vitoria - Ingeniera del medio natural y parte activa de la Asamblea de Mujeres de Álava, Galiana (Madrid, 1993) es una de las muchas integrantes del grupo motor creado para dotar de contenido a Emakumeen Etxea, donde también tienen presencia los colectivos Axola de familias monoparentales, Eginaren Eginez, la asociación Afroamericana, Yoruba, Eoncult, Berri-Ñann y Bachué. Una vez definidas en este foro las características básicas del futuro complejo y su modelo de gestión, la discrepancia ha surgido en la ubicación de la casa, que el gabinete Urtaran apuesta por llevar al palacio Etxanobe del Casco Viejo. Aunque recién renovado para mejorar sus condiciones de accesibilidad, el grupo motor cree que este edificio no reúne las condiciones necesarias para acoger este anhelado proyecto.
Para quienes hayan estado al margen del proceso participativo abierto para definirla, ¿qué va a ser Emakumeen Etxea?
-El grupo motor ha consensuado que sea un espacio de creación colectiva y de encuentro para todas las mujeres independientemente de su raza, clase, orientación sexual, identidad de género, clase... Y sobre todo, que sea un espacio de aprendizaje y empoderamiento de la mujer en Gasteiz. Ha sido un proceso muy positivo y que ha generado mucha cohesión entre mujeres de la ciudad de los más diversos orígenes, realidades y experiencias.
¿Por qué era necesario aquí un espacio de estas características?
-Pese a ser una ciudad bastante grande, no existe ningún espacio no mixto de mujeres, cuando en otras capitales vascas y en otras ciudades más pequeñas ya hay proyectos de este tipo en marcha. Al no haber ningún espacio de reunión ni de encuentro, es difícil llevar adelante proyectos comunes que nos involucran a todas. Casas de la mujer como las de Donostia y Basauri, que llevan en marcha desde hace años, se ve que son efectivas, porque a ellas acuden también otras mujeres a las que no somos capaces de aglutinar desde el movimiento feminista. Es un lugar de encuentro que permite que las mujeres luego se organicen también fuera. Y además es una demanda histórica de los colectivos feministas de Gasteiz, que llevan más de 40 años exigiendo una casa para la ciudad.
Hablando de esas otras experiencias, ¿han servido como espejo al que mirar a la hora de configurar Emakumeen Etxea?
-Ha sido complicado dentro del proceso de participación porque los tiempos han estado muy medidos y los plazos a cumplir para emitir documentos desde el grupo motor han sido exigentes. No se han podido visitar otras casas, aunque nos hubiera gustado. Sí que teníamos referencias de ellas y hemos intentado que las deficiencias identificadas en esos espacios no se repitan aquí.
¿Y en qué punto estamos ahora?
-Durante meses, en reuniones cada quince días, hemos ido definiendo distintos aspectos de la casa, como su filosofía, su modelo de gestión o las actividades que se van a dar dentro. Estas conclusiones pasaron a un grupo motor reforzado, en el que participaban mujeres independientes, otros colectivos y los partidos políticos, y se ratificaron allí. Aunque hay que decir que la mayoría de ellos se desentendió. Esta primera fase del proceso de participación terminó en diciembre y, posteriormente, el documento final se ha remitido al equipo de gobierno para su ratificación. Estamos a la espera de su respuesta.
La ubicación por la que apuesta el gobierno municipal para la casa, el palacio Etxanobe, no ha sido del agrado del grupo motor.
-Más que apostar, el alcalde da por hecho que la casa va a ir a Etxanobe. Si no lo ha dicho claramente hasta ahora en público es porque no lo puede decir, porque eso significaría invalidar todo este proceso participativo. Como grupo motor, creemos que la posibilidad de negociación con el equipo de gobierno está totalmente cerrada en este sentido. Ha sido el propio alcalde el que nos lo trasladó en una última reunión: Si no queremos Etxanobe, él no se compromete a que la casa salga adelante esta legislatura. Esto lo vemos como una amenaza en toda regla. Teniendo en cuenta que éste no es un proyecto del equipo de gobierno, sino del Ayuntamiento y con cargo en unos presupuestos, nos parece gravísimo que diga esto sin contrastarlo con el resto de partidos.
¿Les han ofrecido más alternativas?
-Las que se nos han propuesto desde el gobierno no son ni con mucho válidas ni dignas para acoger la casa, por muchas razones. Aparte de Etxanobe, una era un piso encima de un restaurante, ni siquiera una casa. Y la otra, el edificio donde está el servicio de Infancia, al lado de Renfe, que está pendiendo de un hilo por las obras del TAV. Y que además ha sido identificado por el movimiento feminista como uno de los puntos peligrosos de la ciudad. No son alternativas reales.
¿Qué le falta al palacio Etxanobe para no ser una sede válida?
-Creemos que es un edificio válido para muchos otros usos, pero no para Emakumeen Etxea. Se encuentra en un espacio de difícil acceso, tal y como ha señalado en el proceso participativo Eginaren Eginez. Además, pretendemos que sea un espacio de encuentro para bastantes mujeres, en el que puedan realizarse charlas o conferencias para más de cien personas. Es importante destacar que desde fuera Etxanobe parece un edificio grande, pero al haberse hecho las obras de accesibilidad y meterse el ascensor, su capacidad se ha reducido. Por poner un ejemplo gráfico, sería imposible celebrar allí la charla de apertura de la Escuela para la Igualdad, porque a ella asisten más de 150 mujeres. Una de las alternativas que se nos han dado es buscar otros espacios para albergar actividades puntuales que no se puedan hacer allí. Aparte de que ya no serían lugares no mixtos, ¿para qué queremos una casa? Además, tampoco es el sitio adecuado, porque hay más.
¿Por ejemplo?
-En el grupo motor se identificaron varios edificios de propiedad municipal, que están ubicados en el centro de la ciudad y que podrían ser viables para acoger la casa. Entre otros están los palacios Gobeo Gebara, Maturana Verástegui, Álava Velasco, Elvira Zulueta o la antigua gasolinera de Goya. Son edificios que exigimos ver, pero que no se nos ha dejado ver. Varios de ellos están en el master plan del alcalde, y por lo tanto están en previsión para en un tiempo darles un uso. Si estuviésemos en una ciudad donde el Ayuntamiento no tuviese propiedades públicas viables, podríamos decir que Etxanobe es digna, pero hablamos de una cuestión de prioridades. Es importante destacar que las compañeras de Donosti nos han dejado claro que uno de los grandes problemas identificados en los diez años de trayectoria que tiene su casa es que el edificio no les sirve por la falta de espacio.
Por de pronto, Zulueta ya parece descartado en vista de que va a acoger el proyecto de centro del vino.
-La primera noticia al respecto la tuvimos en verano, cuando vimos en prensa que el gobierno iba a destinarlo a centro del vino. Antes de esto, desde el grupo motor ya habíamos propuesto el palacio como sede posible para Emakumeen Etxea, y al conocer esto se lo recordamos al equipo de gobierno. Pero nos dijo que el palacio ya estaba asignado. Entonces hicimos una petición formal del expediente en el que se adjudicaba el uso de Elvira Zulueta y ese expediente no existía. Luego hemos sabido que el proceso de solicitud de asignación del uso del edificio es de enero de 2018. Si pudiésemos ver el edificio quizá veríamos que no es válido para la casa, pero es que ni siquiera nos han dejado verlo. Lo que también nos parece revelador es que el gobierno prefiera destinar este edificio a una empresa privada frente a un grupo motor que ha definido un proyecto pensado para la mitad de la población de esta ciudad.
En este contexto, ¿qué recorrido le queda al proceso participativo?
-En la última reunión del grupo motor consensuamos bajar más a tierra el proyecto, pero por responsabilidad con todas las mujeres de Gasteiz. No porque el grupo considere que el marco de decisión esté siendo el adecuado o las cosas se estén haciendo bien. Pero queremos abrir el grupo a nuevas asociaciones de mujeres y seguir luchando por un buen edificio y lograr la Emakumeen Etxea más digna para la ciudad.
¿Abogarían por alargar este proceso hasta encontrar una sede adecuada, aunque eso suponga acabar la legislatura sin Emakumeen Etxea?
-No. Es posible tenerla en esta legislatura, porque no hablamos de una cuestión de tiempo sino de prioridades. Basta con responder a las necesidades identificadas en el documento del grupo motor. Ahora, la pelota está en el tejado del alcalde y de su gobierno.
Teniendo en cuenta que, como ha dicho antes, éste es un proyecto del Ayuntamiento en su conjunto, ¿qué le pediría al resto partidos?
-Pediría que lo asuman también como un proyecto propio. Los grupos políticos tienen la posibilidad con este proyecto de demostrar hasta qué punto les importan las mujeres en esta ciudad y trabajar en contra de la desigualdad o la violencia machista, porque va a ser un lugar al que las mujeres que la han sufrido puedan acudir.