vitoria - Los vecinos de Coronación tienen marcada en rojo en el calendario la fecha del 31 de mayo para conocer si, finalmente, se alcanza el mínimo de 750 viviendas adheridas a disfrutar de una central de calor. Es el requisito que marca la Unión Europea para acometer una ambiciosa rehabilitación de los edificios que va a mejorar y reducir un 70% el importe de las facturas abonadas por servicios como la calefacción y el agua caliente.
A falta de mes y medio para agotar la prórroga del 31 de mayo, ¿cómo está la relación de comunidades adheridas al proyecto?
-No ha variado mucho desde el último anuncio de Visesa del 8 de marzo. Se ha adherido una nueva comunidad, en la calle Aldabe, y no constan más movimientos. Estamos en una fase en la que lo que se busca es incorporar más comunidades para llegar a la cifra de 750 viviendas o su consumo equivalente.
La cifra de 16 comunidades adheridas y 158 domicilios particulares además de los equipamientos incorporados sitúan el global en 515 viviendas o su consumo equivalente. ¿No es preocupante que falten 235 vecinos por incorporar con solo 45 días de plazo?
-Sí es preocupante, pero de todas formas es también esperanzador con esa ampliación de los límites de calles que pueden sumarse al proyecto. Quedan reuniones pendientes con esos propietarios, se ha constatado el interés de un buen número de ellos y ya se han reunido con los rectores del proyecto. Esto demuestra el interés de todas ellas. Se aprecia ese interés, pero no hay prisa y los vecinos deberían de tener en cuenta que, cuando finalice la prórroga, el 31 de mayo, se agota la posibilidad de acogerse a la subvención que se obtiene del fondo de garantía de 3,3 millones de euros.
¿Es optimista respecto a llegar a esa cifra de 750 viviendas o su consumo equivalente?
-Somos muy optimistas porque las condiciones para los vecinos son inmejorables. Somos muy cómodos y siempre esperamos a última hora, pero ya estamos a falta de mes y medio y es una pena que no se tome la decisión de informarse y después posicionarse al respecto. El que no tiene la información es debido a que no la quiere recibir. En el aspecto económico, el mejor ejemplo es que para aquellos vecinos que cuenten con pocos ingresos, les va a salir gratis y para quienes no estén en la horquilla del fondo de garantía hay una subvención especial de Ensanche 21, que puede llegar hasta el 80% del total de la obra. Si no se adhieren antes del 31 de mayo y lo quieren hacer después de esa fecha, no van a contar con la subvención de la Unión Europea, y eso supone renunciar a 10.000 euros.
Por lo que habla con todas las instituciones impulsoras, ¿percibe nerviosismo o inquietud ante la hipótesis de que no pudiera salir adelante el plan?
-Ellos están más nerviosos que nosotros. Con las condiciones de financiación que se han logrado, los vecinos estamos convencidos de que al final es una cuestión que va a salir adelante. Deben de ver esta obra como la novia bonita para mejorar y actualizar nuestros pisos de Coronación y resistir otro medio siglo sin problemas y olvidarse del goteo de gastos para muchos años. Se hacen todas las mejoras conjuntas, de una sola vez, y el precio sale más económico que si lo hicieran a título individual.
¿Ese nerviosismo que percibe les ha llevado a incluir dentro de la red de calor equipamientos como la iglesia, centro cívico, gimnasio o bingo que aumente el equivalente del consumo de viviendas?
-Eso no es así. La iglesia de Coronación es la que lo ha solicitado porque el coste le sale mucho más barato de esta forma, que el sistema que tiene ahora, al igual que en el caso del local del bingo. Estos locales que se han adherido no lo hacen por una cuestión de Visesa, sino que es una decisión que han adoptado ellos.
Visesa ha anunciado que ya no habrá más incorporaciones de locales de ese estilo y las 235 viviendas que restan deberán ser de propietarios particulares.
-La realidad es que lo que va buscando la Unión Europea es que sean los domicilios y pisos los que conformen esa red de calor. En el lado contrario está la empresa privada Giroa, que va a explotar el sistema, y busca que la caldera sea rentable. Por eso, cuantas más adhesiones haya, más se va a lograr ese objetivo. Se ha estimado el nivel de rentabilidad en las 750 viviendas y si se llega a las 1.500 será mucho mejor y más rentable para la empresa.
Los plazos aprietan ya porque no habrá más prórrogas y deben ser los vecinos los que den el paso.
-Logramos que Visesa ampliara medio año más, tras pedir la prórroga a Europa, y ya con la fecha del fin de obra fijado en 2021 los plazos empiezan a solaparse con los calendarios de las actuaciones que hay que llevar a cabo en el barrio, según contempla el proyecto.
¿Qué coste económico supone a cada vivienda acogerse a este plan?
-La reforma en cada domicilio asciende a 21.000 euros. Por ser propietario del piso, la subvención de la Unión Europea ya es de 10.000 euros. Además, se une luego el porcentaje en función del nivel de ingresos que tenga con el fondo de garantía que existe. Para esa cantidad total de la obra, a quienes no tengan dinero, les va a salir gratis el arreglo y para el resto variarán las cantidades, pero siempre dentro de un nivel asequible. Es una pena que por no reunirse los vecinos y solicitar que se les aclaren las dudas, pierdan el derecho a estas subvenciones.
¿De sus contactos con los vecinos, cuáles son las trabas que han impedido más adhesiones?
-Hay muchos vecinos, en especial gente mayor, que no se fían de los políticos y no quieren ni recibir información, y ya siento expresarlo así. Ahí entra el papel de los familiares más directos de esas personas que debieran explicar que, con estas obras, se va a dar vida a cada vivienda para otros 50 años más. Desde la asociación Errota Zaharra hemos dado la información a los vecinos y también es cierto que hay otro sector de población que nos ha dicho que somos bastante pesados con este asunto. Hemos transmitido que es una buena oportunidad para sus viviendas, para ellos y para el barrio, en el sentido de renovar la ciudad y que otros barrios nos miren con envidia. De hecho, nos han llamado, incluso, para informarles sobre cómo hemos hecho las cosas.
¿El elevado índice de pisos en alquiler es un factor que frena a los propietarios para hacer esa inversión en un piso en el que no residen?
-Todo influye y tiene que ver, claro que sí, pero es cierto que son muchos vecinos los que entran en el proyecto y pocos los que se han apuntado a la altura que estamos.
En diciembre se anunció la prórroga y hasta mediados de marzo no ha habido más adhesiones. ¿No es demasiado tiempo para no haber registrado ninguna nueva incorporación?
-Los técnicos de Visesa están trabajando a diario y están en contacto con las comunidades. Lo que sucedes es que los vecinos no se animan a tomar la decisión final. No se acaban de creer que las subvenciones anunciadas sean tan fenomenales. Hay comunidades que se están gastando un dineral en limpiar la fachada o afrontar los trabajos de la Inspección Técnica de Edificios (ITE). A muchas comunidades les saldrá más caro estas actuaciones que adherirse al proyecto que se les está poniendo sobre la mesa con todo tipo de facilidades y ayudas.
Estar dentro del proyecto va a conllevar también otros beneficios añadidos como descuentos del 50% en el abono del IBI u obtener el certificado de la ITE
-La ventaja para el propietario o vecino es que, una vez hecho el proyecto, va a tener que pagar menos dinero en los recibos que a día de hoy. De su cuenta de la caja para abonar los gastos va a salir menos dinero del que abona en esos conceptos ahora en este año, por explicarlo de una manera gráfica.
Es una actuación integral porque se centra en implantar un nuevo medio de calefacción y mejorar el aislamiento de las fachadas.
-En efecto. Se incluye lo referido a la caldera de la central de calor, la cubierta y la fachada del edificio. También se brinda la oportunidad de que aprovechando la obra se puede incluir cuestiones de ventanas o eliminar barreras arquitectónicas y ascensores a nivel de calle.
El último anuncio de Visesa de estirar los límites de renta hasta 21.000 euros ha sido una respuesta a su petición de hace tiempo.
-Todo lo que hemos pedido desde Errota Zaharra se nos ha concedido y no vemos que podamos pedir alguna mejora más. El factor económico ya no es excusa y además, una vez terminada la obra, el recibo del consumo de agua caliente y calefacción va a ser un 70% menos. De pagar ahora 100 euros mensuales, con la nueva calefacción pasaría a pagar únicamente alrededor de 30.
¿Con esta modificación parece como si se apuntara a los vecinos de cara al futuro si el SmartEn City no lograra salir adelante?
-Espero que esto no sea así. El que primero incumplió los plazos fue Visesa debido a que se retrasó mucho, a pesar de nuestra insistencia y pelea para no demorarse. Es impensable que se pueda señalar a los vecinos como responsables de algo así. Desde el inicio advertimos que la gestión para lograr las adhesiones de vecinos iba a resultar una tarea complicada. No se nos creyó ni tomó en cuenta y el tiempo nos ha dado la razón.
Desde el lado institucional se han impulsado todo tipo de medidas con la ampliación incluso de los límites del proyecto a nuevas calles y parece que han ido sumando nuevas medidas en función de las comunidades adheridas.
-Han puesto toda la carne en el asador. Hay que tener en cuenta que es la primera vez que lo hacen y no lo habían hecho nunca. Han tenido fallos, claro que sí, y también se los hemos comunicado desde la asociación de vecinos Errota Zaharra. Siempre que les hemos reclamado algo y les hemos transmitido nuestra opinión sobre aspectos a mejorar, siempre han rectificado.
Esa ampliación de las calles incluidas, ¿podía haber sido mayor para extender el plan a más vecinos?
-El proyecto final para nada se parece al que nosotros pedíamos al comienzo y que se extendía, por ejemplo, hasta la calle Simón de Anda. Eso fue imposible y nos comentaron que la caldera de calor que se va a implantar, junto al centro cívico Aldabe, tiene unas dimensiones y características determinadas, con una potencia para alcanzar a un número de viviendas. Para llegar a más domicilios habría que incluir nuevos elementos y piezas y no cabría físicamente en esa parcela trasera de Aldabe que ahora es el parking. La ampliación ha consistido, básicamente, en incluir también las aceras de enfrente que en el planteamiento inicial no entraban. Hay que mirarlo desde el punto de vista de que hay un mayor número de vecinos que pueden disfrutar de esta comodidad y oportunidad.
Se anunció un proyecto con fecha de conclusión en 2021 y han pasado dos años sin avances ni puesta en marcha de obras, ¿se está en plazo todavía o habrá que acelerar en esta segunda parte?
-Nos indicaron que sí se va a llegar a tiempo y por eso después de la fecha del 31 de mayo no hay posibilidad de prorrogar los plazos y se está muy pillado con los tiempos.
Ahí está el caso de las obras de rehabilitación de Eulogio Serdán 4 y 8 que quedaron desiertas en el primer concurso y han vuelto a salir a licitación. ¿Qué falló en ese pliego inicial?
-No resultaba atractivo para las grandes empresas, y mucho menos lo era para las pequeñas al dejarlas un margen de beneficio muy escaso. Para esta segunda ocasión, Visesa ya ha tenido en cuenta esos detalles, según nos han contado, y ahora el margen de beneficio que les queda es algo mayor. Ahí está el motivo por el que no se adjudicaron en el primer intento y están de nuevo abiertas a recibir ofertas de empresas interesadas en ello.