Laguardia - Los sarmientos de Rioja Alavesa han demostrado ser un perfecto material como biomasa, con un extraordinario poder calorífico. Hasta el punto de que el Ente Vasco de la Energía (EVE) estudia la posibilidad de poner en marcha un centro permanente de transformación de este material.

Así lo asegura el coordinador de HAZI, Borja Monje, la entidad que lidera un grupo de instituciones (Diputación, Cuadrilla de Rioja Alavesa, Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa, UAGA y EVE) a pocas fechas de finalizar el plazo con que fue concebido este proyecto de investigación denominado Vitibiom: Utilización de los sarmientos como recurso de biomasa en Rioja Alavesa.

El objetivo principal del proyecto se centraba en la valorización y aprovechamiento energético de la biomasa sobrante proveniente de la poda que cada año se realiza en los viñedos de Rioja Alavesa y el establecimiento de una estrategia territorial para gestionar el circuito de la biomasa del sarmiento en la comarca. Para determinar la viabilidad técnica y económica de este aprovechamiento, se creó un equipo de innovación que involucra a gran parte de los agentes comarcales del sector y que, de acuerdo con las políticas europeas de estrategia de cambio climático y energía limpia, estableció una cadena de valor en torno a la biomasa de los viñedos, para obtener energía térmica -calor y frío- y abastecer a las bodegas y edificios cercanos que lo deseen.

Esto se materializó en la contratación de personal y de un almacén en Laguardia y en la colaboración de un buen grupo de viticultores que permitió la recogida de 25.000 kilos de sarmientos en 22 hectáreas de cultivos, tanto de cepas tempranillo como de viuras. De ellas, un 55% procedió de parcelas en vaso y el resto de viñedos en espaldera, que se almacenaron durante unas semanas hasta que perdieron buena parte de su humedad.

Finalmente, y tras su desmenuzamiento, quedaron 4.500 kilos de pellet y otros 4.500 kilos de astillas de sarmiento, cuyas muestras se enviaron a dos laboratorios para que realizaran las pertinentes analíticas de rendimiento y características que de momento han confirmado la excelencia para el uso que se pretende, que es la calefacción.

biomasa infrautilizada En Rioja Alavesa, los residuos leñosos más importantes son los sarmientos de la vid, ya que además de ser los más abundantes y producir una cantidad similar todos los años presentan un gran rendimiento en términos de conversión en energía. Anualmente, en esta comarca se genera por este cultivo una cantidad aproximada de biomasa infrautilizada de entre 16.000 y 18.000 toneladas.

De las 63.000 hectáreas de viñedo que aproximadamente conforman la Denominación de Origen Calificada Rioja, 13.500 corresponden a Rioja Alavesa, lo que supone más del 80% del total de la superficie que en esta comarca se dedica a cultivos. Los viñedos en Rioja Alavesa se distribuyen a lo ancho y largo de toda la comarca de una manera más o menos homogénea, siendo la viticultura la principal actividad económica de la zona, con alrededor de 450 bodegas inscritas a finales de 2015.

La mayor productividad potencial de biomasa se encuentra en la parte central y suroccidental de la comarca, si se analiza en función de los polígonos más productivos. En cada hectárea de viñedo se produce una media de 1.200 kilos de sarmientos.

La idea del proyecto Vitibiom era poder desarrollar también una política de recomendaciones y buenas prácticas en el uso de la biomasa de los viñedos y transferirla a las bodegas de la comarca y a los agentes locales interesados en su utilización. Además, dada la viabilidad del proyecto, se podía ofrecer a las autoridades locales y regionales la posibilidad de elaborar una estrategia medioambiental que aporte más valor añadido al desarrollo vitivinícola que tiene Rioja Alavesa. La biomasa se caracteriza por partir de un recurso cuya tasa de renovación es igual o superior a la de su consumo y por tener un impacto sobre el medio muy inferior a cualquier otra fuente convencional.

Y es que, a corto plazo, será obligatorio señalar la huella de carbono en las etiquetas de los productos y el vino no se va a escapar de esta normativa. De hecho, en algunos productos ya es obligatorio y en otros se exige para determinados mercados de valor añadido. Algunas bodegas con vocación exportadora ya están empezando a implantar el cálculo y etiquetado de la huella de carbono en sus vinos para su venta en países sensibilizados con este asunto, como es el caso de Ostatu, Baigorri o Gil Berzal, entre otras. En este sentido, en la actualidad hay dos formas habituales para deshacerse de las podas de sarmiento: la quema de esos restos, con potencial peligro para las zonas de monte cercanas, y la trituración de ese material, que se incorpora al suelo y puede convertirse en un nido de larvas, parásitos, hongos y enfermedades.

Por ello, el uso de los sarmientos como biomasa se puede convertir no solo en un beneficio sanitario para el suelo, sino también en una fuente de combustible con futuro en la comarca, ya que al ser un producto con apenas costes de manipulación y transporte podría inspirar la creación de una empresa que se dedique a su comercialización, especialmente en las propias bodegas. Esta posibilidad se expondrá en la jornada de muestra de resultados que HAZI podría organizar en el mes de marzo en Rioja Alavesa, en una localidad que aún no se ha decidido.