Nanclares de la Oca - Iruña Oka contará en un próximo futuro con un Centro de Investigación Ictiológica, una rama de la zoología dedicada al estudio de los peces, para lo que ya cuenta con infraestructura, apoyo de todas las instituciones y los primeros estudios en marcha para poder valorar el montante de la inversión que se necesita. Todo comenzó hace año y medio, cuando el alcalde de Iruña de Oca, Javier Martínez García, se planteó que disponía de un solar y de unas infraestructuras singulares en total desuso en medio del municipio y encargó una serie de trabajos para buscarles utilidades.

No era para menos. Se trata de solar y un edificio muy singular. No hay muchos por ahí con 18 piscinas de hormigón de 20.000 litros cada una a cubierto. “Hacer otra cosa hubiera supuesto destruir eso para hacer algo nuevo”, explica el primer edil. Por eso, “con esas infraestructuras ahí, comenzamos a investigar qué se podría hacer para aprovecharlo y partiendo de una idea inicial, de experiencias que habíamos visto en Cantabria, un centro de investigación. Se puso esta idea en común con la Diputación, con IHOBE (sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno Vasco) y con la Universidad del País Vasco y resulta que el proyecto pasa de ser una idea a responder a solucionar una carencia que ya existía en el País Vasco”. El resultado fue que el proyecto creció y “se escala no por decisión del Ayuntamiento, sino por la contribución de estas tres instituciones para solucionar una necesidad que no se había detectado hasta que se plantea la posibilidad de ponerlo en marcha”.

Había importantes ventajas para apoyar la idea. En primer lugar el edificio, propiedad de la Junta Administrativa de Nanclares de la Oca y comprado hace uno o dos años. Estuvo destinado a ser una fábrica de curtidos, pero por razones que se desconocen nunca llegó a funcionar. De hecho, en su interior queda mucho material de obra. En segundo lugar, al proponer la idea de un centro a la Diputación, que es en realidad la competente en cuanto a la repoblación de especies en los ríos, le pareció una buena idea. Y, como valor más importante, el agua, el edificio está conectado al acuífero de Subijana, cuya surgencia más baja se encuentra en el lago del Molino, a apenas 200 metros de distancia.

“La verdad es que después de visitarlo y establecer varios contactos nos dimos cuenta de que el proyecto tenía más posibilidades”, relata Martínez. Y fue entonces cuando “pensamos en incluir a la Universidad del País Vasco (EHU/UPV) para que sus profesores y alumnos investiguen, como de hecho ya lo hacen en las salas de zoología. Es decir, que la instalación no sería solo para la reproducción, de gestión foral, sino que consistiría en añadir esa faceta de investigación, algo que no existe en Euskadi”.

Con los contactos establecidos y tras las primeras gestiones, “lo primero que vamos a hacer es crear una mesa de trabajo donde definamos cuál es el proyecto real que queremos o que necesitamos, dónde integremos a la UPV, a la Diputación, al Ayuntamiento... Queremos que esté también IHOBE, como organismo del Gobierno Vasco que lo representa. Así estaríamos todas las instituciones”.

La idea es generar un buen proyecto y con él ir a buscar dinero a las instituciones europeas, al Gobierno de España? La idea pasa por contar con un buen proyecto medioambiental con el que poder recabar subvenciones para ponerlo en práctica, que sería la segunda fase.

Tras la implicación de la Diputación y de la UPV, llegó la de IHOBE, “que por cierto ya nos han dado una subvención de 25.000 euros (a través del programa Berringurumena de la red Udalsarea) con los que estamos haciendo los estudios previos para incorporarlos al diseño futuro de lo que queramos hacer”. El alcalde matiza que no hay planos de las instalaciones y por esa razón “no sabemos ahora cómo funcionaban las piscinas y por eso hemos encargado un estudio a una ingeniería para estudiar su funcionamiento para incorporarlo al estudio definitivo. Con el mismo dinero hemos encargado otro estudio para valorar la eficiencia energética del edificio, porque lo ideal es contar con una instalación con las menores pérdidas de energía e incluso aportándole energías verdes, desde la geotermia a la aerotermia. Y otro estudio sobre el entorno, porque la idea sería no trabajar solo el edificio, sino acompañarlo de las zonas naturales que tenemos alrededor donde se podrían comprobar otros parámetros”. Esos tres estudios se incorporarán a esa mesa de trabajo para que a partir de ahí se vayan tomando decisiones, ya que aunque se trata de un proyecto a medio plazo antes de que finalice este año ya se quiere estar rehabilitando el edificio.

Recuperar las anguilas En el centro de investigación ictícola habrá dos funciones básicas con los peces. Por un lado, la Diputación se encargaría de la cría para la repoblación de especies, como por ejemplo, anguilas y otros peces, no solo de los ríos de Álava sino también de los ríos de Euskadi, que estén en peligro de extinción, como el cangrejo autóctono, para luego repoblar. Por otra parte los investigadores contarán con espacios para realizar los estudios que necesiten. De esta manera, este centro se podría convertir en el suministrador de peces y fauna autóctona para repoblar y “si las cosas fueran bien y cogiera la dimensión que estamos buscando podría llegar a asesorar a diferentes empresas del sector privado que se dedican a la piscicultura o a la cría para la venta de peces”.

Lo que buscan con este proyecto no es crear una iniciativa sin más, sino dar con su continuidad. Eso significa que las instituciones que participen vean futuro en el centro. La Diputación, a través de la repoblación de especies, tendría que tener el personal que considerara adecuado y “que sea autofinanciable en base a las aportaciones que haga la empresa privada, o las generadas por las labores de investigación? La idea no es hacer un proyecto más o menos bonito sino hacerlo viable en el tiempo”.

La mayoría de la corporación está apoyando la iniciativa, pero de momento EH Bildu está en contra. “Una vez que lo hemos expuesto, esta formación es la única que se ha manifestado en contra de la idea. Cuando contamos que llevábamos año y medio trabajando con este proyecto nos dijo que podríamos haberlo dedicado a un gaztetxe para los jóvenes, que está bien, pero que trabajes para unas cosas no quiere decir que dejes otras posibilidades”.

Pero es que el centro forma parte del modelo de pueblo con que trabaja el equipo de gobierno municipal. “Con este proyecto, el Ayuntamiento no gana nada, porque no tenemos competencias en cuanto a repoblación, ni en investigación. No tenemos competencias en prácticamente nada referido a este tema. Pero ¿qué ganaremos nosotros? Pues ganaríamos imagen de pueblo, que es lo que buscamos. Trabajamos desde hace mucho por una imagen más vinculada a un pueblo limpio, un pueblo alegre. Algo más alejado de lo que refleja la cárcel, o la autovía? Tenemos el Jardín Botánico de Santa Catalina, contamos con la Ruta Verde, tenemos un montón de posibles hitos como toda la actuación que hemos hecho en el centro del pueblo, el complejo deportivo? Vamos intentando cambiar la imagen. Y esta iniciativa nos pondría en una posición predominante al transformar un edificio que estaba vacío en un centro de investigación. Ésa es la imagen que buscamos”, destaca Martínez.

Por eso, también han comenzado a reflexionar sobre lo que llaman una tercera pata. “Hemos hablado de investigación y de reproducción y también podríamos hablar de divulgación. Desde el Ayuntamiento promoveríamos su conocimiento entre colegios, institutos, para convertir a Nanclares en un referente en cuanto a este tipo de actividades, que la gente pueda venir a conocer una cosa más de las que vamos teniendo”.

De momento, mientras ponen en marcha la mesa de trabajo, también comenzarán a dialogar con la Junta Administrativa de Nanclares para ver cómo pueden utilizar el edificio, “porque al principio pensábamos en utilizar solo una planta, pero viendo el ritmo que va cogiendo el proyecto hablaremos para ver cómo podemos contar con todo el espacio”. Es decir con la planta baja, donde se encuentran las 19 piscinas, y las dos plantas superiores, diáfanas, comunicadas por escalera y con montacargas y con una buena terraza con vistas a la vega del Zadorra.

Piscinas. Son las que existen en la vieja fábrica de curtidos que no llegó a funcionar en la localidad de Nanclares.