La trayectoria de casi 140 años de estancia de las Hermanitas de los Pobres en Gasteiz terminó ayer a la mañana con un oficio religioso que llenó a rebosar la capilla del inmueble ubicado en la plaza de Juana Jugán y congregó a medio millar de asistentes en una jornada especial.
No solo la capilla, sino también el teatro de la casa en el que se pudo seguir la celebración por una video pantalla, estuvieron al completo. Monseñor Elizalde centró su homilía en las vocaciones. La Madre Provincial, Sor Elena, en sus palabras de despedida se dirigió a los representantes de la nueva empresa encargada de la residencia allí presentes para pedirles que “el amor a los ancianos y el respeto a la vida humana siga presente en esta casa” y a los trabajadores y los asistentes: “no se cansen de hacer el bien”. Tras la misa comenzó una Adoración Eucarística que se prolongó durante todo el día y la noche hasta la mañana de hoy domingo.
La sequía vocacional que lleva padeciendo la Iglesia ha obligado a la congregación fundada por Santa Juana Jugán a tomar una dolorosa pero inevitable solución, dejar la casa y el servicio a los ancianos en otras manos que puedan garantizar lo que ellas hoy ya no pueden. La congregación ha ido retirando a lo largo de las últimas semanas ya todas las figuras de su fundadora, y no por no dejar rastro de su paso, sino porque, como dice la Madre Pilar, “si nos vamos, no podemos dejar aquí a nuestra madre fundadora”. No obstante, a renglón seguido añade: “Ya queda el nombre de la plaza. Espero que el Ayuntamiento nunca lo cambie”.
nueva gestión Ellas se van, pero han buscado la mejor alternativa para sus ancianos y el personal que trabaja en la casa. Los nuevos responsables de la residencia mantendrán las condiciones que las hermanas tenían, tanto con los residentes como con el personal: en lo económico, en lo asistencial y también en la atención religiosa. El número de residentes en el momento del cambio de gestión ronda las 70 personas, aunque la intención de los nuevos rectores de la instalación pasa por llegar a los 150-200, aunque para ello deberán acometer una importante renovación de las instalaciones, en alguna de sus varias plantas o alas que la integran y que empiezan a acusar el paso del tiempo.
Los nuevos rectores son un grupo francés que llega a Gasteiz para continuar una labor que durante casi un siglo y medio han llevado a cabo las Hermanitas de los Pobres en una tarea en la que daban cabida en sus instalaciones a un buen número de vitorianos. Las recientes fechas navideñas, con la celebración de la cena de Nochebuena han tenido un significado especial para las hermanas y residentes que han afrontando unas jornadas de despedida antes del nuevo rumbo que se inicia hoy.