los trabajadores de las ambulancias de Álava llevan meses denunciando la precariedad que sufren, aunque no siempre tienen ocasión de narrar casos concretos que han sufrido en sus carnes durante sus jornadas de trabajo. Ayer, el delegado de ELA, Sergio Iglesias y el representante de LAB, Jonathan Resurrección, acudieron a las Juntas Generales para trasladar sus reivindicaciones y problemas desde que en julio de 2017 se adjudicó el servicio a la empresa Larrialdiak-Maiz. Una problemática que “está en conocimiento del Gobierno Vasco y su Departamento de Sanidad, que deberían ser garantes del servicio, aunque a día de hoy su implicación en la solución de los problemas ha sido nula”.

Durante su comparecencia, los representantes sindicales expusieron algunos “casos reales, con nombre y apellido” para evidenciar sus denuncias. Casos como el de una mujer “cuyo padre estuvo cuatro horas esperando una ambulancia concertada para hacer un traslado hospitalario”. “Llevaron a su padre al Hospital Santiago y allí le detectaron un problema cardiaco, pero como los especialistas están en Txagorritxu había que trasladarle allí. Estuvo tres horas y media esperando para ir de un hospital a otro”, censuraron desde ELA y LAB, que continuaron con más ejemplos, como otro hombre que estuvo esperando también tres horas y media a una ambulancia para ir al hospital.

“Llamaron al 112 porque el padre tenía problemas de retención de líquidos y las piernas hinchadas. Estuvieron tres horas y media esperando la ambulancia”, aseguraron antes de narrar el último caso. “Una mujer quedó inconsciente. Se envió a la ambulancia de Legutio para tratar en Zaramaga, porque no había ambulancias en Vitoria. La ambulancia de Legutio, como todos los conductores no se conocen Vitoria, porque puede haber gente de Bilbao y otros sitios, tardó bastante, porque además había nevado. Fueron unos quince minutos en llegar al domicilio. Cuando llegaron la persona estaba fallecida”.

“Estos casos evidencian como está la situación tanto en Vitoria como en el resto del territorio”, denunciaron los dos representantes sindicales. Del mismo modo, censuraron la mala gestión de los recursos, pues ha habido días “en los que los turnos no han tenido relevo, ha faltado medicación obligatoria en los vehículos o no tenemos los uniformes adecuados, además de tener que llevarlos a lavar a casa pese a estar expuestos a restos biológicos de pacientes infecciosos. Incluso aseguraron que en alguna ocasión trabajadores sin carnet de conducir han tenido que conducir la ambulancia al no haber conductores.