vitoria - La familia de JMBG, fallecido en 2014 a causa de una grave enfermedad pulmonar, y la representación legal de Atusa, la empresa en la que trabajó durante más de 30 años, se han enfrentado varias veces en los tribunales. Ayer se vieron de nuevo las caras en el Juzgado de lo Social número 1 de Vitoria con motivo de una nueva demanda. La viuda y los dos hijos del trabajador reclaman a la firma más de 93.900 euros en concepto de indemnización por considerar probado que el amianto que manipuló de forma continuada mientras desarrollaba su tarea de mantenimiento mecánico le provocó una enfermedad que acabó con su vida. El abogado de la compañía, dedicada a la producción de accesorios de productos de fundición industrial, reconoce que el fallecido tuvo contacto “puntual” con ciertos elementos revestidos de amianto, pero asegura que se trataba de una persona aquejada de “numerosísimas enfermedades” y relaciona su patología pulmonar con el consumo, a lo largo de su vida, “de más de medio millón de cigarrillos”. Por ello, ayer solicitó el desestimiento de la demanda en el juicio que quedó visto para sentencia.
Hasta la fecha, la familia ha ganado dos causas promovidas contra la firma, tanto en los juzgados de Vitoria como en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Los planteamientos expuestos ayer durante la vista ahondaron en las tesis ya conocidas. Los demandantes, apoyados en los testimonios de los compañeros de trabajo del fallecido y en un informe médico, sostienen que el contacto habitual con el amianto, a través de las cintas que protegían las mangueras de refrigeración de los hornos, de cordones y de mantas, fue continuo y decisivo en la defunción del operario. La defensa de Atusa niega que hubiera fibra o polvo de amianto en el ambiente y circunscribe su localización al forro de las mangueras y a cuatro juntas en la maquinaria. Asegura que el trabajador fumaba mucho y que padecía una severa arterioesclerosis, motivos que acabaron provocándole la muerte. - A. Burdain