vitoria - El vitoriano David Martínez de Aguirre, obispo del vicariato apostólico de Puerto Maldonado, en Perú, ha vivido estos días bajo el ajetreo de la inminente llegada del papa Francisco a tierras de la Amazonía. Su familia y amigos de la cuadrilla de Gasteiz ya estaban preparados para seguir en la distancia un acontecimiento importante en la vida de “David”, dicen. En el grupo de Whatssap ya tenían preparado el enlace para seguir por streaming la visita de Francisco a las tierras a las que hace 17 años decidió marchar este dominico que encontró su vocación al abrigo de la parroquia de Los Ángeles, frente a su casa familiar en la calle Bastiturri.

La visita del Papa a Puerto Maldonado fue el día 19. Tuvo un encuentro con los pueblos indígenas en el coliseo cerrado Madre de Dios; posteriormente se encontrará con miles de feligreses en la explanada del instituto Jorge Basadre, y más tarde se reunió con un grupo de menores en la casa hogar El principito.

La visita comenzó con una preparación del viaje en la que se implicó a los pueblos indígenas. “Les hemos contado quién es el papa Francisco, qué significa en la Iglesia y cuál es el mensaje que quiere transmitir mensaje”, explica Martínez de Aguirre, que tenía puestas grandes esperanzas en este viaje del Papa, sobre todo, para “visibilizar a los pueblos indígenas. “Que sean reconocidos como actores importantes que deben sentarse en las mesas de negociación”, apunta este vitoriano.

No obstante, el sector de la población que depende de la minería mostró antes de la visita del Papa su temor a las repercusiones que las palabras de Francisco pudieran tener en esa actividad industrial, pero “el Papa no viene a organizar las actividades productivas del país”, sale al paso monseñor. En este sentido, “quiero decirles que estén atentos al mensaje y que no dejen que nadie les manipule en uno u en otro sentido”.

“En la Iglesia amazónica estamos buscando unificarnos, estudiar la problemática similar que tenemos en los diferentes rincones de la Amazonía para buscar soluciones en conjunto, y así poder salir de las serias dificultades que están padeciendo las poblaciones más vulnerables de la Amazonía”, detalla el obispo. Y es que, en su opinión, “no es fácil llegar a todas las comunidades. Por ello, “algunas voces ya han planteado la posibilidad de que la Iglesia autorice la ordenación de viri probati, esto es, hombres casados con fe demostrada, como alternativa ministerial ante la escasez de presbíteros para atender a las comunidades indígenas. Monseñor David declina, de momento, valorar esta alternativa a la espera de lo que decida el Papa o de lo que resulte del próximo sínodo. - V.L.G. / Fotos: Cedidas