vitoria - Aunque está convencido de que la sangre no llegará al río y de que los agentes aceptarán la propuesta definitiva del Ayuntamiento, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, se reserva una serie de medidas de respuesta a adoptar en el caso de que la plantilla vuelva a dar la espalda al acuerdo. Si bien el primer edil prefirió ayer no revelar en qué consisten dichas medidas, garantizó que serán “contundentes” y encaminadas a “reducir comportamientos abusivos”, tales como el “incremento desproporcionado de las sanciones o del absentismo en días claves para la seguridad de la ciudad”.

El martes, el gobierno municipal trasladó al comité de empresa su oferta definitiva. Además de un plus de productividad de 600 euros anuales por agente, los responsables de la Policía Local reducen finalmente a 19 el número de días rojos -los festivos que tienen que trabajar obligatoriamente si son requeridos para ello- y los abonan a 90 euros cada uno de ellos. En total, unos 1.080 euros por policía al año que equivalen a un incremento salarial cercano al 1,5%, lo máximo que le permite aplicar la ley estatal.

Urtaran cree que “es una propuesta que satisface a todas las partes” y que “es el momento de dar una solución a un conflicto que arrastramos desde noviembre”. “Hay que ser prudentes, porque el 29 de diciembre también salimos con un acuerdo a priori, con una mayoría sindical que luego no fue refrendada por la plantilla de la Policía Municipal. Quiero esperar a que sean informados todos los agentes y a que el lunes emitan su parecer al respecto de esta propuesta. Ya veremos lo que ocurre”, manifestó.

Si no llega el acuerdo, el alcalde avanzó que llegará una segunda fase “en la que no nos negaremos a seguir negociando y hablando, pero tomando medidas contundentes para reducir esos comportamientos abusivos”. “Para evitar -amplió- que algunos policías municipales, instados por algunos sindicatos, sigan utilizando herramientas ilegítimas y abusivas como puede ser un incremento desproporcionado de las sanciones o del absentismo en días tan importantes para la seguridad como pueden ser los carnavales”.

reacciones La oposición, que ayer por la mañana fue informada por el propio alcalde sobre los avances en las negociaciones, no se mostró tan optimista acerca de una hipotética resolución de la crisis policial. El concejal del PP Gustavo Antépara aseguró no apreciar “ningún avance” en las últimas semanas. “El lío con la Policía Local continúa alargándose en el tiempo tras casi cuatro meses, el gobierno de Urtaran no tiene un horizonte claro y sigue sin dar una salida al conflicto. Mientras tanto, los vitorianos siguen pagando el pato y el alcalde sigue sin sentarse a hablar con los policías”, señaló el edil popular.

En la misma línea, desde EH Bildu indicaron que “a lo largo de estos cuatro meses de conflicto Urtaran no se ha preocupado de lo que pensábamos y ahora viene a pedirnos un cheque en blanco, en el último momento, cuando ha lanzado su propuesta sin contar con nadie”. “Presenta un ultimátum, saca una oferta definitiva por su cuenta y ahora da la impresión de que quiere que le avalemos cuando no se nos ha tenido en cuenta ni se nos ha invitado a participar en ningún momento”, apuntaron. En cuanto a las palabras pronunciadas ayer por el coordinador general de Alcaldía, Económica y Función Pública, Iñaki Gurtubai, quien comunicó a la oposición que “ha existido un liderazgo evidente del alcalde” durante el proceso negociador, los portavoces de EH Bildu señalaron que, precisamente, una de sus reivindicaciones que nunca se atendió fue que Urtaran se sentara a dialogar con el comité, circunstancia que nunca se ha producido en estos cuatro meses.

El portavoz de Podemos en Vitoria, Jorge Hinojal, consideró que “ya no hay excusas” para que el conflicto de la Policía Local concluya. Recordó que la propuesta satisface las demandas de conciliación laboral y recursos humanos planteadas desde un inicio y, si bien censuró que “la gestión del gabinete Urtaran ha dejado mucho que desear” por falta de proactividad, consideró que “la última oferta es justa”. “La huelga de celo ha castigado desproporcionadamente a la gente enfrentando a policías y población mientras el equipo de gobierno veía desde la distancia cómo aumentaba la recaudación sin poner demasiado interés en resolver el conflicto hasta que se ha puesto en jaque un gran evento”, valoró.

El responsable de Irabazi, Óscar Fernández, remarcó igualmente que la huelga debe acabar “porque la ciudadanía no debe pagar los desencuentros entre el Ayuntamiento y Policía”. Tras tildar de “chantaje” la estrategia de los agentes, acusó al gobierno municipal de actuar “tarde”. El ultimátum debería haber llegado mucho antes porque la situación de chantaje no se puede tolerar. La Policía no puede pretender estar por encima del resto del funcionariado y tener unos privilegios exclusivos”, declaró Fernández.

Tirón en Amurrio. La Ertzain-tza detuvo el martes en Amurrio a un joven de 17 años como presunto autor de un delito de robo con violencia. A las 18.30 horas de ese día, una mujer denunció haber sido víctima de un robo. Un individuo le arrebató el bolso del hombro y salió huyendo en compañía de otros dos jóvenes. La Policía Local encontró el bolso en unos matorrales y comprobó que faltaban el teléfono móvil y el dinero de la denunciante. La Ertzaintza, por su parte, localizó a los jóvenes en el apeadero del tren Iparralde y comprobó que uno de ellos respondía a la descripción del presunto ladrón. Tras realizar las verificaciones necesarias el sospechoso, de 17 años, fue detenido.

Agresión. La Policía Local de Vitoria detuvo el martes a una mujer de 32 años como presunta autora de un delito de agresión y por allanamiento de morada y daños en el piso de una vecina, en la calle Roncesvalles, en Sansomendi. Tras una discusión, una mujer manifestó que su vecina había roto la puerta de su casa para agredirle, aunque una hija suya, menor de edad, se había interpuesto para defenderla y había recibido golpes en la cara. Tras realizar las necesarias comprobaciones, la Policía Local acudió al domicilio de la presunta agresora para detenerla.