que seguimos en la misma situación de haber dicho basta.
Dice el Ejecutivo de Madrid que subirá las pensiones en la medida en que pueda, pero ustedes piden mucho más. ¿De dónde se podría sacar el dinero?
-Es que te dicen eso y al día siguiente anuncian que el Ministerio de Defensa va a comprar no sé cuántos aviones y no sé cuántas fragatas por varios miles de millones de euros. Está claro que de ahí se puede rascar bastante. Y al día siguiente de decirte eso, salen con que han rescatado unas autopistas radiales que no utiliza nadie por varios millones más. Cuando ha habido otros sectores que han tenido una situación de necesidad, como la banca, no ha habido ningún problema para destinar miles de millones para reflotarlos. Si hay voluntad política, hay dinero para dar satisfacción a las reivindicaciones de los pensionistas.
¿Se esperaba hace unos años que llegaríamos a esta situación?
-Esperaba que íbamos a llegar no sólo a esta situación que nos afecta a los pensionistas, sino también a todo el movimiento obrero en su conjunto, que está muy deprimido, con unas situaciones casi esclavistas. Lo nuestro ha explotado ahora, pero va a llegar un momento en el que el resto también explotará, porque no se va a poder sostener. No sé qué chispa saldrá, pero va a saltar. Por el momento, a los pensionistas se nos ha escuchado y ya se nos ha hecho algo de caso. El tema de las pensiones ya está en la agenda de todos los partidos políticos y todo el mundo quiere coger su cacho de pancarta. El mismo PSOE, que parece que no se acuerda de que ha hecho varias reformas de las pensiones y que ha puesto también varias piedras. En cuanto al PNV, que tiene competencias para complementar las pensiones aquí, vamos a volver a plantear esta reivindicación y esperamos que esta vez no nos diga que no.
¿Plantean una fórmula similar a la que el Gobierno Vasco ya aplica con el copago de los medicamentos?
-Efectivamente. Fue una de las cosas que ya reivindicamos cuando el Gobierno central instauró el copago, y el Gobierno Vasco decidió subvencionar a los pensionistas con las prestaciones más bajas. El problema es que ahora mucha gente está haciendo dejación del derecho que tiene porque los trámites son difíciles y está renunciando a consumir las medicinas que necesita, cuando el Gobierno Vasco tiene la capacidad técnica suficiente para saber a qué pensionistas les corresponde esta ayuda. Y ahora tampoco entendemos muy bien por qué no acepta nuestra propuesta de complementar las pensiones.
¿Por qué creen que la transferencia de la Seguridad Social mejoraría la situación de los pensionistas?
-Abogamos por tener una Seguridad Social propia porque sería más garantista. Cuando un servicio es más cercano siempre va a ser más fácil de controlar, y creemos que en este caso podríamos tener una mejor situación para los pensionistas. Las pensiones, seguramente, podrían tener aquí una mejor consideración que en el resto del Estado.
Tras una de sus últimas grandes movilizaciones decidieron conformar una sola voz, Pentsionistak Araba, para canalizar sus reivindicaciones. ¿Qué tal está funcionando la confluencia?
-Bien, porque es más útil para todos estar en una plataforma unitaria y esperemos continuar así. Estamos abiertos a que cualquier colectivo o asociación de pensionistas que ya exista o que surja se una a ella a partir de ahora. Por ahora estamos los colectivos Por una Vida Digna, Arabako Pentsionistak Lanean y la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones. No sé si vendrán más, pero a mí me gustaría mucho. Esta próxima semana vamos a tener una reunión entre las distintas plataformas de pensionistas de las tres provincias de Euskadi y Navarra donde vamos a tratar de intentar hacer cosas en el ámbito de Euskal Herria. No vamos a hacer oídos sordos a lo que pase en el resto del Estado, pero tenemos que mantener una dinámica propia aquí a la hora de hacer cosas y darle todavía más fuerza al movimiento.
Están trabajando en un amplio calendario de movilizaciones de aquí al verano. ¿Se puede avanzar alguna novedad?
-En lugar de estar concentrados sólo en un sitio, como haremos mañana en la Plaza Nueva, a partir del siguiente lunes vamos a tratar de dirigirnos a distintos lugares representativos de Gasteiz para hacer nuestras reivindicaciones más visibles. Un día al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que tiene mucho que ver en esta pelea, otro día a la Diputación, que tiene una serie de responsabilidades con los mayores que en algunos casos no está cumpliendo y tiene mucho que decir... Otro día hemos pensado ir a la Subdelegación del Gobierno, otro al Parlamento... En definitiva, iremos a distintas instituciones para exigirles lo que a cada una le corresponde en su responsabilidad.
Entre tantas movilizaciones, ¿no puede darse cierto desgaste en el colectivo?
-No lo creo. En un principio sí que pensamos que hacer movilizaciones todas las semanas podía traer un desgaste, pero la impresión hasta ahora dice que no. La gente sigue yendo a las concentraciones y no vamos a bajar el pistón.
Uno de sus objetivos es hacer de esta batalla una lucha intergeneracional, pero ¿le gustaría ver a más personas jóvenes en las movilizaciones?
-Sí, claro que me gustaría. Porque una parte del problema nos afecta a nosotros, pero lo más terrible va a venir con las pensiones futuras. La gente joven no piensa ahora en la pensión que tendrá, pero es importante que se dé cuenta ya de que tener una pensión digna al finalizar la vida laboral es un derecho esencial y que no puede perderse. Los jóvenes deben asumir que ésta debe ser una de sus reivindicaciones importantes. Y que si ahora tienen unos salarios de miseria eso también va a influir en sus pensiones del futuro. El panorama para ellos es mucho más negro.
Pero parece difícil que sus reivindicaciones calen entre la juventud.
-Sí, ya sabemos que es difícil. Pero sería importante que todos sepan que es un derecho fundamental. En las últimas manifestaciones hemos visto a bastantes jóvenes y familias enteras con sus hijos y esperamos que esto vaya contagiando a cada vez más gente y más chavales en favor de unas pensiones dignas.
¿A los jóvenes no les chirría que se les anime a formalizar planes privados de pensiones?
-No cabe duda de que esto es un objetivo que se busca desde los años 80, cuando algún banco hacía ya estudios económicos muy profundos en los que se decía que el sistema de las pensiones se iba a hundir. Pero la banca y las aseguradoras han seguido insistiendo y van a seguir insistiendo en ello con la colaboración de los gobiernos, a los que favorecen estas alternativas. Por eso hay que seguir reivindicando pensiones de calidad, pero que ante todo sean públicas. No nos tenemos que dejar engañar por estos cantos de sirena que vuelven a repetirse ahora. La gente se tiene que dar cuenta de que ahí no hay futuro.