vitoria - El párroco de Astegieta, José Ignacio Calleja, reconoce que la situación que atraviesa el barrio desde que se anunciara la llegada al mismo de la polémica familia Manzanares Cortés, conocidos como los pichis, es de “conflicto enconado”. Para tratar de aliviar la tensión y, de paso, arrojar alguna luz sobre el proceso desarrollado por la sociedad pública Alokabide que ha llevado a este grupo de personas hasta una de sus viviendas en la avenida de Los Huetos, Calleja ha reclamado públicamente “que se muestre con transparencia por qué toca en Astegieta”.
El párroco, quien lleva a cabo su labor en la zona desde hace 31 años y que se ha postulado en diferentes ocasiones como mediador para acercar posturas, reclama “igualdad” entre los diferentes distritos de Vitoria a la hora de hacer frente a lo que considera “los deberes de acogida” de la ciudad. Por ello, solicita a la Sociedad Pública de Alquiler de Vivienda Protegida -entidad dependiente del Gobierno Vasco- que explique de forma clara a la Junta Administrativa de Astegieta las razones por las que consideran que los pichis deben residir en este punto de la capital alavesa.
Los Manzanares Cortés se encuentran actualmente alojados en el Centro Municipal de Acogida Social, CMAS, donde ya han protagonizado diversos enfrentamientos. Desde que se supo que habían ascendido a los primeros puestos de la lista de espera de Alokabide y que se les había concedido un piso en la avenida de Los Huetos, el rechazo de los vecinos a que se establezcan en el barrio ha sido total. Este último sábado, los residentes volvieron a manifestarse por las calles de Vitoria para expresar su oposición a la llegada de la familia a Astegieta, por considerar que sus vínculos con la delincuencia están sobradamente probados.
El párroco de Astegieta señala que si bien los Manzanares Cortés tienen el derecho subjetivo a residir en una vivienda protegida dentro de Vitoria, Alokabide debe ofrecer, por una cuestión de “democracia”, los motivos por los que han de afincarse allí.
Calleja no sólo dirige su mirada hacia la entidad encargada de la gestión de las viviendas sociales, sino que también apunta al Ayuntamiento de Vitoria y le emplaza a que muestre cómo todos los barrios de la ciudad están dentro del listado de posibles destinos de la familia, ya que de lo contrario quedaría en entredicho la “igualdad” de todos los residentes a la hora de acoger a personas sin recursos. “Sin transparencia en la asignación del piso e igualdad de los ciudadanos y barrios la democracia es elitista y se presta al abuso. Es lógico que Astegieta proteste”, argumenta el párroco, si bien precisa que dicha protesta debe enmarcarse “dentro del derecho y la razón y sin prejuicios preventivos”.
No es esta la primera vez que José Ignacio Calleja redacta una carta abierta en torno a la polémica desatada con la llegada de los Manzanares Cortés al barrio. El pasado diciembre ya dirigió una misiva al alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, en la que explicaba que los residentes sienten “enfado y miedo”. “Escucho las razones y no me parece sin más racismo o fobia a los gitanos. No, no me lo parece”, aclaraba en aquella ocasión.
El párroco detallaba entonces que Astegieta es un pueblo pequeño de 280 habitantes en el que residen magrebíes, latinos, africanos y rumanos. “Y no ha sucedido nada parecido a esto. Desde luego que el pueblo no es el de hace treinta años, pero la gente va y viene, y convive en un barrio de periferia de manera muy digna. Recuerde, un barrio de periferia y muy sencillo en personas y recursos. Lo sabe. No creo que su modo de vida personal y familiar tenga este nivel de implicación con la diversidad día a día”, explicaba al primer edil.
Desde un primer momento, Calleja ha tratado con las dos partes en conflicto. Se ha reunido tanto con los vecinos como con Pedro Mari Manzanares y Natividad Cortés para conocer de primera mano sus impresiones. Sin embargo, sus intentos por que ambos frentes empaticen mutuamente y acerquen posturas han sido hasta el momento infructuosos.
Los vecinos le han transmitido al cura sus sospechas de que la elección de Astegieta como destino residencial de los pichis ha sido “arbitraria” y “a dedo”. Su emplazamiento, en las afueras de la ciudad, resultaría ideal para alejar la polémica del centro de Vitoria. No obstante, Calleja ha señalado en diferentes ocasiones que si bien compartió esta impresión “en un primer momento”, posteriormente ha escuchado otros argumentos que le han llevado a dudar de esta afirmación. Precisamente para aclarar las dudas vecinales, el párroco pide a Alokabide y al Ayuntamiento que muevan ficha.
Mediación. Pese a los últimos intentos de acercamiento llevados a cabo por el gobierno municipal durante la semana pasada, los vecinos siguen rechazando frontalmente el establecimiento de los Manzanares Cortés en Astegieta.
Sospechas. Dada la conveniente situación geográfica de Astegieta, en las afueras de Vitoria, los vecinos creen que se ha elegido “a dedo” el barrio para alojar a los ‘pichis’ allí.
Transparencia. Para rebajar la tensión, el párroco del pueblo, José Ignacio Calleja, pide a Alokabide que aclare el proceso que ha acabado decidiendo que la familia debe residir en esa zona.