Tras la tempestad, la calma -y el sol- hizo ayer acto de presencia en Vitoria y los pueblos cercanos afectados por las inundaciones, aunque durante la mañana las precipitaciones caídas de madrugada continuaron complicando la vida a los vecinos de lugares como Asteguieta, Víllodas, Yurre o Trespuentes, donde parece que tardarán aún en librarse del todo de las inundaciones.

Por el momento, el pantano de Ullibarri seguirá desembalsando a sesenta metros cúbicos (60.000 litros) por segundo los próximos días, según informó ayer la Agencia Vasca del Agua (URA), “aprovechando la poca precipitación prevista en las predicciones meteorológicas” para que el pantano alavés “recupere la capacidad de retener el caudal que pudiera llegar de producirse nuevas precipitaciones en días sucesivos”.

Un dato evidencia de forma clara lo adversa que ha sido la climatología: en lo que va de año, Ullibarri ha desembalsado prácticamente el equivalente a todo el agua que puede almacenar, pues ha estado desembalsando desde el 5 de enero prácticamente sin interrupción con picos de hasta 30.000 litros por segundo, aunque el miércoles se incrementó hasta el doble, coincidiendo con caudales de entrada de hasta 400 metros cúbicos por segundo. Continuar con el desembalse es posible, según subrayó URA, porque la menor precipitación genera menores aportaciones al Zadorra por la lluvia directa, lo que facilita que la cuenca tenga mayor capacidad para acoger el caudal de desembalse. En estos momentos, Ullibarri se encuentra al 96,95% de su capacidad total y Urrunaga está a poco más del 90%.

Por su parte, la Diputación Foral de Álava mantiene activado el Plan de Emergencias por precipitaciones, por lo que todos los efectivos de los servicios forales de bomberos, carreteras, miñones y guardas seguirán trabajando para tratar de minimizar las afecciones de las lluvias en zonas como Víllodas, Andagoia y los pueblos cercanos a las cuencas de los ríos Zadorra y Baias.

Los Bomberos tuvieron que trasladar ayer de nuevo a los vecinos de Víllodas en camiones desde las 5.30 horas de la mañana. Al igual que en Andagoia, donde aunque era posible acceder al pueblo de Andagoia a través de una carretera rural, los Bomberos ayudaron a los escolares a cruzar el río ante la imposibilidad del autobús escolar de utilizar ese desvío. En Trespuentes, la conexión con Mendoza permitió a sus vecinos poder entrar y salir del pueblo. La Diputación, que participa en la Mesa del Zadorra, apuntó ayer que se mantiene “atenta” al estado de los embalses del Zadorra y su cuenca, así como a la situación de la cuenca del río Baias. Varias carreteras secundarias del territorio permanecieron ayer cortadas por la presencia de balsas de agua, aunque la remisión de las lluvias y el descenso del caudal de los ríos permitió ha descendido, efectivos de los Bomberos, Miñones, carreteras y guardas siguen trabajando para minimizar las afecciones, que se centran en Víllodas y Andagoia y en los pueblos cercanos a las cuencas del Zadorra y del Baias.

Durante la mañana, los Bomberos han trasladado a los vecinos de Víllodas en camiones y han ayudado a los escolares de Andagoia a cruzar el río, ya que el autobús que los transportaba no podía circular por la carretera rural habilitada como desvío.

Desde la Plataforma Zadorra Bizirik denunciaron que en la gestión del embalse de Ullibarri “prima el interés” de Iberdrola, propietaria de la infraestructura, frente “al interés general en materia de prevención de inundaciones”, y criticaron que la Mesa del Zadorra no se reuniera hasta que se consumó la alerta por inundaciones. En una nota de prensa, Zadorrra Bizirik recordó que el pantano estaba el lunes al 90% de su capacidad, lo que suponía que su poder de acumulación era “limitado o nulo ante la entrada de lluvias intensas o deshielo”. La plataforma reconoce que garantizar el abastecimiento a más de un millón de personas es una “presión” para los responsables de Ullibarri, pero critica que el nivel del embalse está “habitualmente muy por encima de la curva de garantía”.