Gasteiz - Ahora que ha tocado a su fin, ¿cree que la colaboración entre PNV, PSE y Bildu en la Diputación alavesa ha sido positiva en estos dos años?

-Ha funcionado bien la colaboración entre los tres partidos, o por lo menos eso me dicen a mi los diputados y el diputado general. Las partidas estaban bien definidas, se han trabajado en reuniones mensuales, como mínimo, entre EH Bildu y los diputados, y eso ha dado lugar a que las dos partes hayan mostrado su satisfacción. Ha habido un trabajo conjunto en las partes que incorporó EH Bildu y fue mucho más fácil hacer un Presupuesto el año pasado porque ya el primer año había funcionado bien.

¿Habrían sido partidarios de mantener esta alianza si las circunstancias externas no hubieran forzado el acuerdo con el PP?

-Por un lado estaba la decisión de EH Bildu como partido nacional; las posibilidades de llegar a un acuerdo en ninguna de las instituciones en las que gobernamos el PNV y el PSE eran prácticamente nulas, y la Diputación era una de ellas. En ese sentido notábamos desde hace tiempo que era difícil llegar a un acuerdo. EH Bildu nos ofreció una prórroga, pero entendíamos que si podíamos tener un Presupuesto con nuestras señas de identidad bien definidas, sin cambios sustanciales con respecto a lo que veníamos haciendo, preferíamos eso a la prórroga. Los miembros que negociaban en las Juntas tenían una disposición a poder llegar a un acuerdo, pero más arriba esas posibilidades estaban prácticamente anuladas.

¿En qué cambia, cualitativamente, el Presupuesto, con la aportación de los populares? EH Bildu dice que “se escoran a la derecha, retroceden en lo social y refuerzan las políticas clientelares y conservadoras”.

-La portavoz del PNV lo dijo en las Juntas Generales. EH Bildu y PP hablaban de un giro de 180 grados, pero la realidad es que el Presupuesto incorpora un 1% aproximadamente del total de partidas. Claro que tiene una imagen del partido que lo ha apoyado, en la que puede verse reflejado, pero en la parte económica significa lo que significa, entre otras cosas porque las posibilidades de cambiar un Presupuesto de forma radical son muy pocas, la mayor parte de las partidas están definidas y, como quien dice, gastadas a principios de año. Son aportaciones más ideológicas. Uno ha incluido ayudas a Covite y otros a Sare; ahí claramente se ve la definición de cada partido, y donde pueden ver la aportación de la formación sus afiliados o sus votantes.

¿Hay garantías de que la reforma fiscal pactada no va a mermar los ingresos? ¿Los mecanismos correctores serán eficaces?

-El propio diputado de Hacienda hablaba de un incremento de la recaudación de cerca de veinte millones para el año que viene, una parte viene de pagos anticipados y otra del Impuesto de Sociedades ya del año 2019. Está claro que este impuesto es más atractivo, con un tipo menor. La visión inicial es diferente, pero lo que hemos pretendido es que no se mermen los recursos para mantener el estado del bienestar y las ayudas sociales, preferentemente, y aunque hay muchas personas que dicen que es imposible cubrir más ingresos bajando el tipo, si el tipo efectivo es mayor los ingresos suben, y este va a ser el caso. Es un impuesto más progresivo.

Lo que sí que va a venir es una crítica desde las comunidades de régimen común, o desde La Rioja, porque algo ya está oyendo al respecto.

-Seguramente sí, pero hasta el día de hoy La Rioja tiene un tipo de Sociedades tres puntos por debajo de la CAV y desde aquí nadie ha hecho ningún tipo de comentario ante esa situación, ante la posible competencia desleal que pueda hacer La Rioja en esta materia. En todo caso, el tipo de Sociedades es un elemento que puede dar una imagen distinta de cada comunidad, pero tampoco es un elemento concluyente para que ninguna empresa se mueva, aunque nosotros no vamos a entrar ese discurso de la competencia, cada uno tiene la capacidad de legislar sus competencias y nosotros lo hemos hecho, y lo hemos hecho sabiendo que va a haber más ingresos.

¿Por qué no ha sido posible extender a Vitoria el pacto? ¿Tan abiertas están aún las heridas de 2015?

-Para mí se trata de pura táctica electoral, el PP no era muy dado a aprobar los Presupuestos de la Diputación, de hecho en semanas previas declararon que Álava no formaba parte el acuerdo. Después hay un cambio, se incorporan a la negociación y ponen las bases para el acuerdo, y en el mismo segundo en el Ayuntamiento ponían líneas rojas que hacían imposible cualquier tipo de colaboración. Eliminaban partidas que contemplan compromisos con otras instituciones y solicitaban la modificación de lo que ellos denominan la RGI vitoriana... Rebajaron las condiciones en la Diputación y subieron las del Ayuntamiento en paralelo. Lo que querían es dar la imagen de que en Vitoria no hay Presupuestos porque hay un alcalde incapaz de llegar a acuerdos, y esa es una foto que ya la teníamos prevista, pero realmente los que han tumbado los Presupuestos de Vitoria han sido EH Bildu y PP, los únicos capaces de sumar catorce votos para tumbarlo. Han unido sus votos y han decidido que lo importante es desgastar al alcalde. Han tomado una decisión que no ayuda a avanzar a Vitoria, pero cada uno deberá ser responsable de sus actos. Lo que no vamos a aceptar es que la responsabilidad es del alcalde, ha hecho todo lo posible para que hubiera Presupuestos.

¿Y no juega ningún papel el trauma de las elecciones de 2015 y la salida de Maroto tras el pacto entre PNV, Bildu, Irabazi y Podemos?

-No solo lo creo, sino que lo oigo. En muchas reuniones lo que viene trasladándose a la mesa es que el 13 de junio de 2015 tomamos una decisión que no debíamos haber tomado y que eso ha hecho que las relaciones en Vitoria sean mucho más complicadas. Yo no he esperado que el PP nos apoyara en ningún Presupuesto, eso iba ligado a la decisión del 13 de junio, pero me llama más la atención la decisión de EH Bildu, salvo que esté mirando a sus intereses electorales para 2019. Nosotros les ofertábamos las cuatro medidas esenciales que planteaban para entrar a negociar, yo mismo se las trasladé a la portavoz de EH Bildu y también el alcalde de Vitoria, pero finalmente la decisión de su asamblea y sus órganos directivos fue la de no apoyar y juntarse con el PP para tumbar los Presupuestos.

¿Podrá el alcalde Urtaran ejecutar sus políticas sin apoyo externo?

-El Presupuesto está ya diseñado para que todas las políticas e inversiones en marcha se puedan seguir ejecutando, está dotado de créditos de compromiso desde 2017, que permitirán que nadie note en ningún proyecto la prórroga. No hay ninguna posibilidad de que Vitoria se pare, hay que tener en cuenta además que en el ámbito local la prórroga es mucho más favorable que en la Diputación o el Gobierno Vasco, porque la ley está prevista para que las cosas se sigan haciendo, para que la ciudad siga con los servicios que necesita. La propia normativa permite una mayor posibilidad de desarrollar tus políticas aunque vayas a la prórroga, aunque lo mejor sin duda es tener un Presupuesto, la guía para avanzar durante todo el año. Ahora tenemos una prórroga que incluye prácticamente toda la guía, pero hay unas cuestiones que no habrá más remedio que negociar, y es lo que haremos, negociar con el partido que esté dispuesto a llegar a acuerdos. Mejor un Presupuesto que una prórroga, pero con la prórroga que tenemos podemos llegar a cubrir prácticamente todos los proyectos previstos.

¿Prevé una pinza en el Ayuntamiento de Gasteiz?

-El efecto pinza se ha producido ahora, durante un mes estamos hablando de que Urtaran no va a tener Presupuesto, Urtaran no va a tener mayorías, de que Urtaran se queda solo... Eso es lo que se ha ido buscando, pero eso se va a acabar el 1 de enero. Estoy seguro de que en 2018 vamos a llegar a acuerdos, preferentemente con Bildu y PP, que son los que dan las mayorías suficientes, como hemos hecho este mismo año. El bus eléctrico ha salido adelante con Bildu y las ordenanzas o la modificación del antiguo edificio de Hacienda ha sido con el PP. En el día a día va seguir habiendo acuerdos para seguir avanzando.

A lo largo de la legislatura el Ayuntamiento y Gobierno Vasco han mantenido criterios divergentes sobre diferentes materias. ¿Es mejorable la relación?

-Si creo que hay algo que funciona bien en este momento es la coordinación, lo que pasa es que esa coordinación no quita para que haya diferencias entre lo que uno cree que es lo bueno y lo que el otro cree que es lo posible. La coordinación entre Diputación y Ayuntamiento es prácticamente total, el alcalde y el diputado general hablan prácticamente todos los días y se reúnen todas las semanas, intentan coordinarse de forma efectiva. Y con el Gobierno Vasco pasa lo mismo, las consejeras siempre están a disposición del alcalde y el diputado general. De vez en cuando se producen diferencias lógicas que son incluso provechosas si somos capaces de encauzarlas. Cada parte tiene derecho a defender sus posiciones, y si al final llegamos a una posición común tampoco es ninguna cosa que cause problemas.